PRD y AN: triunfalismo
anticipado El PRI muestra cautela; las campañas, casi
inadvertidas
Raúl López Téllez Ť Con las reservas del PRI y el
triunfalismo anticipado de PRD y PAN, las campañas electorales en
Michoacán, con miras al 6 de julio, pasan inadvertidas y con escasa
presencia.
En un estado donde términos como pluralidad parecen ser familiares desde 1988, la contienda federal, sin embargo, no causa los efectos ni curiosidades de los comicios locales, más cercanos a los intereses inmediatos de los ciudadanos, quienes han conocido y aun participado en la mayoría de los 133 municipios michoacanos de las movilizaciones y las acciones de presión política, como parecen indicarlo los gobiernos interinos que antecedieron al constitucionalmente electo Víctor Manuel Tinoco Rubí, quien enfrentará sus primeras elecciones como gobernador, cargo que asumió el 15 de febrero de 1996.
En el Congreso local, donde la oposición ocupa 33 por ciento de las curules, el PRI tiene 16 diputados, el PRD siete y el PAN seis.
En el ámbito municipal las elecciones de 1989 favorecieron al PRD, que logró mayoría. En 1992 el PRI recuperó espacios en los gobiernos municipales, mientras que en el último proceso local --en 1995, para elegir gobernador y ediles--, el PRD volvió de nueva cuenta a ganar la mayoría municipal (54), seguido por el PRI (43), en tanto que el PAN sorprendió con sus avances al ganar las 14 alcaldías de las ciudades más importantes, incluida la capital del estado. Los partidos Cardenista y del Trabajo, por su parte, gobiernan un ayuntamiento cada uno.
El jaloneo en esta dinámica de fuerzas lo complementan las fricciones internas partidistas, principalmente en el PRI y el PRD, cuyo peso influyó en la seleccion de los candidatos --ambos institutos políticos han resistido severas pugnas entre sus corrientes, que resultaron en abanderados impugnados y señalamientos de favoritismos--, como la fuerza moral o arraigo que susciten entre sus electores.
En Acción Nacional seguramente tendrán influencia las acciones de algunos de sus alcaldes, quienes han denunciado el saqueo de recursos públicos con que encontraron las arcas municipales al iniciar sus gobiernos. Destaca el caso de La Piedad, donde el débito alcanzó 70 millones de pesos y obligó al gobierno del panista Raúl García Meza a renegociar la deuda para que se pudiera disponer incluso del suministro de energía eléctrica o agua potable, que se había cancelado. La negociación de la deuda con el gobierno estatal cerró para algunos la posibilidad de que se enjuiciara al anterior alcalde.
En esa dinámica se inscriben las exigencias municipales ante el gobierno estatal. El miércoles 4 de junio los alcaldes perredistas aglutinados en la Coordinadora Estatal Municipalista denunciaron en una reunión con el gobernador Víctor Manuel Tinoco Rubí la retención de recursos del Ramo 026, indicando como causa motivos electorales. A esa acusación se sumó el 10 de junio el dirigente estatal panista, quien indicó que igual medida se aplicaba contra los 14 alcaldes de su partido.
Asimismo, los ediles perredistas y el candidato por el distrito de Lázaro Cárdenas han acusado a dependencias oficiales de influir o desviar recursos con fines electorales. En La Piedad la dirigencia local del PRD denunció al alcalde panista por presuntos delitos electorales, y basó su queja en que encontró balones con el logotipo del PAN en el interior de un vehículo oficial destinado al uso del munícipe.
En la junta local del Instituto Federal Electoral (IFE) sólo se han recibido tres denuncias de irregularidades. De acuerdo con el vocal ejecutivo, Jesús Magaña Torres, dos provienen del distrito de La Piedad y una de Uruapan.