Zedillo: se conjugan ahora crecimiento y democracia plena
Elena Gallegos Ť Luego de señalar que las metas del Programa Nacional de Financiamiento al Desarrollo (Pronafide) son, al mismo tiempo, ``prudentes y ambiciosas'', y de advertir que los buenos resultados de su estrategia económica aconsejan ``mesura'' a quienes auguraron el fracaso, el presidente Ernesto Zedillo dijo que ``nuestra generación'' será la primera capaz de conjugar crecimiento económico con una democracia plena, ``en la que todas las voces se oyen y todos los votos cuentan''.
Enseguida y a sabiendas de que ``ninguna nación ha alcanzado el desarrollo y la prosperidad sin sacrificar el consumo presente en aras del bienestar futuro'', convocó a redoblar el esfuerzo hasta lograr, en un clima de certidumbre y estabilidad, un crecimiento ``con rostro humano y compromiso social'' que proporcione recursos suficientes para atender las apremiantes carencias que todavía lastiman a millones de mexicanos.
Zedillo insistió en que ese crecimiento ``no puede depender, imprudentemente'' del ahorro externo, por lo que se promoverá especialmente la generación de ahorro popular y se fortalecerán los ingresos tributarios evitando elevar la carga fiscal de los contribuyentes cumplidos, pero intensificando los esfuerzos para evitar la evasión y ampliar la base de contribuyentes.
Precisó que, aunque se continuará con la racionalización del gasto público, sí se ampliará el porcentaje destinado a infraestructura, y anunció que se pondrá especial empeño en modernizar el sistema financiero y en fomentar el desarrollo de instrumentos e instituciones que den servicio a los sectores hasta ahora desatendidos por los mecanismos tradicionales.
Enumeró las metas en materia social que su administración se fijó de aquí al año 2000: se buscará que 10 millones de mexicanos de las localidades más apartadas cuenten con el paquete básico de servicios; extender el programa integral de alimentación, salud y educación a los cuatro millones de familias que sobreviven en condiciones de pobreza extrema; ampliar las redes de agua potable para abastecer a 10 millones más de mexicanos; que el 97 por ciento de la población cuente con luz y que se edifiquen 1.3 millones de vivienda.
Al cumplirse dos años (y tres días) de que se dio a conocer el Plan Nacional de Desarrollo de la administración zedillista, miembros del gabinete y de la cúpula empresarial fueron reunidos en el salón Adolfo López Mateos de la Casa Presidencial donde --a media luz y entre banderas nacionales-- el secretario de Hacienda, Guillermo Ortiz, dio a conocer los principales lineamientos del Pronafide.
Después de las palabras de Ortiz, el presidente (con todos los reflectores ya encendidos) hizo una apretada síntesis de lo que ha sido su gestión, desde el estallido de la crisis hasta lo que él mismo llamó el inicio de la recuperación. Aseguró que en todos esos momentos él ha hablado con la verdad.
En un tono siempre optimista, Zedillo elogió las reformas que ``con valor y decisión'' se han emprendido en la última década para contar con una economía sana, abierta, moderna y dinámica.
``Con unidad, responsabilidad y tenacidad, los mexicanos seguimos trabajando para cimentar una genuina economía de mercado; con finanzas públicas sanas; con políticas fiscales y monetarias responsables; con regulaciones claras y sencillas que alienten la inversión y en la que la iniciativa individual no sea avasallada por el Estado, que en lugar de gastar en empresas ineficientes gasta en las personas y en las comunidades'', dijo.
El presidente dividió su intervención en cinco capítulos. En el primero, titulado Desarrollo con compromiso social 1994-96, habló de las acciones sociales de su gobierno en los dos primeros años, no obstante las dificultades económicas. Hizo un recuento de obras y cerró con un ``de cada peso que programa gastar el gobierno de la República, 56 centavos se dedican a apoyar y mejorar las condiciones de vida de los mexicanos.
El segundo lo denominó Crecimiento perdurable. En él insistió en que su estrategia económica ha sido ``responsable y congruente'' y en que para consolidar el crecimiento se debe perseverar en el rumbo y profundizar en la estrategia.
Aquí fue donde repitió que los avances logrados ``de ningún modo nos hacen soslayar los graves problemas que persisten'', ya que la recuperación no se siente en todas partes y aún hay rezagos que afectan a millones de mexicanos a los que se tiene que hacer justicia, justicia que requiere un crecimiento ``sosteniblemente fuerte y perdurablemente sustentable''.
En el tercer capítulo de su discurso, Consolidación hacia el siglo XXI, básicamente Zedillo se refirió a los grandes lineamientos del Pronafide, sus objetivos y propuestas. Aquí puso especial énfasis en señalar que la consecusión de las metas que contempla el programa dependerá del éxito con que se promueva un mayor ahorro interno.
Zedillo dedicó un cuarto capítulo a detallar lo relacionado con los ``Recursos para combatir la pobreza''. Fue en este apartado en el que habló de las metas para el año 2000. Mencionó que en materia educativa se propone que 9 de cada 10 niños mayores de 5 años vayan a la escuela; que se obtengan cosechas de 37 millones de toneladas de granos básicos; que se titule la totalidad de los ejidos y, en general, que las comunidades más pobres en lugar de exclusión reciban oportunidades y en vez de marginación, puedan gozar de una vida digna.
El quinto episodio, llamado Convocatoria, fue dedicado a renovar el llamado para que se redoble el paso. Aseguró que esta será la primera generación que logre combinar el crecimiento con una vida democrática en la que se respetan las libertades, se reconoce el pluralismo y se renueva la cultura política.
Convocó a los mexicanos a seguir adelante unidos por la convicción de que el crecimiento económico es indispensable para la prosperidad material y que la democracia plena es indispensable para la armonía social'', remató.