La Jornada 24 de mayo de 1997

El Presidente ``se la juega con Tabasco'', dice en apoyo a Madrazo

Elena Gallegos, enviada, Villahermosa, Tab., 23 de mayo Ť El presidente Ernesto Zedillo censuró a aquellos que hasta hace poco decían odiar al capitalismo pero que hoy usan sus técnicas y se anuncian igual que ``los vendedores de papitas, cervezas y refrescos'' para ``tratar de engañar al pueblo''.

Sostuvo que ``esos'' le mienten a la gente prometiendo ``así nomás'' resolver los problemas de un día para otro y señalando que ``todo lo que hemos hecho no vale la pena'' y que las instituciones que dan estabilidad y rumbo a la nación ``no sirven para nada''.

Ante miles de aguerridos simpatizantes del gobernador de Tabasco y militantes del PRI (según lo exhibieron en coros y consignas), traídos desde muy temprano al teatro al aire libre del Parque La Choca, y en lo que se interpretó como un ataque al PRD --hecho precisamente aquí, en la tierra de su líder nacional--, el Presidente refrendó su apoyo a Roberto Madrazo Pintado y llamó la atención de los que usan la propaganda que antes aseguraban odiar: ``¡A esos les digo yo: recapaciten! ¡Si quieren el apoyo del pueblo, lo primero que tienen que hacer es decirle la verdad porque a un pueblo como el mexicano no se le engaña!'', señaló.

Uniformados (así aparecieron en todos los actos) con gorras y camisetas blancas nuevas con la leyenda ``El agua crece y habla y participa. Carlos Pellicer Cámara'', los tabasqueños aplaudieron a rabiar al mandatario cuando, momentos antes de cuestionar la propaganda que el PRD hace con miras a las elecciones, hizo a un lado las tarjetas y le entró a su discurso con un ``¡Permítanme no leer del papel, sino leer de mí corazón... Muy apreciado amigo Roberto Madrazo, ¡gobernador de todos los tabasqueños!''. La alianza estaba sellada y la gente la celebraba. Pero había más: ``Hoy he venido a refrendar ese compromiso inquebrantable, les dijo, que no tiene duda que se ha mantenido y se va a mantener, ¡porque el presidente Zedillo se la juega con Tabasco!''. Cada pronunciamiento era seguido del festejo.

Y es que el nuevo espaldarazo para el gobernador y su partido, no podía ser más claro. Por eso, estas últimas frases fueron repetidas aquí hasta el cansancio por las estaciones de televisión y radio. Ya en mayo de 1995, después del conflicto suscitado por el cuestionamiento del PRD a las elecciones que llevaron a Madrazo a la Quinta Grijalva y de que Porfirio Muñoz Ledo filtrara el compromiso hecho por el fugaz secretario de Gobernación, Esteban Moctezuma, de que el problema se solucionaría con la renuncia del gobernante tabasqueño, Zedillo había viajado inesperadamente de Campeche a Tabasco para señalar que gobernaría con él (Madrazo Pintado) hasta el año 2000.

Atrás había estado una inusitada rebelión de seguidores del gobernador contra las decisiones del centro. Eran los difíciles días que siguieron al estallido de la crisis. Pero Madrazo, sobrevivió también al affaire suscitado por el descubrimiento y entrega a la PGR de las cajas que documentaban los millonarios gastos de su campaña. Hoy aquí el apoyo se reiteró y en el estrado de éste que fue el primer acto de la cuarta visita del Presidente al estado, aparecieron algunos de los protagonistas de esos episodios: Pedro Jiménez León, Floricel Medina y Angel Augusto Buendía.

El pueblo no les cree a los demagogos

Frente al homogéneo auditorio, Zedillo continuó: ``He reconocido que los problemas no los vamos a resolver de la noche a la mañana, como por arte de magia, y lo digo porque sé que este pueblo de Tabasco, que el pueblo de México, no se deja engañar por los demagogos. No les creen a los que dicen que simplemente con las ganas de hacer las cosas, éstas van a lograrse''.

Empapado en sudor, Madrazo no disimulaba su gozo. El Presidente agregaba: ``Yo soy el primero en reconocer en que sólo con el esfuerzo, el trabajo y en la medida en que no nos dejemos vencer y que cada vez le echemos más ganas, vamos a superar los retos de la pobreza, de la desigualdad, de la injusticia que a todos nos ofende, pero que también con ese coraje los vamos a superar''. Hizo entonces un recuento de las obras del gobierno estatal, de sus avances. Dijo: ``Ese es el camino, no otro. Seguir trabajando, perseverando y luchando. No engañarnos con la falsa demagogia que puede crear ilusión en un día pero que después causa desesperanza... desilusión''.

