Ayer, actos masivos de Cárdenas y Del Mazo
Alonso Urrutia y José Gil Olmos Ť De nuevo entre goyas, de nuevo con la explanada llena, pero ahora con el peso de las encuestas a su favor, Cuauhtémoc Cárdenas volvió a Ciudad Universitaria para delinear su oferta política a los jóvenes de la ciudad: un instituto de la cultura para impulsar las actividades artísticas y un consejo de la juventud como espacio no gubernamental.
Cárdenas dijo que ``gobernaremos no en la lógica de los grandes negocios, sino de los proyectos socialmente útiles; no mediante componendas cortesanas, sino en los espacios abiertos de la vida cotidiana''.
En la explanada de la Torre de Rectoría y acompañado de la plana mayor de la dirigencia perredista y algunos de sus candidatos, Cárdenas dijo que ``la verdadera ingobernabilidad no vendrá de un gobierno democrático; la verdadera ingobernabilidad es la que ya existe con los priístas en el poder''.
Advirtió que ``el próximo gobierno de la ciudad no tendrá que recibir consigna del Presidente, sino obedecer el mandato de los ciudadanos que participaron en una elección democrática''.
Poco antes, el dirigente nacional del PRD, Andrés Manuel López Obrador, habló del nuevo gobierno democrático de la ciudad. ``No habrá ni sanas distancias, ni sanas cercanías con el PRD, porque el gobierno de Cárdenas será del pueblo, no del partido que le llevó al poder''.
Cárdenas definió que ``el régimen de partido de Estado tiene en el DF su forma más autoritaria''. Describió las limitaciones en la reforma política, la cual tiene muchos capítulos pendientes para eliminar los candados que restringen las facultades del gobierno de la ciudad''.
Afirmó que bajo el esquema de gobierno actual ``los ciudadanos son tratados como súbditos que, en el mejor de los casos, se les informa; y si surgen voces de protesta intentan acallarlas o ignorarlas. De esta forma despótica es como han surgido los megaproyectos cuya virtud es convertirse en grandes negocios para unos cuantos consorcios''.
Cárdenas habló de inaugurar una nueva forma de hacer política no en el secreto de las oficinas públicas, sino mediante nuevas formas de participación ciudadana, de democracia, en todos los ámbitos de la vida urbana.
``Vamos a demostrar que cuando se gobierna sin camarillas y sin mafias, cuando se gobierna para los ciudadanos y no para perpetuarse en el poder se puede realizar, en poco tiempo, lo que no se hizo en décadas''.
El perredista definió algunas prioridades de gobierno, particularmente las relacionadas con los jóvenes. Insistió en que los recortes al gasto social han impactado directamente en el deterioro de las condiciones de vida de la población. La prioridad del nuevo gobierno es privilegiar lo público sobre lo privado, pero agregó que se habrán de hacer complementarias la acción privada, estatal y social.
En su oportunidad, el candidato al Senado Carlos Payán Velver dijo que es necesario ratificar el compromiso de contar con una universidad crítica hacia adentro y hacia afuera. Apuntó que votar por Cárdenas es votar por el cambio y la libertad.
López Obrador adelantó que el PRD, ``a diferencia de otros, no hará un gobierno de partido, sino de la sociedad''. Por ello, no habrá reparto del poder entre correligionarios, ni el PRD recomendará un solo funcionario al nuevo gobernador.
El líder nacional perredista aseveró que el Partido de la Revolución Democrática busca un apoyo entre los universitarios más allá del 6 de julio. Pero no un respaldo incondicional, sino un apoyo crítico que favorezca la participación social y rompa con el autoritarismo y el abuso de poder con que se ha ``desgobernado'' este país.
Reunión con empresarios
Cárdenas pasó de la reunión multitudinaria en CU al encuentro con connotados empresarios de la industria restaurantera en el World Trade Center, donde escuchó las demandas del cambio necesario que requiere el país.
Vinieron las quejas. El presidente de la Canirac, Isaac Finkler, habló contra la corrupción y discrecionalidad de las autoridades y afirmó que su organización ``está dispuesta al cambio que exigen los tiempos actuales''.
