El BdeM contiene la paridad ``con alfileres'', advierte la ANIT
El Consejo Nacional de Comercio Exterior (Conacex), organismo que agrupa a los empresarios exportadores del país, descartó ayer la posibilidad de una devaluación brusca del peso en las próximas semanas y desestimó versiones sobre un presunto ataque especulativo contra de la moneda mexicana que pudiera acabar con dos meses de estabilidad del tipo de cambio.
La respuesta del organismo empresarial se dio a conocer un día después de que el empresario regiomontano Eugenio Clariond, presidente de Industrias Monterrey (IMSA), una de las mayores empresas exportadoras de México, advirtió sobre los riesgos de una inminente devaluación provocada por la ''nefasta'' política del Banco de México de mantener sobrevaluada la paridad del peso frente al dólar.
Las declaraciones de Clariond, hermano del gobernador priísta de Nuevo León, Benjamín Clariond, y primo hermano de Fernando Canales Clariond, candidato panista al gobierno de ese estado, fueron desestimadas por sus propios contrapartes del sector exportador mexicano, quienes rechazaron que se manipule el tipo de cambio para favorecer al oficialismo en las próximas elecciones federales.
``No vemos una devaluación en puerta; no la queremos. Buscamos que el tipo de cambio se siga moviendo lentamente, sin sobresaltos, que sea predecible como hasta ahora y apoye el crecimiento de las exportaciones'', afirmó Gilberto Marín, presidente del Conacex.
El dirigente empresarial reconoció que este año existe el riesgo de que se reduzca ``dramáticamente'' el superávit de la balanza comercial --que en 1996 fue de 6 mil 424 millones de dólares--, pero no se prevé que ello genere ``una demanda incontrolable de divisas''.
Según informes de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, entre enero y abril de este año la balanza comercial del país fue superavitaria en poco más de mil 600 millones de dólares, lo que significó una reducción de casi 72 por ciento respecto de la observada en el mismo periodo de 1996. Estimaciones del grupo financiero Bancomer señalan que al cierre de 1997 el superávit comercial se ubicará en aproximadamente 2 mil 818 millones de dólares; es decir, 56 por ciento menor al de 1996.
Hay suficientes reservas para apoyar exportaciones: BdeM
El Banco de México reportó el martes pasado que al 23 de mayo la reserva internacional de divisas alcanzó 22 mil 181 millones de dólares, suficientes para financiar al menos cinco meses de importaciones al ritmo actual.
Sin embargo, no todos los empresarios están de acuerdo en que no hay riesgo de una devaluación del peso.
El presidente de la Asociación Nacional de Industriales de la Transformación (ANIT), Adán Ribera, aseguró que la política cambiaria aplicada por el Banco de México es ``artificial'' y la revaluación del peso frente al dólar es ``irreal''.
Ribera sostuvo que el banco central sostiene la paridad del peso con ``alfileres''. En su opinión, ``como todo apunta a que en las próximas elecciones ganará la oposición, una vez terminada la contienda electoral el gobierno dejará que el peso se devalúe para culpar al partido que gane''.
El dirigente de la ANIT opinó que sería prudente que el Banco de México reconociera ahora que existe una ligera sobrevaluación del peso, antes de que el problema se vuelva incontrolable, como sucedió a finales del sexenio pasado.
En el ámbito bursátil, analistas y funcionarios de la Bolsa Mexicana de Valores opinaron que las únicas alternativas para que los inversionistas se protejan contra riesgos cambiarios son: meter su dinero ``debajo de la almohada'', abrir una cuenta bancaria en el exterior o trasladar sus fondos al mercado accionario en el nuevo sector de derivados.
Al opinar sobre los pronósticos de una eventual devaluación del peso, funcionarios bursátiles no descartaron la posibilidad de que en junio, un mes antes de las elecciones federales, el mercado se vea afectado por incertidumbre y posibles desajustes; sin embargo, confiaron en que no habrá movimientos bruscos en el tipo de cambio.
``Bienvenida la especulación a éste y a cualquier otro mercado, porque da liquidez a los papeles y ese capital respalda las operaciones'', dijo Hernán Sabau, director ejecutivo de productos derivados del Grupo Financiero Serfin.
Las reacciones en los medios empresarial y financiero fueron diversas, pero ninguna sostuvo de manera contundente que existan condiciones económicas que obliguen a una devaluación intempestiva.
La presión de fuertes grupos empresariales para que el Banco de México propicie una mayor depreciación del peso frente al dólar tiene el propósito oculto de favorecer a un reducido número de empresas exportadoras en detrimento de 95 por ciento de la planta productiva nacional y del mercado interno, opinaron analistas financieros.
En el fondo se trata de una presión para favorecer a las empresas exportadoras, las únicas a las que conviene un peso devaluado porque les permite vender más al exterior, opinó Esteban Rojas, director de análisis de la Casa de Bolsa Arka.
El especialista señaló que es difícil determinar los niveles de subvaluación o sobrevaluación del peso frente al dólar, por lo que cada quien habla de acuerdo a sus intereses.
En principio, una devaluación abrupta se convertiría en una ``ventaja comparativa'' para las grandes empresas exportadoras al encarecer las importaciones y abaratar sus ventas externas, pero un fuerte deslizamiento del peso provocaría mayor inflación y pérdida inmediata del poder adquisitivo, lo que frenaría una vez más la posibilidad de ampliar el mercado interno para convertirlo en uno de los puntales de la recuperación económica, comentó.
Esteban Rojas agregó: ``Un exportador no se puede mantener sólo por la ventaja que le da una devaluación, sino que debe mejorar sus costos y su nivel de competencia, porque de otra forma sólo causa distorsiones en el sector productivo''.
No obstante, la opinión de representantes de las grandes empresas exportadoras es opuesta. El director de finanzas de Cementos Mexicanos (Cemex), Héctor Medina, sostuvo que el ritmo de apreciación del peso frente al dólar, que acumulará 28 por ciento al término de 1997, ``es demasiado fuerte para mantener la competitividad externa, pues se prevé difícil mantener tasas de aumento de la productividad que la compensen''.
Para el Banco Mundial, por otra parte, el resultado de las elecciones no modificará la asignación de préstamos a México, pues los programas de financiamiento son de largo plazo y van más allá de unos resultados electorales. (Patricia Muñoz, Humberto Ortiz, Roberto González, Angeles Cruz y Armando Torres, corresponsal)