José Blanco
Fugas falsas
The Wall Street Journal, con Dowjones detrás suyo, publica en su edición de ayer mentiras interesadas y desestabilizadoras en relación con México. Al estilo de tantos redactores estadunidenses profesionales de la insidia disfrazada de fría objetividad, el Wall dice: ``Los mexicanos comienzan a enviar millones de dólares al extranjero, indican economistas y banqueros''.
Cita a Diane Ashley, gerente de una filial en Miami del Bank of Boston Corp., quien en frase impersonal y abstracta declara: ``En momentos de incertidumbre, se busca seguridad''. ``Entre las principales preocupaciones --dice el redactor Joel Millman del Wall--, está la sólida campaña de Cuauhtémoc Cárdenas...; los analistas dicen que una victoria en la ciudad de México... lo convertiría en un fuerte aspirante a la campaña presidencial del año 2000''. Más adelante continúa apareciendo el más que probable peine: ``El miércoles --dice el Wall--, la Asociación de Banqueros (AMB) advirtió que, si se implementan los planes del PRD, podrían llevar a una fuga masiva de capital''; en seguida reproduce las ``preocupaciones'' de Antonio del Valle Ruiz, repetidas muchas veces en estos días por los medios mexicanos.
Por supuesto, el articulejo de Millman no da una sola cifra sobre la fuga de capitales. Y no lo hace porque hasta hoy no existe tal fuga. A la mexicana, podemos llamarlo borrego, o petate del muerto para asustar a incautos, pero es más que obvio el intento desestabilizador de la AMB, o del señor Del Valle, o del Wall, o de Dowjones, o de todos en conjunto y acaso algunos o muchos más. No obstante, bien sabemos que los propietarios de altos montos de dinero líquido actúan así, con frecuencia instigados por banqueros: pueden comportarse como incautos asustados por el petate del muerto que está agitando The Wall Street Journal.
La semana pasada decíamos en este espacio que los datos relativos al tipo de cambio y a la evolución de los precios en comparación con los de Estados Unidos, podía configurar una situación que llevara a una devaluación traumática. A los datos anteriores añadíamos el crecimiento del déficit en cuenta corriente y el deterioro del superávit comercial externo. Los datos de balanza de pagos aún no son dramáticos; pueden llegar a serlo, sobre todo combinados con la evolución del tipo de cambio y del diferencial inflacionario con Estados Unidos. Esta perspectiva, como es claro, apunta al mediano plazo.
En la coyuntura del momento, los datos relevantes pertinentes son los siguientes: el saldo de inversión externa en la Bolsa Mexicana de Valores era en diciembre de 96, de 34 mil 373 millones de dólares; pasó a 38 mil 271 millones en abril 30, y a 40 mil 399 millones al 29 de mayo. A fines de mes conoceremos la cifras de junio. Los datos registrados muestran que el capital externo ha estado aumentando, no disminuyendo.
La tasa de interés de los Cetes a 91 días era, el pasado 9 de junio, de 24.06 por ciento, y antier 12 de junio había disminuido a 20.62 por ciento. De haber detectado Banxico alguna corrida especulativa (o asustadiza) contra el peso, la tasa de Cetes a 91 días estaría subiendo --no disminuyendo-- aceleradamente. Si ello no ha ocurrido, es que no existe la fuga más que en la imaginación política desestabilizadora de quienes, temerosos, ven los fuertes cambios de tendencia que viene anunciando la política nacional.
Sume usted aún, que el índice de precios y cotizaciones del mercado accionario, antier 12 alcanzó el récord histórico de 4,198.11 puntos, indicador del crecimiento de la inversión financiera en el mercado mexicano.
Los mexicanos todos tenemos que habituarnos a convivir con normalidad y colaborar con el país, cualquiera que sea la fuerza política que gobierne. Las mayorías deciden a sus gobernantes, y los demás asumen tal realidad; en eso consiste la renovación democrática de los gobernantes, señor Del Valle.
Lo anterior no impide señalar que los riesgos están creciendo, y que negarlo es intentar tapar el sol con un dedo. Estos riesgos pueden crecer hacia principios de julio. En esa fecha la Reserva Federal de Estados Unidos (FED) revisará los niveles de las tasas de interés, en un contexto en el que el debate, desde principios de año, consiste en el grado que resulta soportable un ``recalentamiento'' de la economía de ese país (la economía estaría creciendo a ritmos mayores a los que sus propios analistas hallan conveniente para la estabilidad de precios). Si las tasas de interés son revisadas al alza para frenar el ritmo de aumento de la economía estadunidense, en México, en un marco de alta temperatura electoral, con tasas al alza en el país vecino, y con presiones considerables ya sobre el tipo de cambio, la salida de capitales puede volverse una realidad adversa que lleve al ajuste del tipo de cambio acaso en condiciones no controladas.