La Jornada 7 de junio de 1997

Soy un periodista en campaña: Castillo Peraza

Víctor Ballinas ¤: Carlos Castillo Peraza, candidato del PAN al gobierno de la ciudad, dijo ayer que conoce el trabajo periodístico porque se dedicó a la prensa escrita en los primeros años de la década de los 70. ``Me preocupan y ocupan sus vicisitudes, me apasionan sus virtudes, me entristecen sus carencias''.

Añadió el panista que respeta y admira a aquellos periodistas --número en creciente-- que en toda la República hacen su trabajo con libertad, responsabilidad, objetividad y entereza. ``Soy, pues, un periodista en la política, y por ahora un periodista en campaña''.

Al participar en la comida de celebración del Día de la Libertad de Expresión, organizada por Asociación de Editores de Periódicos de la República Mexica, a la que se invitó a los ocho aspirantes al gobierno del Distrito Federal, Castillo Peraza expuso que le tocó el privilegio de contar con maestros que exigían sumisión total a la gramática, completa independencia en relación con los poderes económico y político, verificación minuciosa de los datos a publicar y respeto irrestricto a la vida privada.

En los siete minutos que se le asignaron para su discurso, Castillo Peraza leyó un texto ``hecho al mismo tiempo por el candidato y el periodista, y que se titula Luces de la ciudad. En él el candidato refiere la pobreza, la marginación y olvido en que se ubican varios millones de defeños.

Inicia su recorrido literario por el rumbo de La Merced, Plaza de Aguilitas, donde habitan 40 familias en las vecindades más o menos destartaladas, y donde se ejerce la prostitución. Los jóvenes, narra el aspirante al gobierno de la ciudad, no tienen donde jugar el futbol.

Luego salta a la colonia Del Carmen, en Coyoacán. Ahí ubica nuevamente a jóvenes y adolescentes en esa zona. Los hay sufrientes, dispuestos a trabajar sin más paga que hacer el bien. Cita el caso de un joven que llega con intoxicación severa, lo acogen, lo pasan... no hay dinero para que el adolescente pueda siquiera ser recibido en las urgencias de algún hospital.

El enfermo, leyó Castillo, ``ésta fuera de todas las listas de derechohabientes, no tiene derechos, quizá por eso se comporta como quien tampoco tiene por qué tener deberes''.

¿Ciudad de tinieblas?, tal vez. Pero no de total obscuridad; hay luces en la ciudad. Son las luces de la ciudad, de esta ciudad...