La Jornada 1 de junio de 1997

Extraño el sonido de la flauta en mi cuerpo: Marielena Arizpe

Pablo Espinosa /II y última Ť Este es el escenario donde la instrumentista Marielena Arizpe -cuya carrera está estrechamente ligada al esplendor que ha alcanzado la creación musical mexicana en los últimos 15 años- salvó la vida de milagro, no así una carrera artística cuya continuidad está aún en peligro:

Una cañada rocosa --en Chiapas--, bajo la cual Arizpe cumplía su trabajo profesional. Varios metros abajo, separada de la cascada que hacía marco a la flautista, una orquesta era dirigida por el compositor Federico Alvarez del Toro. Por encima de la cabeza de Marielena Arizpe, a unos 50 metros de altura, un individuo descendía, colgado de una cuerda. Hacía contacto con las rocas, una de las cuales cayó en el hombro de la flautista.

Alvarez del Toro vio que uno de sus músicos, Marielena Arizpe, estaba derribada y sangraba. Pero no se inmutó. Siguió dirigiendo sus obras: su lucimiento.

El concierto siguió. No había pasado nada, dijeron los organizadores. Al final, el hombre concluyó su descenso justo en el sitio de donde habían recogido en camilla a Marielena Arizpe. Llevaba el hombre de la cuerda una antorcha en una mano, con la que encendió un pebetero.

Era uno de los conciertos muy al estilo de Federico Alvarez del Toro, quien comenzó su celebridad con una obra para orquesta y canto de monos, siguió con otra para orquesta y canto de ranas, y así sucesivamente ha mezclado bandas de pueblo con grupos de rock y sinfónica, orquesta con volcanes, con agua, con una serie alargable de elementos de la naturaleza.

El gobierno de Chiapas le ha subvencionado grabaciones discográficas y conciertos en lugares naturales de aquella entidad. Durante el concierto en El Chorreadero, Alvarez del Toro dirigió varias de sus obras, en la primera de las cuales participó Marielena Arizpe, quien relata, en entrevista:

``Todo eso no sucedió nada más así. A la secretaria de Turismo de Chiapas (Mercedes Cerdio de Gutiérrez, empresaria hotelera que forma parte del gabinete desde la etapa de Eduardo Robledo Rincón, en 1994, hasta la fecha) se le ocurrió, mientras yo estaba tocando, poner a un tipo colgando de una cuerda. El estaba allá arriba, volando, mientras yo tocaba exactamente abajo de él. En un lugar así nadie se sube a escalar, porque es peligrosísimo. Pero esto es que suben a ese tipo y al descolgarse choca con una piedra, fue él quien me dejó caer la roca. No me cayó encima nada más así, sola. Fue ocurrencia de la secretaria de Turismo que me cayera a mí directamente la piedra. Lo que causó el accidente fue la decisión de poner al tipo colgado exactamente arriba de mí.

``Nadie se hizo responsable de nada. Un amigo fue a Chiapas a preguntar qué había pasado. Eraclio Zepeda (que en ese entonces era secretario de Gobierno) manifestó: `Yo no tengo nada que ver', y así todo mundo dijo: `Yo no tengo nada que ver'. Todo se negó, a pesar de que hubo muchos testigos del accidente. Entre todos se echaban la responsabilidad; unos dijeron que el responsable era Federico Alvarez del Toro, otros que la secretaria de Turismo, otros que el gobernador, y total que ninguno de ellos se hizo responsable de nada.

``Cuando me llamó por teléfono Federico Alvarez del Toro, hasta una semana después, no me dio tampoco ninguna explicación. Sólo dijo: `Voy a ir a verte, tengo pesadillas desde que te pasó eso. No te había llamado antes porque andaba con todo lo del evento y con el embajador de Estados Unidos, porque estuvo muy bien todo el evento'. ¡Qué barbaridad! ¡El gran maestro Alvarez del Toro tiene pesadillas, no puede dormir! Pobrecito. Después volvió a quedar en que me vendría a ver, pero me dejó plantada otras dos veces.

