La Jornada 17 de junio de 1997

Iztapalapa, decisiva en la lucha por el DF

Antaño fuente de votos para el PRI --casi 350 mil en los últimos comicios--, soporte de su predominio en la ciudad, Iztapalapa se la disputarán en las próximas elecciones ese partido y el PRD. Factor estratégico en la votación, el tricolor espera captar 400 mil sufragios y para eso ha recurrido a sus ``cuadros de gobierno'' como candidatos a los cargos en disputa.

En contrapartida, el candidato a jefe de gobierno del partido del sol azteca, Cuauhtémoc Cárdenas, ha logrado penetrar en esas zonas y ha roto algunos esquemas de control del voto priísta. Los sondeos internos del PRD prevén para ese partido una votación superior al 40 por ciento en la delegación.

Pero más allá de las estrategias electorales, Iztapalapa se ha convertido en un foco de tensión política y social: presencia castrense en funciones policiacas, militares metidos en brigadas sociales desde el inicio de las campañas electorales, el asesinato de una joven lideresa priísta en San Miguel Teotongo, denuncias penales derivadas de agresiones de pepenadores contra grupos de oposición, guerra de propaganda y hasta proselitismo en los templos, según dicen feligreses de la vicaría número siete.

La tensión --afirma el dirigente del PRD capitalino, Armando Quintero-- puede desbordarse si las fricciones que se dan a nivel de base no logran controlarse. La razón: en las calles de la sierra de Santa Catarina los rumores corren e involucran al PRD en el asesinato de la lideresa priísta.

Iztapalapa: proyecto político del PRI

La historia política y electoral de Iztapalapa está ligada al predominio priísta. A la satisfacción de las demandas, dice el PRI; a la conformación de cacicazgos urbanos, afirma el PRD. En el pasado inmediato, reconoce el dirigente priísta Roberto Campa, esa delegación fue el factor central para la recuperación de la ciudad que en 1988 ganó el cardenismo, aunque para él la enorme cantidad de recursos que se canalizaron a la demarcación obedecieron más al pago de una deuda social largamente postergada que a una intención electoral.

Con millonarias partidas destinadas durante el salinismo vía el programa Solidaridad, el presupuesto de Iztapalapa, afirma Campa, entonces subdelegado jurídico y de Gobierno, fue creciendo para enfrentar las carencias sociales tan acentuadas. ``La población exigía solución a sus añejas demandas, pues había hecho su parte vía programas mitad y mitad''.

La gestión social y la canalización de recursos fueron eje de la recuperación política, según la versión gubernamental. La visión de las organizaciones sociales es radicalmente distinta: la presencia priísta en la delegación ha podido enquistarse a partir de los cacicazgos urbanos que lucran política y económicamente con la gestión social.

Dirigentes sociales y hoy candidatos, Clara Brugada y René Arce coinciden en afirmar que en Iztapalapa ``aun se dan los métodos de control más retardarios de la ciudad. Verdaderos cacicazgos urbanos cuyo poder les viene de la carencia social''.

Así, la radiografía de la presencia priísta coincide con las zonas de más extrema pobreza, inestabilidad jurídica por la tenencia de la tierra o nuevos asentamientos irregulares. A mayor necesidad social mayor control del PRI. Prototipos de los cacicazgos priístas se dan con María Elena González, en San Miguel Teotongo y Guillermina de la Torre, zarina de la basura, cuyo control lo ejerce ahora su hijo y candidato a diputado, Cuauhtémoc Gutiérrez.

Sierra de Santa Catarina, la lucha por los votos

Sobre la cerrada Ilusión, en el corazón de San Miguel Teotongo, una lata mediana de chiles repleta de crisantemos es la única seña que recuerda el asesinato de Martha Hernández la noche del 6 de junio. Su muerte ha desatado la tensión en la sierra y particularmente en Teotongo, colonia históricamente polarizada entre el PRI y la Unión Popular Revolucionaria Emiliano Zapata (UPREZ).

Brugada refiere: ``era una de las dirigentes más progresistas del PRI, había cambiado en parte las formas de liderazgo oficial en la zona''.

Aunque la dirigencia priísta no ha involucrado directamente al PRD en el homicidio, ``los rumores que expanden las bases priístas'' y los volantes que se distribuyen sugieren el origen: ``ellos sabían que matando a Martha nos quitaban a una mujer fundamental. Ellos, los violentos de siempre, nuevamente recurren a estos métodos terroristas para lograr su cometido''.

Sólo que para la Unión de Colonos de San Miguel Teotongo y la presidenta de la colonia, Rosa María Reyes, las investigaciones deben apuntar hacia otras líneas, incluidas las diferencias que tuvo con quien ha ejercido el cacicazgo priísta en Teotongo: María Elena González Lazo.

De la lideresa priísta se cuentan muchas historias, pero la más recurrente es el monopolio que ha hecho del suministro del agua en una región donde la escasez es el padecimiento principal de la población. La coacción a partir del control en la gestión de servicios ha sido su liderazgo compartido, entre otros Ramiro Aguilar Lucero, el ``informante anónimo'' en el caso de la osamenta encontrada en la finca El Encanto, propiedad de Raúl Salinas.

Para la candidata priísta, Paloma Villaseñor, el asesinato de Hernández ``enrarece el ambiente porque era una muy destacada dirigente y eso aunado al trabajo de proselitismo que se ha intensificado ha generado tensión. Hemos insistido en que se investigue y en ningún momento se ha responsabilizado al PRD''.

