Luis González Souza
Empresarios y subdesarrollo
¿Se enfila México a otra catástrofe financiera, que no haría sino hundirlo más en los sótanos de la desnacionalización y el consiguiente subdesarrollo? Vale la pregunta porque ya la prensa estadunidense reporta que, preocupados por las elecciones en puerta, ``mexicanos están sacando al extranjero millones de dólares''. Sobre todo les preocupa la casi segura victoria de Cuauhtémoc Cárdenas en la capital, con lo que se convertiría en un ``contendiente líder para las elecciones presidenciales del año 2000'' (Wall Street Journal, 13/VI/97).
Surgen de inmediato otras preguntas: ¿por qué es la prensa de EU, y no la mexicana, la que reporta un hecho tan grave, y de paso difunde un temor típico de la élite político-empresarial de México? ¿Acaso se trata de un proyecto cupular-binacional orientado a generar terror o caos en torno a un eventual gobierno cardenista, a base de profecías autocumplidas? Imposible olvidar la reciente profecía de Antonio del Valle, presidente de la Asociación de Banqueros de México: ``Sin duda la aplicación del programa económico del PRD causaría una crisis muchísimo peor que la de 1995'' (Reforma, 12/VI/97), incluyendo ``salidas masivas de capital'' (La Jornada, misma fecha). Es decir, la fuga que ya es reportada en EU, pero que el banquero Del Valle calla.
Por fortuna, el mismo prohombre (?) del empresariado mexicano se declara dispuesto a debatir, ``antes de las elecciones'', con el PRD. Hay mucho que debatir, no sólo con este partido sino con toda la sociedad. Y no sólo el tema que interesa el señor Del Valle. También temas sospechosamente silenciados desde hace tiempo, no obstante su trascendencia para la democracia y el desarrollo de México. Por ejemplo: ¿quién eligió y a quién representa el señor Del Valle? ¿En verdad representa el sentir de todos los empresarios mexicanos o, al menos, de todos los banqueros? Y sobre todo, ¿qué responsabilidad tiene el empresariado en el atraso económico y político de México?
Ciertamente, hay de empresarios a empresarios. Unos son Empresarios con mayúscula: verdaderos emprendedores, creadores de empresas útiles al país. Otros, en cambio, son dizque ``empresarios'' que sólo buscan ganancias rápidas, fáciles y listas a volar con cualquier pretexto. Los Empresarios son valiosos mexicanos interesados en el desarrollo de México, mientras que los ``empresarios'' son costosos apátridas que sólo ven a nuestro país como una fuente de lucro.
En gran medida artífice de nuestro subdesarrollo, este sector de ``empresarios'' practica diversas subculturas, a cual más de viciosas: 1) el parasitismo o enriquecimiento a costillas de los demás; 2) la improductividad, por especular con la riqueza ajena en vez de producir alguna; 3) el agiotismo, por cobrar carisímos sus ``servicios'' de especulación; 4) el extranjerismo, por depender del exterior incluso para resguardar sus ganancias; 5) el chantajismo o uso de la fuga de capitales como una amenaza permanente; 6) el antigobiernismo, que les permite usar al gobierno como chivo expiatorio de todas las deficiencias propias; 7) el fariseísmo, que al mismo tiempo les permite usar al gobierno como fuente de negocios y poder; 8) el infantilismo, al no querer sacudirse el paternalismo gubernamental; 9) la peor politiquería, es decir, la grilla escudada en el ``apoliticismo'', y 10) el terrorismo indirecto pero tan eficaz como los ya numerosos suicidios de deudores.
Esos podrían llamarse los diez pecados capitales de los ``empresarios''. Su denominador común es la descapitalización de México. Descapitalización múltiple: a) financiera, con la mentada fuga de capitales; b) política, al apropiarse de las riendas del poder y luego ``mercadearlas'' hasta en el extranjero; c) social, al montarse en la pobreza de más y más mexicanos; d) cultural, al promover su subcultura ``empresarial'', y e) moral, al hacernos creer que el futuro de México depende de esos ``empresarios'', con quienes obviamente no hay futuro.
Aunque suene insólito, hay una franja dentro de los ``empresarios'' que, ella sola, encarna los diez pecados capitales. Es la franja, digamos ultraparasitaria, que supuestamente representa el señor Del Valle. Tal vez bastaría analizar la conducta reciente de bancos como el suyo, para constatar todos y cada uno de los pecados mencionados.
Así como hay Empresarios y ``empresarios'', también hay Banqueros --banca de desarrollo-- y ``banqueros'', gestores de una banca del subdesarrollo y bastión del ``empresariado'' ultraparasitario. Del Valle parasitario emana gran parte de nuestro atraso. Es hora de conocer bien a sus moradores. Enhorabuena, el señor Del Valle quiere debatir.