Acepta la CIDH la queja por daños de la explosión en Anaversa
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) reconoció esta semana que es de su competencia la queja presentada por la asociación de afectados por la fábrica de plaguicidas de Veracruz (Anaversa) que explotó en Córdoba el 3 de mayo de 1991. Desde entonces a la fecha han muerto por causas de esta explosión 198 personas. Esta recomendación es la primera en América Latina en el rubro de medio ambiente, informó la presidenta de la agrupación, Rosalinda Huerta Rivadeneyra.
A seis años de la catástrofe ambiental, considerada única en el mundo por la variedad y cantidad de sustancias altamente tóxicas que, al incinerarse, provocaron la formación de una mezcla letal, la CIDH comunicó a los afectados, con número de registro 11683, que el gobierno mexicano ha dado respuesta a la petición de proporcionar toda la información requerida en el caso para el desahogo de pruebas.
Huerta Rivadeneyra afirmó que también presentaron ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) la misma queja, y que ésta emitió la recomendación 99/91 a los entonces titulares de las secretarías de Desarrollo Urbano y Ecología, y de Salud, Patricio Chirinos y Jesús Kumate respectivamente.
Entrevistada vía telefónica, la presidenta de la asociación recordó que el 3 de mayo de 1991, a las 3:15 de la madrugada, se inició el incendio, al que siguió una serie de explosiones que provocaron la incineración y dispersión de más de 38 mil litros de sustancias altamente tóxicas como el Malathion, Parthion methilico, Paraquat y el Acido 2-4D, conocido como Agente naranja, sustancia utilizada por Estados Unidos en la guerra de Vietnam.
Sostuvo que la fábrica formuladora de plaguicidas Agricultura Nacional de Veracruz (Anaversa) violó las leyes General de Equilibrio Ecológico y la de Salud, ya que cuando explotó tenía licencia sanitaria (que corresponde a la Secretaría de Salud) y de funcionamiento (Sedue) vigentes.
Destacó que la Environmental Protection Agency (EPA), agencia estadunidense de protección ambiental que emite normas de salud internacionales, y la Organización Mundial de la Salud (OMS) declararon que las enfermedades como leucemia, labio leporino, espina bífida y cáncer de diversos tipos presentadas por personas que estuvieron cerca de la explosión, están asociadas a la exposición de plaguicidas y a sustancias derivadas de la combustión de organoclorados (dioxinas). (Alejandra Parra)