Necesaria, la corresponsabilidad para conservar el patrimonio artístico
Angélica Abelleyra/ II y última Ť Orozco en la mira.
El caso particular del mural de José Clemente Orozco Alegoría del apocalipsis, en el antiguo Hospital de Jesús, que permanece sin ser atendido de la humedad, fisuras y ausencia de color desde hace por lo menos dos años, motiva la reflexión en torno de la actuación de las instituciones responsables del patrimonio artístico de México. Y dado que se trata de una pieza del siglo XX, de un autor considerado ``monumento histórico'' y de un mural contenido en un recinto religioso, las tareas a su alrededor se complican y carecen de diligencia, porque en ellas se involucran la Secretaría de Educación Pública (SEP), el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y las autoridades eclesiásticas.
Todo esto en medio de la reciente transferencia de la Dirección General de Sitios y Monumentos del Patrimonio Cultural, de la SEP hacia el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CNCA) apenas el 17 de marzo pasado. Así, al CNCA se le confieren todas las atribuciones relativas a la ``conservación, protección y mantenimiento de los monumentos arqueológicos, históricos y artísticos que conforman el patrimonio cultural de la nación''. El cambio se realizó con la finalidad de evitar duplicidades que diluyen responsabilidades y tienden a paralizar la actividad pública.
Pero mientras en la práctica se observan los beneficios o perjuicios de la nueva medida, traemos el caso del mural orozquiano y la postura de las instancias involucradas. Cabe señalar que las consultas fueron realizadas antes de que la Dirección de Monumentos fuera asignada al CNCA, y vale indicar que en esta entrega no se incluye la visión del padre Manuel Olimón Nolasco, coordinador desde hace un año y medio de la Comisión Nacional de Arte Sacro, AC, ya que accedió a la entrevista con la condición de su manejo por separado, ``para no polemizar con nadie''.
¿Orozco? Sí, también murales del XVI
Sergio Zaldívar es responsable de la Dirección General de Sitios y Monumentos del Patrimonio Cultural, asignada ahora al CNCA, pero antes dependiente de la SEP y anteriormente de Sedeso y Sedue.
Ubica el arquitecto, también coordinador de las tareas de recimentación de la Catedral Metropolitana: ``En México tenemos 25 mil iglesias y existe multiplicidad de murales del siglo XVI que aún no se acaban de incorporar como propiedad cultural. Ahí tenemos los murales que Juan Benito Artigas dio a conocer, los de Xoxoteco, los frescos de la iglesia de Atotonilco en Hidalgo, los de Atotonilco en Guanajuato y retablos como los de Meztitlán, Hidalgo. Todo ello requiere una inversión económica y de recursos humanos tremenda.
``Ciertamente debo aceptar que los problemas nos rebasan. He propuesto a la SEP que estas unidades centrales tienen que dejar de serlo y trabajar para compartir la responsabilidad de conservación del patrimonio con las entidades federativas. Actualmente la ley establece la competencia federal. En algunos casos hay convenios con particulares, pero de manera evidente se involucra la sociedad civil. Sin embargo, no es posible que sea una entidad central la que vea esto, y no es cuestión sólo de dinero sino de una organización monstruosa, con recursos humanos vinculados a una directiva de planeación. Cierto, la Federación debe auxiliar, apoyar y actuar en una línea que permita a las entidades federativas resolver quizá problemas complicados, pero no debe pretender hacer todo. Con esa actitud centralista algunos organismos federales quieren conservar un coto de trabajo corporativo y no están vinculados al desarrollo de planeación del lugar. El patrimonio es un recurso de calidad de vida. No debe ser considerado ajeno a la organización de una urbe sino como un bien identificado con el daño, la pobreza y el atraso de una comunidad.''
