David Márquez Ayala
Terrorismo financiero
La irresponsable intromisión política del representante de los banqueros y de algunos ``dirigentes'' empresariales, advirtiendo fugas masivas de capitales si llegara a aplicarse el programa económico del PRD, ya surtió efecto. En su edición del 13 de junio, The Wall Street Journal da cuenta de salidas millonarias de dólares al extranjero.
Dado que el mencionado programa del PRD circula públicamente desde hace meses y que no es para asustar a nadie que no sea un especulador recalcitrante, esta nueva fuga orquestada de divisas, y los daños que se causen al país, habrá que cargarlos a la cuenta del señor Del Valle y de quienes, como él, usan sus puestos y recursos para asustar y azuzar a otros a sacar dinero, en forma engañosa, desaprensiva, dolosa e indebida. Será fácil identificarlos, pues ahora, con las nuevas reglas de control contra el lavado de dinero puestas en marcha por la Secretaría de Hacienda en febrero pasado, se lleva registro de toda transacción superior a 10 mil dólares.
Ya de por sí la fuga de capitales es un cáncer para México, y alentarla no tiene nombre. Según un informe del mes pasado del Banco de la Reserva Federal de Estados Unidos, los depósitos de mexicanos en ese país ascendieron a 31 mil 251 millones de dólares al 31 de diciembre de 1996, 6 mil 691 millones más que un año antes. Más aún, al 31 de diciembre de 1994, esos depósitos de mexicanos sumaban 12 mil 227 millones de dólares, lo que significa que entre 1995 y 1996, mientras el país se hundía en una crisis financiera sin precedente, los cómplices del señor Del Valle sacaron del país 19 mil 024 millones de dólares; es decir, poco menos de lo que ostentosamente y a un enorme costo nos prestaron el gobierno estadunidense y el FMI. Esta es una buena muestra de la enorme farsa de la política económica actual de privilegios sin límite a una élite voraz y apátrida a costa de la población.
El programa económico del PRD, con el cual he manifestado mis acuerdos y desacuerdos -incluso por escrito en las páginas de La Jornada-, es, por lo demás, un programa equilibrado que si de algo peca es de moderado. Es, eso sí, un programa que busca privilegiar la economía productiva, que es la importante para el 99.9 por ciento de los empresarios y trabajadores mexicanos, aunque, desde luego, no para el 0.1 por ciento en el que donde se ubican los especuladores financieros que representa el presidente de los banqueros.
Pero, a fin de cuentas, está bien. La alineación PRI-PAN-gobierno-banqueros-sacadólares contra el PRD coloca en su justa dimensión la verdadera confrontación política que vivimos en México, cuyo eje neurálgico es la economía. La posibilidad cada vez mayor de alternancia real simplemente ahora se manifiesta en ese bochornoso contubernio de corrupción, abuso, impunidad y complicidad que está asfixiando y hundiendo al país.
Lo más importante de nuestro voto el 6 de julio, y en particular el referente a la integración del Congreso, es que estaremos eligiendo entre una alternativa económica comprometida -aun con sus fallas- con la producción, la gente y la nación, y otra que representa la economía vigente, especulativa, antisocial, antinacional y parasitaria. Votemos conscientemente y sin miedo, y, por favor, no hagamos el juego a los terroristas financieros.