Recuperación y pendientes

``Desde hace 15 meses no trabajo. Me he dedicado todo ese tiempo a curarme. Me he dedicado a mí. A las terapias. Se convierte en eso tu vida: días enteros de ir y venir que al quiropráctico, que a la terapia, que la craneosacral. Porque un golpe así no implica sólo las fracturas, son todos los ligamentos que se te desgarran, todos los nervios que se destrozan. De hecho estuve casi dos meses sin afocar bien con los ojos y sin oír bien. Y ahí voy.

``Puedo sostener ya la posición de la flauta, pero al respirar me duele todo y me da un calambre en el brazo. Entonces, pon tú que pueda tocar la flauta... tres minutos, pero con eso qué haces: nada. Por lo pronto, me preocupo más por recuperarme. Al principio me dijeron que en dos meses estaría bien y en cinco tocaría la flauta de nuevo. No saben, quienes me atendieron en Chiapas, lo que es tocar una flauta, ni siquiera sabían el daño causado por el golpe; el buen diagnóstico lo obtuve en Estados Unidos, y la posibilidad de curación. Fue el equivalente a un cañonazo lo que recibí en el hombro, me dijo un especialista en Estados Unidos. Hasta el momento no puedo tocar la flauta profesionalmente. No extraño tanto los conciertos como el sonido del instrumento en mi cuerpo, eso sí lo extraño mucho. Si se tratara del inicio de mi carrera hubiera sido peor, pero había ya hecho una carrera. Me quedaron unos pendientes que, bueno, ya saldrán con algún otro flautista.

``Esos pendientes son grabar las obras que Gerhardt Muench escribió para mí, al igual que las que me escribió Joaquín Gutiérrez Heras y Rodolfo Halffter. También, terminar de escribir un libro que dejé pendiente, porque para ello necesito poder tocar la flauta, probar lo que estoy escribiendo. Estaba a punto de terminar ese libro, me faltaba exactamente todo lo que es prueba en sonido real, que es lo que ya no puedo hacer debido al accidente. El libro se llama Voces de la flauta, y en él estaba tratando de unificar las diferentes escrituras para todas las distintas técnicas contemporáneas para flauta. El propósito era hacer más accesibles esas técnicas para los jóvenes flautistas.

``Dejé también pendiente el proyecto de la grabación de dos discos con obras de Arturo Márquez y Stefano Scodanibbio, aunque esas obras, si no vuelvo a tocar más la flauta, de alguna manera las tengo ya grabadas, en vivo: en un concierto que hice hace dos años para la radio de Suecia.

``Con Federico Alvarez del Toro había participado hace unos diez años en la grabación de un concierto para marimba en una cueva, y nuevamente me llamó para que tocara su obra en El Chorreadero.

``Sí, yo también tengo entendido que ha seguido haciendo conciertos de ese tipo. La cantante Adriana Díaz de León me llamó para decirme que participó en un concierto que organizó Federico Alvarez del Toro, con otra obra suya, en la presa del Sumidero, y a los cantantes los pusieron en una como islita y toda la gente que asistió al concierto estaba en lanchas alrededor. Se acabó el concierto y se fueron todos, en las lanchas, y dejaron a los músicos en la islita. Allí se quedaron los músicos, solos. Adriana Díaz de León y otro cantante, al grito de ¡auxilio! fueron rescatados por un gringo que pasaba por allí en su lancha y los regresó a tierra firme. Se acabó el concierto y los músicos se quedaron en la islita, solos.''

Falla de seguridad de Turismo: Federico Alvarez del Toro

El compositor Federico Alvarez del Toro hizo llegar, ayer, el siguiente fax a la redacción de La Jornada:

``Quiero mucho a Marielena Arizpe, es una intérprete estupenda, hemos grabado discos y juntos vivimos aventuras musicales maravillosas. Lamenté mucho el trágico accidente que sufrió hace un año, por una falla logística de seguridad de Turismo (sic). La falta de experiencia para reaccionar correcta y eficazmente en esas situaciones pudo parecer insensibilidad, pero se debió a la confusión del momento.

``Marielena volverá a tocar con su espléndido genio e inventiva, pues es una mujer con una fuerza interior especial. Después del percance me hizo hacerle una promesa, volver a escribir música para ella. Estoy trabajando para ese objetivo, contribuir a su rehabilitación (sic) y volver a estar juntos.