Vendrían preguntas: Dando por descontado su triunfo, ¿qué va a ser con la burocracia coludida en la corrupción? ¿El PRD tiene los cuadros necesarios para gobernar?
--Peor que los que tenemos ahora es ya imposible, aunque los buscáramos --ironizó Cuauhtémoc Cárdenas.
Jaime Avilés Ť Por tercera vez en los últimos nueve años --aunque ahora sin el traje color mostaza que le dio tanta suerte en 1988 y que en 1994 se la negó--, Cuauhtémoc Cárdenas colmó ayer la explanada central de la Ciudad Universitaria y leyó un sobrio discurso, rico en propuestas para los jóvenes, a quienes dijo que sólo la participación responsable de las mayorías logrará romper los candados que todavía impiden una transición democrática completa en el Distrito Federal.
Vestido con un terno gris claro, acompañado de sus hijos Camila y Cuauhtémoc, de su esposa Celeste Batel; del periodista Carlos Payán, candidato al Senado de la República, y del dirigente nacional del Partido de la Revolución Democrática, Andrés Manuel López Obrador, Cárdenas presidió un mitin que fue nuevo y distinto por varias razones.
Pese a que su comparecencia de ayer por la mañana había sido saludada y anunciada en los diarios por los trabajadores sindicalizados de la Universidad Nacional Autónoma de México, la reunión congregó sobre todo a una ordenada multitud de estudiantes, que se bastaron y sobraron para ocupar todo el espacio ajardinado al pie de la Torre de la Rectoría, sin que los organizadores tuviesen que añadir (como en 1994) a los acarreados de la Asamblea de Barrios, para que el acto, en términos de fotos de prensa, fuese un éxito.
Sin la euforia de 1988 --cuando la inesperada muchedumbre universitaria actuó como detonante de la campaña cardenista en el Distrito Federal--, y al mismo tiempo sin la angustia de 1994 --cuando el renovado gentío en el campus intentaba desmentir los estragos del tropiezo ante Diego Fernández en el debate del 12 de mayo--, Cárdenas y su público estaban ayer distendidos, visiblemente contentos, pero serenos ante la inmensa responsabilidad de gobierno que las encuestas les auguran con unánime coincidencia.
Ni drogas, ni sida
A diferencia del 88 y del 94, el de ayer no fue tampoco un mitin de retórica vehemente ni antigobiernista, y en los discursos de Carlos Payán Velver, de López Obrador y del propio Cárdenas no estuvieron presentes, como interlocutores obligados, los miembros de la coalición salinista, porque no había en el aire nada que discutir con ellos, ante miles de jóvenes que deseaban escuchar ideas concretas.
Después que, en nombre de los universitarios, un orador denunciara las injustificables medidas del nuevo rector de la Universidad Nacional Autónoma de México --que no ha hecho sino desmantelar algunos viejos y muy queridos centros de estudios--, Payán expresó la emoción que le causaba regresar a la casa donde se había formado como licenciado en Derecho y López Obrador expuso en líneas generales el programa de su partido, para que estas breves intervenciones dejaran la mayor parte del tiempo y de la energía del auditorio a disposición de Cárdenas.
Entonces, el candidato del Partido de la Revolución Democrática al gobierno del Distrito Federal tomó la palabra para recordar la noche del 15 de septiembre de 1988, cuando Heberto Castillo dio el Grito de Independencia en una Ciudad Universitaria acosada ya por las garras de la represión diazordacista; en seguida, hizo un reconocimiento a las brigadas estudiantiles de la Ibero, del ITAM, de La Salle y de los tres planteles de la Universidad Autónoma Metropolitana que lo apoyan, y procedió a exponer las formas de relación que su gobierno establecerá entre la ciudad y los jóvenes, en torno del arte, la ciencia, la cultura y los deportes, a través de un consejo de la juventud que divulgará información constante para prevenir el sida y evitar la adicción a las drogas.