Dos días después del asesinato, al mando del general brigadier Adolfo Martínez, 2 mil 800 efectivos de los agrupamientos de granaderos, policía montada, policía judicial y otros se internaron en la densamente poblada sierra de Santa Catarina, una de las más pobres de la ciudad, para un operativo de seguridad.

Llegaron buscando sospechosos, dice Claudia Santos, cuyo puesto de dulces está frente ala parroquia de la colonia y a la parada de microbuses, donde la policía revisó a cuanto sospechoso encontró, según coinciden vecinos del lugar. Fue tres días antes de que el PRI pidiera mayor seguridad en la región y que la Secretaría de Seguridad Pública respondiera de inmediato al reforzar el despliegue policiaco.

Por la misma calle de la parroquia se llega al jardín de niños Tlavoli, cuyas bardas son remozadas por personal militar transportado en dos vehículos de tropas y una ambulancia. Son parte de las cuatro brigadas --casi 400 hombres-- que ``llegaron a la zona desde el comienzo de la campaña a hacer labor social'', dice Brugada, quien acota que nunca antes el Ejército se mantuvo tanto tiempo en la sierra.

Villaseñor admite que en este proceso electoral la presencia del PRD ha crecido, ha rebasado los que eran sus bastiones; un ejemplo fueron la lucha en los Consejos Ciudadanos, pero el PRI aún mantiene la hegemonía.

Brugada define que las tensiones se aceleraron tras la visita de Cárdenas a la sierra el 1o. de junio. ``El recorrido evidenció que los bastiones priístas han comenzado a romperse. La visita incluyó colonias que tenían férreo control del PRI, como la Miguel de la Madrid o Desarrollo Urbano Quetzalcóatl''.

En medio de la contienda, la campaña ha desbordado los marcos permitidos. Ese mismo día --expresaron feligreses de Miravalle-- a solicitud del líder local priísta, Benito Avila, el cura José Santiago hizo una pausa en la predica del evangelio para dar paso al mensaje de Paloma Villaseñor.

La irritación causada no fue por la violación electoral como por el agravio religioso. La vicaría siete sólo tomó nota de la queja presentada por quienes viven en Miravalle.

Otra zona de tensión es Santa Cruz Meyehualco, la región de pepenadores cuyo dirigente, Cuauhtémoc Gutiérrez, ha patentado la zona como priísta. Militantes perredistas correteados, el candidato del Partido Verde Ecologista de México, Jorge González, apedreado, son los hechos más destacados en los que se han involucrado las bases del hijo de la zarina de la basura.

La disputa electoral

El encono que ha alcanzado en algunos distritos la campaña en Iztapalapa deviene en parte por su papel estratégico en el triunfo a la jefatura de gobierno. Siete visitas del candidato priísta Alfredo del Mazo --dos de ellas para pernoctar-- y cuatro recorridos de Cárdenas dan cuenta de la importancia electoral de la demarcación.

Con 1.1 millones de votos, para Campa Cifrián la captación de votos podría definir en algún momento la elección. El PRI espera captar 400 mil. Para eso, fue más allá de postular a sus dirigentes sociales, considerados de bajo perfil político, y mandó a sus ``cuadros de gobierno''. Así, entre sus más destacados contendientes sobresale en el 29 distrito local el ex delegado Florentino Castro López, artífice del fortalecimiento del PRI en el sexenio pasado mediante la coptación de líderes independientes, desmembramiento de organizaciones sociales y canalización de gestiones a través de los líderes priístas.

De igual forma está en el 25 Alfredo Hernández, ex subdelegado de Servicios y responsable, entre otros aspectos, de la vital dotación del agua en la delegación. Rafael Muñoz Fraga, ex director de la Central de Abasto irá por el distrito 23.

Raúl Contreras, ex delegado hacia finales del sexenio pasado y Maricruz Montelongo Gordillo, subdelegada Regional en Cabeza de Juárez e hija de la ex líder magisterial, Elba Esther Gordillo. También postularon al ex dirigente del sector popular, Juan José Castillo Mota.

Esos son sus candidatos locales. Para la diputación federal el PRI postuló a la ex secretaria general Paloma Villaseñor, residente de la colonia Del Valle y cabeza visible del PRI en contra de la delegada panista de Benito Juárez, Esperanza Gómez Mont; María de los Angeles Leal Guerrero, quien fue responsable de Regularización Territorial, por el distrito 25.

Por su parte, con las encuestas a favor, el PRD aspira alcanzar 40 por ciento de los votos en Iztapalapa y ganar la mayoría de los distritos en disputa. Sondeos de ese partido y encuestas de firmas especializadas les dan la ventaja y con ello confían obtener una ventaja de 2 a 1 sobre el tricolor.

A su vez, sin estructura partidista en la delegación, el PAN busca repetir los resultados de los comicios presidenciales de 1994 cuando la división perredista y el atractivo de Diego Fernández los colocó como la segunda fuerza. Su aspirante a la jefatura de gobierno, Carlos Castillo dio prioridad desde el inicio de su campaña, las giras por Iztapalapa con escasa asistencia. Para algunos miembros de su equipo, lo importante es buscar penetración en zonas populares y evitar un desequilibrio en la elección.