José Steinsleger
Banzerización de la democracia

A mediados de los años setenta, anticipándose al desgaste de la ``doctrina de seguridad nacional'' (invento de los militares brasileños), los funcionarios Franklin Devine, de Asuntos Interamericanos del Departamento de Estado, y Harry Schlaudeman, del Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos, acuñaron la expresión ``democracia viable''. Su finalidad consistió en dos objetivos básicos: reencauzar las instituciones políticas y estimular el libre mercado.

Así, tras el degüello de muchas generaciones de dirigentes políticos y activistas sociales, la ``democracia viable'' estimuló la modernización prescindente del desarrollo social, la subasta del patrimonio nacional vía privatizaciones y la centrifugación de lo político en el ambidextrismo ideológico de la ``globalización''. No obstante, para la frágil economía boliviana, la ``democracia viable'' condujo a un callejón sin salida: la producción en masa de la cocaína, único recurso ``sustentable'' que al país andino le garantiza cierta liquidez relativa.

Paradójicamente, quienes asolaron a sus pueblos para ``salvar las instituciones'' salieron muy mal parados de la experiencia contrainsurgente. Salvo Chile, donde las fuerzas armadas aún cuentan con respaldo social importante, los militares sudamericanos fueron sometidos al descrédito moral y social. La excepción fue Hugo Bánzer, el ``menos represivo'' de los generales afiliados a la ``Internacional del terror'' (apenas mató a unos cuantos centenares). Bánzer fue el primero en convocar a elecciones (1979) e invirtió años para mejorar su imagen como ``candidato viable'' de la nueva juventud boliviana, inserta en la otra Internacional: la de la llamada ``generación X''.

En 1990, Bánzer apoyó al socialdemócrata Jaime Paz Zamora para que éste pudiese ser presidente. Ahora, la relación se invierte: Bánzer ganó la primera vuelta electoral y Paz Zamora, el ``demócrata viable'', corrió a pagar los favores recibidos. Desde ya, la alianza garantiza la victoria de Bánzer en la segunda vuelta electoral, prevista para agosto del corriente. Por otro lado, si en política es sabido que a veces todo vale, convendría observar que la tolerancia ideológica ``a la francesa'' equivale, en países como Bolivia, a la complicidad de la democracia ``light'' con los demonios que enlutaron a miles de hogares, empezando por casa pues Bánzer estuvo entre los oficiales que llevaron a la muerte a Néstor Paz Zamora, hermano de Jaime, durante el foco guerrillero de Teoponte (1970).

En todo caso, a falta de pan... ¿buenas son tortillas? En Bolivia no se las conoce. El país andino pertenece a la cultura de la papa. ¿La papa? Con 7.5 millones de habitantes la vida, tan intensa como frágil, se expresa allá en los altísimos niveles de fecundidad (4.7, tercero en América Latina), de mortalidad materna (650 por cada cien mil mujeres) y de mortalidad infantil (110 por cada mil nacidos vivos), la más elevada del continente después de Haití.

En 1992, año del V centenario del ``descubrimiento'', el rey Juan Carlos de España llegó a La Paz con la esperanza de visitar Potosí. Pero en aquella hermosa ciudad erguida entre piedras y nubes, a 4 mil metros de altura, no había aeropuerto ni una carretera transitable. Con lo que, desafortunadamente, el monarca se privó de conocer la ``villa imperial de Carlos V'', que durante 250 años le dio a la corona su mayor esplendor