En un proyecto se vincula comercio con democracia y derechos humanos
Jim Cason y David Brooks, corresponsales, Washington, 30 de mayo Ť A pesar de que el gobierno de Bill Clinton decidió postergar el debate oficial sobre la ``vía rápida'' para negociar la ampliación del Tratado de Libre Comercio (TLC) a otros países de América, la discusión sobre el libre intercambio y el acuerdo en particular se incrementará el próximo mes, enfocada en las condiciones internas de México como punto de partida para promover los argumentos de la oposición estadunidense contra la política comercial.
``Va a ser feo'', pronosticó una fuente del Congreso cercana a este tema. Sugirió que una serie de audiencias legislativas programadas para junio y julio no se enfocará sólo al impacto negativo del TLC en el empleo dentro de este país, sino incluirá referencias constantes a las condiciones económicas y políticas internas de México. Una de las principales armas de los opositores a las políticas de libre comercio en este país es un proyecto legislativo que vincula explícitamente los temas comerciales a los de derechos humanos y democracia en México. Varias fuentes legislativas comentaron esta semana que tienen la intención de presentar estos temas internos en las audiencias programadas para mediados de junio.
En los próximos dos meses el análisis se enfocará en el ``informe de progreso'' de los tres años del TLC, que elabora la oficina del representante comercial de Estados Unidos y que se presentará al Congreso a principios de julio. Las embajadas de Estados Unidos en México y Canadá han preparado secciones del informe, y durante junio la Comisión de Comercio Internacional y otras agencias del gobierno estadunidense prepararán otras secciones.
La administración Clinton ha publicado informes especiales en los que alaba el impacto del TLC sobre ciertas regiones del país, especialmente en los estados del Medio Oeste y California, y varios funcionarios, incluidos la representante de Comercio, Charlene Barshefsky, y el principal asesor Ira Shapiro, se han presentado ante el Congreso para sustentar sus argumentos a favor del TLC e iniciar un debate contra los opositores al tratado.
El ex presidente Jimmy Carter también visitó Washington hace unas semanas para reunirse con el titular de la Cámara de Representantes, Newt Gingrich, con otros legisladores y con el presidente de la central obrera AFL-CIO, John Sweeney, para argumentar a favor de ampliar el libre comercio.
Sin embargo, tanto promotores como opositores del libre comercio reconocen que la decisión de postergar hasta el otoño la solicitud para aprobar por vía rápida la negociación de acuerdos comerciales es una muestra de la profunda división que existe en torno a las políticas de libre comercio en este país. ``Creemos que la demora es otro indicio de que el pueblo estadunidense se opone a estos acuerdos y reafirma nuestros argumentos en contra de estas políticas'', afirmó Mike Dolan, representante de la organización nacional Public Citizen, uno de los principales actores en el debate contra las políticas de libre comercio y del TLC en particular.
En coalición con sindicatos, grupos ecologistas y sectores religiosos, Public Citizen se concentra este año en un esfuerzo para detener la aprobación de la legislación de vía rápida. Pero estos activistas aseveran que su mejor arma son lo que llaman los fracasos del TLC. ``Tenemos que mantener el debate sobre el TLC, si se necesita renegociarlo o sustituirlo, y evitar que el mensaje entre en terrenos vagos como la noción de la autoridad ejecutiva'', indicó Dolan en un boletín enviado a su coalición.
Los opositores del TLC organizan equipos de ``reacción rápida'' como parte de su ofensiva política y legislativa para poder refutar la evaluación oficial de los tres años de vida del TLC, que se publicará a principios de julio, y ya han difundido informes en los que critican los argumentos de la administración sobre la generación de empleos en el Medio Oeste y California.
Esta agrupación también emitirá en unas semanas una critica al Banco de Desarrollo de América del Norte así, como a la Comisión Ambiental, creados tras la firma del TLC.
Public Citizen y otras organizaciones presionan a legisladores para que apoyen el proyecto legislativo de la representante demócrata Marcy Kaptur, llamado Acta de cumplimiento del TLC. Sin embargo, fuentes legislativas estiman que las posibilidades de que se apruebe son mínimas. ``Esta acta es un instrumento ofensivo en el combate contra la vía rápida'', señaló un estratega involucrado en este debate legislativo.
Aunque el proyecto legislativo de Kaptur vincula el comercio con los temas de narcotráfico, derechos humanos y democracia en México, los asesores de legisladores que promueven la medida rechazan que se enjuicie a México y sus asuntos internos como parte de la ofensiva en el debate sobre las políticas comerciales de Estados Unidos. ``El modelo actual del libre comercio es malo. Es un modelo para la expansión del comercio que otorga demasiado a las empresas y los empresarios y no lo suficiente a los trabajadores en ambos lados de la frontera'', afirmó Dolan, de Public Citizen.
El libre comercio, tema que divide a los demócratas
El debate sobre la política comercial también servirá de trampolín político en la lucha electoral del año 2000, ya que se ha convertido en uno de los puntos principales en la precampaña del representante demócrata Richard Gephardt, quien podría ser uno de los principales retadores del vicepresidente Al Gore en la pugna por la candidatura presidencial del Partido Demócrata; cada uno representará posturas opuestas sobre el TLC.
La relación con México continuará en la batalla político-electoral de Estados Unidos.