La Jornada 28 de mayo de 1997

OIT: explotación de recursos y turismo amenazan tierras indias en América

Martha García Ť La explotación de recursos naturales (petróleo y minería) y el turismo son las principales industrias que amenazan los territorios indígenas en América, entre ``incuantificables y montones'' de proyectos a nivel mundial, afirmó el director de la Oficina para Centroamérica de la OIT, Ian Chambers.

La población indígena en todo el planeta, calculada en 300 millones (7 por ciento del total), se encuentra asentada sobre 60 por ciento de los recursos naturales del orbe. Por lo que ``no sorprenden los múltiples conflictos por el uso y destino de sus tierras alrededor de los intereses de gobiernos y empresas'', dijo.


Cueva del Piojo, en Chihuahua, zona en la que persiste la
tala inmoderada. En tanto, la Comisión de Bosques y Selvas
de la Cámara de Diputados se reunirá mañana con la titular
de la Semarnap, Julia Carabias, para presentar un informe
detallado sobre el proceso de reformas y adiciones a la Ley
Forestal.
Foto: Ernesto Ramírez

En entrevista, explicó que las empresas turísticas buscan territorios ``casi vírgenes'' conservados por las comunidades indígenas. A pesar de considerarse un potencial económico contra la pobreza, como la actividad petrolera o minera, lo cierto es su urgencia a corto plazo y su carencia de principios ambientales de sustentabilidad.

Varios proyectos de inversión para la construcción de complejos turísticos, agregó Chambers, encuentran feroz resistencia por parte de esas poblaciones, debido, primero, a la conciencia del impacto ambiental y social, en el segundo aspecto: importación de drogas y prostitución, entre otros efectos.

Acerca de la protección de los territorios de esas poblaciones y la función del Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (Sobre Pueblos Indígenas y Tribales en Países Independientes), explicó que de 176 países miembros sólo diez lo han firmado, entre ellos México; están afuera Africa y Asia.

Son inexistentes, aclaró, las ``quejas formales'' (de países sobre países) por su incumplimiento. Sin embargo, destacó que son ``muchísimas'' las acusaciones de comunidades por la violación, en distintos grados, de ese instrumento multilateral.

En tal caso, sostuvo, se difunden los problemas para atraer la atención de la opinión pública, ya que, como otros organismos internacionales, la OIT carece de mecanismos de sanción. Sobre esa condición, destacó que los países ``han estudiado con mucho cuidado otorgarle esa posibilidad''.

Dentro de ese escenario, el director de la oficina de la OIT para América Central apuntó que el organismo estudia incorporar a los indígenas en los mecanismos de aplicación de los distintos convenios, lo cual será abordado durante la Conferencia General en junio, en Ginebra.

Chambers se presentó en el Seminario Internacional de Derechos Indígenas, que se realiza en esta capital a cargo de expertos y al que asisten dirigentes indígenas del varios estados del país.

En ese foro, organizado por la Asociación Mexicana de Naciones Unidas y el Instituto Nacional Indigenista, Carlos F. Marés, del Instituto Socioambiental de Brasil, expuso los conflictos de los Estados de América Latina para incorporar los derechos colectivos en sus constituciones, los cuales amparan derechos individuales.

De su lectura de los debates sobre las reformas realizadas a causa del Convenio 169, que no han concluido, advirtió el riesgo de perderse en la polémica de los conceptos, que se convierte en un arma del poder y ``nos pierde de las cosas esenciales'', dijo en relación con las definiciones controvertidas como la de pueblo.

Marés criticó la forma cómo los países latinoamericanos integraron el reconocimiento de la pluriculturalidad ante un ``Poder Ejecutivo que no cumple, un Legislativo que lo omite y el Judicial que no lo entiende''. En ese escenario, señaló que América Latina ``no puede arribar al siglo XXI con un esquema jurídico y una lógica del XIX; y en ese contexto, señaló, la tarea de los Estados es fortalecerse para impedir la opresión del capital sobre los pueblos.