Las expectativas del gobierno local, que hizo alarde de recursos escénicos para la bienvenida, habían sido rebasadas. El primer mandatario agregó: ``Ustedes lo saben muy bien; aquellos que prometen resolver los problemas de un día para el otro le están mintiendo al pueblo. Están tratando de engañar a la gente''. Calificó entonces a los mexicanos como un pueblo que además de ser muy patriota es muy inteligente y fue cuando dijo que no dejaba de llamar la atención que quienes decían odiar al capitalismo usen ya sus técnicas y se anuncien como lo hacen los vendedores de papitas, cervezas y refrescos. Pero lo que consideró aún ``peor'' es que utilicen esa propaganda para hacer creer a los mexicanos que nada de lo que se ha hecho vale la pena. Por eso ofreció seguir hablando siempre con la verdad, trabajando con la gente ``como uno solo'' e ir enfrentando problemas y rezagos. ``¡Seguiremos trabajando con su gobernador para que continúe ese liderazgo y esa gran tarea que es de todos los tabasqueños y los mexicanos: lograr la justicia social que queremos y merecemos! En esa gran tarea yo cuento con ustedes, pero sobre todo, se los digo muy en serio, ustedes cuentan conmigo''.

Y así como empezó terminó el encuentro. En el clímax, los asistentes cerraron el acto bailando al compás del estribillo Ven, ven, ven, vamos a Tabasco que Tabasco es un edén... seguido de eufóricos, repetidos, victoriosos ¡Ze-di-llo-Ma-dra-zo! ¡Ze-di-llo-Ma-dra-zo!

Zedillo desahogó en siete horas una apretada agenda de trabajo que incluyó inauguraciones y encuentros con colonos, campesinos y priístas en la capital y Teapa, que fueron soltando incontables elogios al gobernador. Desde el comienzo mismo, en La Choca, donde se firmó el Convenio de Desarrollo Social --mediante el mismo se canalizarán recursos por más de 322 millones de pesos--, un grupo de representantes de organizaciones sociales le dijo al Presidente que Madrazo era el hombre que necesitaba y esperaba Tabasco. Se deshacían en flores, hasta que el mismo gobernador los detuvo: ``Bueno, mejor pasemos al acto''. Madrazo habló, a su vez, de quienes han usado la pobreza y el abandono para promover el enfrentamiento entre hermanos en una misma tierra. Dijo que se abusó de la angustia y se explotó la pobreza, ``por ello trabajamos para devolverle a la política los atributos de la reconstrucción. Es hora de que la política se transforme en un lugar de encuentro digno''.

Después, el Presidente abordó un helicóptero que lo llevó a Teapa. Acompañado por los secretarios Carlos Rojas y Francisco Labastida, así como por el director del DIF, Mario Luis Fuentes, inauguró el Centro Nacional de Investigación del Plátano. En ese sitio y con base en técnicas cubanas se experimenta para crear una planta resistente a la sigatoka negra, hongo que puso en una grave crisis a los plataneros tabasqueños que llegaron a tener ventas de hasta de 200 mil cajas a la semana, pero con la llegada de la plaga todo se les desplomó. ``Pero ¿por qué se fueron a Cuba? Vayan al Cinvestav del Politécnico, son los mejores en ingeniería genética, además ahí tengo vara alta'', reprendió Zedillo.

Más tarde, en el parque La Pólvora, de regreso en Villahermosa, Zedillo se reunió con cientos de pequeños --que traían lo mismo recuerdos de Viva la Gente que de la tonadilla aquella de Niños en Solidaridad-- y estuvo en una de las nuevas instalaciones deportivas de la ciudad industrial, donde Madrazo lo invitó a que ``metiera un gol'' en la portería de una cancha de futbol rápido: ``¡No, lo mío es el basquet..! Mira que no le voy a atinar, le voy a pegar al fotógrafo'', señaló. ``Andele, un tiro, Presidente'', insistió Madrazo. Zedillo accedió y, efectivamente, le pegó al fotógrafo.

El Presidente visitó una casa hogar. En el recorrido visitó un taller de pintura donde se adiestra a los pequeños. Ahí, el viejo maestro Nicho le enseñó algunos de los trabajos. La mesa estaba cubierta con trozos de ejemplares de La Jornada, en donde se apoyaban los niños para no mancharla con tintes y polvos. ``Miren --bromeó Zedillo--, también para eso sirve La Jornada''.