La Jornada 1 de junio de 1997

Prevé la UE avances opositores en 1997 y 2000

Oscar Camacho Guzmán Ť Desde la óptica de la Unión Europea, las ``dos grandes citas electorales de México'', los comicios legislativos de 1997 y los presidenciales del año 2000, ``deberán contribuir a confirmar el camino emprendido para pluralizar la vida política'' del país, en donde ``los partidos de oposición han reforzado notablemente sus posiciones''.

De lo anterior da cuenta un estudio especial sobre la situación económica, política y social de México, elaborado por un comité especial del Parlamento Europeo, con miras a las negociaciones para un tratado de libre comercio entre México y la Unión Europea, entregado a la comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados.

En relación con el PRI, el estudio señala que se encuentra en ``un proceso de reforma interna'' motivado por los acontecimientos que ``lo sacudieron notablemente como el asesinato de su candidato presidencial y de su secretario general''.

Empero, advierte que aún es prematuro saber si el PRI volverá a sus orígenes, ``rompiendo con su pasado que ha estado marcado por el ejercicio del poder casi sin competencia, caracterizado por el centralismo''.

Sobre el PAN, el informe señala: ``partido histórico de centro derecha, conservador, defensor de los valores de la Iglesia, el PAN ha experimentado en los últimos años un alza espectacular, favorecida por su pragmatismo y por la imagen de integrista y de buen gestor que ha creado en torno a él''.

Sobre el PRD, ``de tendencia centroizquierdista, que aglutina en su seno a la izquierda tradicional y a una escisión del PRI'', indica que ``poco a poco ha ido estableciendo su presencia electoral como tercera fuerza a nivel nacional y como segunda en algunos estados''.

Reto en México: garantizar el estado de derecho

En otra parte, y en relación con el orden social, el estudio del Parlamento Europeo señala que en México ``la ciudadanía sigue siendo víctima de la distancia que existe entre la palabra de la ley y su observación, entre las normas y su aplicación, entre las fórmulas de la justicia y su aplicación''.

Asienta que ``las deficiencias, las limitaciones y la falta de credibilidad social en la persecución de los delitos'' se han manifestado claramente en ocasión de las investigaciones ``sobre los crímenes cometidos contra distinguidas figuras de la vida pública del país''.

En cierta medida, la proliferación de delitos deriva de factores económicos y sociales, dice, pero ``la mayor incidencia de los que ocurren en México también es producto de las obsolescencias y limitaciones de los órganos de prevención y persecución de ellos. Los cuerpos policiales y judiciales que actúan en todo el territorio nacional lo hacen sin una coordinación eficaz y con procedimientos y medios técnicos muy heterogéneos''.

Y advierte: ``para que la ley sea la norma efectiva de la convivencia social, política y económica, es indispensable que se avance en una profunda transformación de los sistemas de justicia y de seguridad pública''.

Finalmente, en cuento a la parte económica, se indica que México es, ``sin ninguna duda, un país con un importante potencial económico'', pero que la crisis de 1994 puso ``en evidencia la existencia de graves problemas estructurales en su economía que estaban presentes desde hace décadas''.

En ese sentido, se establece que ``el verdadero desafío de México será el poder alcanzar una estabilidad real de su economía a través de las reformas estructurales que promuevan el ahorro interno y la inversión, así como la competitividad industrial mexicana, que conlleve unos sistemas que permitan una distribución más equilibrada de los beneficios que ella misma genera''.