La Jornada 28 de mayo de 1997

Chenalhó, pueblo fantasma; tensión y temor luego del enfrentamiento

Elio Henríquez, corresponsal, Unión Yashemel, Chenalhó, Chis., 27 de mayo Ť Escenario de una balacera entre zapatistas y priístas, cuyo saldo exacto aún se desconoce después de dos días, ésta es hoy una comunidad fantasma. No sólo aquí sino en buena parte de la zona de los Altos, la tensión creció pues ambos grupos han divulgado rumores de ataques mutuos, por lo que muchos tzotziles han abandonado sus hogares.

Hasta hoy no pudo ser confirmada la muerte de ninguna persona, aunque los integrantes del Consejo Municipal Autónomo --perredista-zapatista-- insistieron en que el profesor Cristóbal Pérez Medio ``está muerto en Yashemel, pero su cuerpo no ha sido rescatado''. Además, hay dos heridos de bala confirmados: Fidencio Guzmán Arias y José Pérez Pérez.

Los priístas de Unión Yashemel, a quienes los zapatistas acusan de haberlos ``emboscado'' el sábado pasado, dieron su versión de los hechos: ``Ellos nos vinieron a molestar, pasaron con sus uniformes y sus armas por el monte, y como los compañeros tenían sus pequeñas armas, pues dispararon y los otros contestaron; como cuatro o cinco horas duró la balacera el sábado''.

Ahora, miles de indígenas de ambos grupos están refugiados en comunidades aledañas, sin alimentos ni medicinas, con enfermedades diarréicas principalmente, y sobre todo con ``un gran temor que no nos deja ni dormir'', por la tensión en la zona, donde la presencia zapatista es muy importante.

En esta comunidad ubicada a unos 70 kilómetros de San Cristóbal de las Casas, las puertas de las aproximadamente 200 viviendas están cerradas y no se ven rastros de vida. Sólo los perros y las aves de corral se pasean por la terracería, los patios y los cafetales abandonados.

De paso hacia la vecina comunidad de Yivelhó, un indígena priísta dijo que el sábado por la tarde ``se oía la balacera, y hasta el domingo todavía se escuchaban disparos. Mis compañeros del PRI me dijeron que hay como tres o cuatro muertos de los contrarios (zapatistas) tirados allí en el monte, pero nadie los ha visto, nadie ha entrado en el monte. Mis compañeros (priístas) vieron que los contrarios iban por la montaña el sábado al mediodía, y como al acercarse tuvieron miedo de que los atacaran, pues les dispararon y allí se armó la balacera. Después todos ellos se fueron de aquí por miedo''.

Dos kilómetros más adelante, en la colonia Puebla, más de 2 mil nativos de Unión Yashemel y Poconichim --del PRI-- permanecen refugiados en espera de que el gobierno estatal envíe a la policía de Seguridad Pública para que los defienda, porque ``tenemos miedo de que los zapatistas vengan a atacarnos, aunque si vienen la decisión nuestra es defendernos a como dé lugar''.

Informaron que anoche un destacamento de Seguridad Pública desbloqueó la carretera y entró hasta Puebla para rescatar al zapatista Antonio Pérez Pérez, quien había sido detenido por los priístas.

Tras liberarlo, los efectivos se retiraron y hoy no se observó presencia policiaca en el área.

Las versiones de los hechos y el origen de los mismos son contradictorios. Ambos grupos se culpan mutuamente de haberlos provocado y de haber disparado primero. Los zapatistas aseguraron que el conflicto comenzó por la exigencia de sus contrarios de que deben pagar una cooperación de 75 pesos por persona para abrir una brecha ``que no nos va a beneficiar en nada, es para los transportistas'', y al enviar a una comisión de 16 indígenas para dialogar y pedir la liberación de tres detenidos, ``nos emboscaron a la entrada de la comunidad, cuando los compañeros iban desarmados''.

Sus oponentes manifestaron que el problema inició a mediados de la semana cuando varios priístas ``quitaron una gran piedra del camino para ampliar la calle y que pasen los carros; eso los molestó y por eso nos vivieron a buscar hasta nuestra comunidad. Ellos vinieron a buscarnos y nosotros nos defendimos''.

En sus filas no hubo heridos ni muertos, y dijeron desconocer si del otro bando hubo víctimas porque desde el sábado por la noche no han ido a Yashemel.

Los campesinos priístas refugiados en la colonia Puebla --que solicitaron ``urgentemente'' medicinas, médicos, alimentación, ``pero sobre todo la Seguridad Pública para que nos proteja''-- pidieron a las autoridades estatales que convoquen a un diálogo para que el conflicto se resuelva sin violencia ``y no haya muertos ni heridos entre hermanos''.

En Polhó, el Consejo Municipal Autónomo aseguró que ``la balacera del sábado pasado fue provocada por los simpatizantes priístas para justificar la entrada de la policía y del Ejército Mexicano , con el fin de ir ganando terreno y cercar más a los zapatistas para que se rindan y obligarlos a votar por el Partido Revolucionario Institucional''.