El de ayer, en suma, fue un acto ordenado, entusiasta, irreprochable en sus contenidos, pero en el cual, para los cronistas, la nota de color consistió en que no hubo excentricidades o pintoresquismos.
José Gil Olmos Ť Fue el acto más importante de su campaña; una reunión con los suyos, con las bases priístas --unos 10 mil-- traídos en microbuses de todos los puntos de la ciudad. Ante ellos, ``que en sus venas corre sangre tricolor'', y con los pulgares apuntando al cielo, el candidato les aseguró la victoria para el PRI el próximo 6 julio.
En el Auditorio Nacional completamente lleno, Alfredo del Mazo anunció casi a gritos que ganará el gobierno de la ciudad de México. ``¡Hacia la victoria!, ¡vamos a ganar!'', exclamó ante un público compuesto en su mayoría por amas de casa que traían pegadas a sus faldas la pipiolera que no pudieron dejar en sus moradas.
Ayer el PRI echó a caminar nuevamente la maquinaria que lo ha mantenido en el poder durante seis décadas. Desde las colonias populares, miles fueron acarreados en microbuses para asistir a una reunión que el propio Del Mazo consideró el ``acto más importante de su campaña''. Así, el Auditorio Nacional fue llenado hasta el tope para mostrar la fortaleza del partido oficial y de su candidato al gobierno capitalino.
Por la noche, entre el tráfico ocasionado por decenas de microbuses estacionados en Reforma en espera de los priístas que habían trasladado, una gritería salía del Auditorio Nacional. Muchos de los que pasaban por ahí pensaban que era el concierto de algún artista popular. Pero en el interior del auditorio se encontraba el candidato del PRI en una reunión con los militantes de su partido, para demostrar a sus opositores la fuerza con la que pretende llegar a un ``gobierno de decisión'', como reza la leyenda de su campaña.
Del Mazo se mostraba impresionado frente a las bases de su partido que le aplaudieron hasta por cinco minutos seguidos cuando arribó al escenario del Auditorio Nacional. Su imagen se agigantó en las pantallas electrónicas instaladas al costado del presídium. Y con el puño en lo alto exaltó el ánimo de los suyos que no dejaban de gritar su nombre, presagiando su victoria.
Acompañado por los 40 candidatos a la Asamblea Legislativa y los 30 a diputados, Del Mazo tuvo que levantarse al filo del escenario en dos ocasiones para agradecer el apoyo de sus huestes que no dejaban de gritar ``vamos a ganar''.
En el auditorio, de pie, mujeres, niños y jóvenes en su mayoría alzaron las pancartas y banderines priístas que les habían entregado antes de subir a los microbuses que los trasladaron hasta el edificio de Reforma.
Pocas pancartas trajeron en esta ocasión los priístas para apoyar a su gallo. Algunas fueron colocadas en los balcones, pero la más grande y que llamó la atención de algunos fue la manta gigante que colocó Antorcha Campesina --organización que recibió apoyo de Raúl Salinas en el sexenio pasado-- al centro de las gradas manifestándole su apoyo incondicional. Sin embargo, los organizadores se mostraban satisfechos por el acarreo de los representantes de los 5 mil 400 seccionales que el PRI ha montado en todo el DF. Se trataba de demostrar en este día --el mismo en que Cuauhtémoc Cárdenas se reunía con miles de estudiantes, catedráticos y trabajadores de la UNAM-- que su candidato también tiene la fuerza para reunir a 10 mil priístas reunidos en un solo lugar.
Ricardo Olayo Ť Alfredo del Mazo pidió a la militancia de su partido salir a la calle para recuperar el terreno perdido, porque, dijo, no nos dejaremos ganar la conducción de los anhelos de los ciudadanos, y menos ante aquellos que por la adversidad de los tiempos traicionaron a nuestro partido, señaló en referencia al PRD.
El aspirante priísta se reunió ayer en la mañana con el SUTERM en un desayuno en el que ofreció un trato respetuoso a la vida de las organizaciones sindicales y por la tarde comió con empresarios, a quienes dijo que no son tiempos de experimentar su voto con otras fórmulas políticas, que no han demostrado buenos resultados.
