Huérfano del poder, el PRI
cambia su imagen Finca sus
esperanzas en el desgaste de los gobiernos panistas de Medina
Plascencia y Fox Quesada, mientras sus candidatos proclaman valores
como la familia, el trabajo y... la religión
para lograr el voto
Juan Manuel Venegas Ť Huérfano del poder, sin los recursos
económicos e infraestructura que tradicionalmente le allegaba el
gobernador en turno, el priísmo guanajuatense encara la próxima
jornada electoral sin capacidad de movilización, fincando su campaña
en denunciar ``los métodos de coptación panista'' y el ``desgaste'' de
los gobiernos de Carlos Medina Plascencia y Vicente Fox Quesada.
En la disputa por 46 presidencias municipales, 36 diputaciones locales (14 plurinominales) y 24 diputaciones federales (nueve plurinominales), la dirigencia del Partido Revolucionario Institucional en la entidad sortea ``tres obstáculos'' perfectamente identificados:
Un gobernador de extracción panista, Vicente Fox Quesada, ``en abierto proselitismo en favor de los candidatos de su partido''; la escasez de recursos de los que en el pasado presumió, y una marcada desventaja, respecto del PAN, en la propaganda en los medios de comunicación.
Esa realidad se refleja en las últimas encuestas difundidas en las principales ciudades del estado, incluyendo la capital, que ubican a los candidatos priístas como futuros perdedores en los comicios.
El llamado corredor industrial que forman Celaya, Salamanca, Irapuato y León, de acuerdo con esas encuestas, sería totalmente para Acción Nacional; la zona norte de Guanajuato, eminentemente rural y en el pasado bastión priísta, dejaría de serlo, e incluso en municipios como Atargea y San José Iturbide no se descarta que los candidatos del Partido de la Revolución Democrática pudieran dar alguna sorpresa.
``Hasta Cristo Rey sería priísta''
Y así como denuncian las ``tropelías panistas'', los candidatos del PRI, principalmente de las ciudades medias, retoman, copian frases y discursos que significaron en los últimos nueve años los triunfos electorales panistas: la familia, el bien común, la municipalizaciónÉ y hasta la religión. Pretenden otra imagen con candidatos que ofrecen defender y promover ``los valores de nuestra comunidad: la familia, la religión, el trabajoÉ''
En León, que concentra más de 22 por ciento del electorado estatal, la candidatura priísta para la alcaldía recayó en el empresario Jorge Videgaray Verdad.
Ex dirigente del Consejo Coordinador Empresarial leonés, ex regidor, arrancó su campaña precisamente con la intención de jalar la atención del gremio empresarial, identificado y favorecido en los últimos años por las administraciones panistas de Carlos Medina Plascencia y Fox Quesada.
Con el encumbramiento de Videgaray en la principal ciudad del estado (por su desarrollo industrial y crecimiento demográfico), se puso al descubierto la estrategia del tricolor para recuperar terreno frente al panismo: hacer a un lado a los dinosaurios de la política estatal y ofrecer ``un nuevo rostro'' al electorado.
De acuerdo con la estrategia, con esta candidatura el Revolucionario Institucional recuperaría el espacio perdido entre los empresarios y, paralelamente, iniciaría la tarea de vender la imagen de Videgaray entre las clases medias: videos, trípticos, espectaculares, carteles. Toda la publicidad se diseñó con un propósito: ofrece la imagen del nuevo perfil del candidato:
Jorge Videgaray, ``el ciudadano leonés que ha formado una familia leonesa'', ``toda su vida ha vivido aquí'', ``es honesto'', ``es católico'' y ``sostiene y defiende los valores de nuestra comunidad como la familia, la religión, el trabajo, el respeto a las leyes y a las instituciones y la solidaridad con los más débiles''. Así, en ese orden.
La propaganda priísta destaca otras ``cualidades'' de su candidato, y pone énfasis en su ``participación en el Patronato Educativo Loyola, Guanajuato Patrimonio de la Humanidad y en el Patronato Pro Construcción del nuevo Seminario Diocesano de León''.
Su esposa, Teresa Levy García, que lo acompaña en todos sus actos proselitistas, se encargó de ``reforzar'' la imagen que pretenden ofrecer a los leoneses cuando el 21 de abril pidió a un grupo de ciudadanos: ``!Acuérdense que hay que votar por el PRI, porque hasta Cristo Rey votaría por el PRI!''.
El poder desgasta
El poder desgasta, aseguran los priístas, y esa es su apuesta para repetir los triunfos locales de 1994. ``La gente, el ciudadano común y corriente, se está dando cuenta de que Acción Nacional prometía mucho y que a la hora de la verdad es poco lo que ha hecho. Los panistas, por su parte, ya saben que no es lo mismo administrar que gobernar'', enfatiza el dirigente del Comité Municipal de León, Ricardo Padilla.
Están preocupados, dice de los panistas el enviado del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del PRI, Jorge Meade Carranza. Y como muestra, señala la gran cantidad de recursos económicos que el gobierno estatal está destinando para promocionar ``la obra'' de Vicente Fox Quesada.
Los funcionarios priístas rechazan que en Guanajuato predomine Acción Nacional. ``Ellos empezaron con un gobernador interino que todos sabemos que llegó luego de que Carlos Salinas de Gortari y Diego Fernández de Cevallos negociaron la gubernatura y el triunfo de Ramón Aguirre''.
El PRI posee los datos para corroborar esa afirmación: en 1991, cuando se dio la famosa concertacesión que llevó a Medina Plascencia al gobierno interino de Guanajuato, de las 46 presidencias municipales AN sólo ganó en 13, y la mayoría del Congreso estatal quedó en manos del PRI. Y aunque las 13 alcaldías panistas incluían Celaya, Salamanca y León, que representaban casi 40 por ciento del electorado, las estadísticas del PRI señalan que en las dos primeras no hay predominio blanquiazul, al grado de que tres años después, en la primera oportunidad de revancha, las recuperaron.
Así pues, la atención y la estrategia se concentran en León, donde el PRI y sus candidatos no han visto una desde hace nueve años.
El Partido de la Revolución Democrática, por su parte, tratará de acortar la enorme distancia que lo separan de tricolores y blanquiazules en las preferencias electorales y consolidar su lento crecimiento en municipios importantes como Salamanca, Celaya y Silao.
En León, el perredismo presentó como candidato a la alcaldía a Pedro Medina Martínez, un ex panista y ex director de Parques y Jardines durante la administración municipal de Eliseo Martínez Pérez. Su personalidad, buen discurso y conocimiento de los sectores empresarial y público de la ciudad podrían acarrear para el PRD un número de votos superior al obtenido en elecciones anteriores, aunque sin rebasar el 7 u 8 por ciento.
La participación
Por lo que hace a la participación ciudadana en los comicios. Desde 1991 el estado de Guanajuato se ha caracterizado por mantenerse entre las entidades con uno de los menores índices de abstencionismo a nivel nacional.
En los comicios locales y federales de 1994 las estimaciones oficiales indicaron una participación de 75 a 76 por ciento del total de un padrón superior a 2 millones de guanajuatenses.
Para las elecciones de julio próximo, en las que se renovarán las 46 presidencias municipales, el Congreso local y también se elegirán diputados federales y senadores, las dirigencias partidistas aseguran que la participación ciudadana podría llegar a 80 por ciento a nivel estatal.