Según Zaldívar, legislativamente las condiciones deben cambiar. ``Las entidades federativas tienen que crear organismos que, técnica y políticamente, sean responsables de la conservación de su patrimonio. Y los organismos centrales deben ser normativos y centros de apoyo y de investigación tecnológica para coadyuvar en problemas específicos y de mayor trascendencia. Estamos muy rebasados por el estado del daño del patrimonio, y esto requiere programas más vinculados al proceso de desarrollo''.
Respecto a Alegoría del apocalipsis comenta: ``El mural de Orozco nos preocupa mucho, pero todo se complica con la intervención que deberá hacer el INBA. Nos coordinaremos con ellos. No podemos sólo intervenir en la azotea, porque son daños que podría afrontar la misma iglesia que resguarda los murales. Que ellos cuiden las azoteas y el INBA restaure los murales. Pero el primer paso consiste en que nosotros hagamos la impermeabilización y atendamos los problemas de arquitectura que nos corresponden. Hay recursos, espero que empecemos antes de las lluvias''.
Orizaba, Guadalajara y Jiquilpan
Walter Boelsterly es desde hace dos años titular del Centro Nacional de Conservación y Restauración del Patrimonio Artístico Mueble (CNCRPAM) del INBA, organismo encargado de atender el legado artístico del siglo XX. Para empezar, el funcionario destaca la titánica labor de hacerle frente a ese propósito: ``México es el país con más metros cuadrados de mural en el mundo. No hay presupuesto que alcance para atenderlos y el público se queda con la impresión de que no se hace nada''.
Además de la enorme extensión de superficie pintada en muros a lo largo del territorio nacional, Boelsterly destaca la alta sismicidad no sólo en el DF sino en otras entidades. ``Mientras sigamos con un historial sísmico es imposible tener las cosas en buen estado. Se requeriría de un presupuesto extraordinario''.
Añade que la obra muralística está protegida ``y la obligación del INBA es conservarla. Pero de repente, cuando te encuentras con una obra de Orozco en mal estado y una obra de un pintor --sin emitir un juicio estético ni en cuanto a la calidad de la obra-- poco conocido, damos prioridad a los grandes, porque ya es un valor reconocido al que mucho debemos agradecer. Estamos viendo absolutamente todo, pero la gente va a poner más el dedo en la llaga en los autores reconocidos''.
Sobre el mural de Orozco que motiva la nota, señalamos ayer sus condiciones físicas actuales y el tiempo estimado de su futura atención por el CNCRPAM para dentro de tres meses, luego de la actuación de Monumentos y Sitios.
Más allá de Alegoría del apocalipsis, Boelsterly menciona otras intervenciones de murales de Orozco. Por ejemplo, lo que se realiza en el Palacio de Orizaba, cuyo mural sufrió un grave desprendimiento. Las tareas para recuperarlo consisten en su segmentación en seis partes, desmontura y unión sobre un soporte sólido. Explicó que colaboran el gobierno federal, CNCA por conducto del INBA, gobierno estatal y municipal, así como sociedad civil. ``Para hacer esto factible se convocó a la sociedad civil, cada parte envió sus propuestas económicas y se organizaron rifas y kermeses. Esa es la vía para hacer posible intervenciones tan costosas''.
Otro sitio en el que se atiende a Orozco es el mural en el Paraninfo de la Universidad de Guadalajara. ``Ahí sí se presentan fisuras graves, activadas por los sismos''. El tiempo estimado de trabajo es de cinco meses y para financiar las labores hubo una colaboración de la Universidad de Guadalajara y el gobierno federal en el pago de traslados, alojamiento y alimentación de restauradores del CNCRPAM y otros de la propia universidad tapatía.
Finalmente, en la Biblioteca de Jiquilpan se encuentran otros murales orozquianos que serán atendidos gracias al apoyo de un patronato que dará hospedaje y alimentación a los restauradores, en tanto el municipio y el gobierno estatal financiarán la reparación de coladeras y bajadas de agua y la Federación sufragará gastos de materiales y honorarios.
Todo sea por Orozco.