Del Mazo encabezó un acto partidista con casi 10 mil priístas en el Auditorio Nacional, al que llamó el evento más importante efectuado hasta ahora en el seno de su partido.
Durante el acto, Del Mazo subrayó: ``Un candidato no es nadie sin el apoyo solidario de su partido'', y por ello los convocó a difundir su programa de gobierno en las colonias y barrios de la ciudad.
``La oposición ni tiene propuesta, ni tiene sentido histórico y tampoco afronta con decisión los momentos difíciles del país, los rehúye y pretende aprovecharlos para fines electorales, pero sin propuesta ni compromiso'', aseguró en su discurso.
Dijo que ha hecho lo necesario para estar a la altura del momento histórico y se ha dedicado a hacer propuestas, consciente de la responsabilidad de lo que significa ser el primer jefe de gobierno de la ciudad. ``Estoy consciente de que es el momento de más alta competencia opositora y del significado de la nominación'', indicó.
El PRI es garantía, porque la historia lo ha demostrado y porque el presente lo avala. Según dijo, su partido todavía es opción y por ello tienen que recuperar posiciones entre las preferencias electorales, pues en algunas ocasiones los candidatos ganadores ya no regresan al distrito donde triunfaron o voltean la espalda a las propuestas que una vez enarbolaron.
Estupidez, hablar de corporativismo: La Güera
Por la mañana, Alfredo del Mazo acudió a las instalaciones del Sindicato Unico de Trabajadores Electricistas de la República Mexicana (SUTERM), donde fue recibido por su secretario general, Leonardo Rodríguez Alcaine, quien dijo que la organización es priísta, ``aunque los critiquen la prensa''.
--¿El sector obrero votará corporativamente por el PRI? --se le preguntó a La Güera Rodríguez Alcaine, una vez que se había despedido del candidato.
--No le admito a usted lo de corporativamente porque es una estupidez la palabra y, con todo respeto, se lo digo, para votar hay convicción individual y en forma colectiva hay obligación en respeto a nuestros estatutos.
El dirigente sindical --que hace unos días suplió a Fidel Velázquez en la CTM--, dijo que no ofrece votos, sino convertirse en promotor del voto. Si gana un candidato de oposición, el sector obrero no se verá afectado, pues ``seríamos tan capaces o más que ellos para gritarles lo que se debe hacer, porque somos nosotros los que hemos abierto a la democracia y no se vale que nos insulten'', subrayó.
El SUTERM tampoco colaboraría con un gobierno distinto al priísta, ``porque la extrema izquierda y la extrema derecha están en contra de los intereses de los trabajadores''. De Cárdenas dijo que es un traidor, ``traidor al partido y a su misma persona''.
Durante la reunión, el encargado de hablar por parte del SUTERM fue Gerardo Cavazos, secretario de acción política del sindicato, quien pidió al candidato que se refleje en el bolsillo la mejoría macroeconómica, porque ya han sido muchos los sacrificios. Comentó que no buscan posiciones políticas, sino compromisos sociales.
El acto estuvo lleno de menciones a Fidel Velázquez, por parte de Rodríguez Alcaine, como de Del Mazo. Este, en su participación, dijo que en caso de ganar mantendrá un diálogo constante con los trabajadores con el más absoluto respeto a la autonomía y a la vida interna de los sindicatos.
Comentó que los trabajadores son los mejores aliados para elevar el nivel de vida y que saben del gran esfuerzo que se requiere para mantener la unidad nacional.
``Uno es producto de su historia, no de lo que se pretende crear en épocas electorales. Soy hombre de resultados'', afirmó Del Mazo, quien más tarde comió con la Unión Social de Empresarios de México (USEM), a quienes en respuesta a una pregunta por la creciente corrupción les dijo que no se deben hacer generalizaciones, que son parte de la estrategia de la oposición, y no tiene que ser adoptada por quienes como ustedes, les dijo, tienen un nivel de entendimiento mayor a la media.