Elena Gallegos Ť En la futura composición del Congreso la
oposición está obligada a presentar un ``frente común'' como requisito
indispensable para que el país transite a la normalidad
democrática. Esta será la única forma de neutralizar posibles medidas
que tomen los priístas para frenar el proceso y para impedir que las
otras fuerzas incidan decisivamente en el quehacer nacional, sostiene
Adolfo Aguilar Zínser.
Su propuesta de agenda legislativa: El concepto de las candidaturas independientes del Partido Verde Ecologista de México (PVEM) gira en torno de la conquista de la independencia del Congreso conjuntamente con otras fuerzas. Creemos que el Poder Legislativo debe convertirse en el eje del proyecto de transición democrática con base en alianzas opositoras suprapartidistas, lo que, de entrada, le dará gobernabilidad al Congreso mismo.
Nosotros trabajaremos sobre cuatro grandes temas: Primero: Tejer un acuerdo entre las oposiciones para el combate institucional a la corrupción. Pugnaremos porque se instale una comisión de transparencia que, retomando la experiencia de la Comisión Conasupo, convenga mecanismos y alcances para dicho combate que, como premisa, debe ser ajeno a las partidizaciones.
Aquí Aguilar Zínser hace una reflexión: partidizar la lucha contra la corrupción sería tanto como crear el preámbulo de una guerra de aniquilamiento político.
Segundo: Hacer efectiva la separación de poderes. Se buscará acabar con la parálisis política del país ocasionada por el presidencialismo y garantizar el funcionamiento de los otros dos poderes mediante acuerdos políticos y legales.
Tercero: La construcción de un proyecto social emergente. Esto es, la oposición debe tener una oferta para los sectores sociales más deprimidos, materializando compromisos muy concretos en rubros como la solución del problema de los adeudos, educación, vivienda y medio ambiente. Todos éstos pueden abordarse desde el presupuesto. La oferta sería: tres años de presupuesto social bien orientado, sin necesidad de cambiar la estructura de las finanzas, pero sí a través de un ``mínimo arreglo fiscal'' que sustente el proyecto.
Cuarto: Definir los términos de las negociaciones con Estados Unidos en materias como: indocumentados, ejercicio jurisdiccional en el combate al narcotráfico y Tratado de Libre Comercio. Este tema debe ser fundamental en la medida en que en el Congreso estadunidense está siendo sometido a una revisión.
Concluye: un acuerdo de la oposición para definir el escenario de la transición destruiría la hipótesis de ingobernabilidad que el presidente Ernesto Zedillo y el PRI han planteado a la ciudadanía.
Respecto de la relación con el Ejecutivo, opina: México debe tener su utopía de Poder Legislativo. Desde el Constituyente no hemos vuelto a tener Congreso.
En este punto, Aguilar Zínser critica la falta de liderazgo que ha mostrado la oposición. Considera: el presidente Ernesto Zedillo y el PRI han estado a la altura pequeñísima del liderazgo de oposición que tienen enfrente, por eso no se crecen. No tienen enfrente el reto que significaría una oposición lidereada con un claro sentido de sus fines estratégicos.
Respecto de las reformas a la Ley Orgánica del Congreso, defiende: Es absolutamente inaplazable y debe hacerse sobre tres ejes: a) Organizar el trabajo legislativo en torno de comisiones y no de grupos parlamentarios. Que las fracciones sean, como en cualquier parlamento del mundo, asociaciones políticas y no agrupaciones internas jurídicas; b) Deben crearse las normas para que las iniciativas de ley sean sometidas al escrutinio ciudadano y que los debates en el Congreso sean trasmitidos por la televisión para que la población vea las comparecencias de los funcionarios públicos y observe cómo los legisladores debaten y resuelven; c) Las dos cámaras (senadores y diputados) deben tener atribuciones simétricas, para que la diferencia sea la representatividad, pero no las facultades. Siendo así, se instalarían dos comisiones conjuntas: Presupuesto y Vigilancia de la Contaduría Mayor de Hacienda