Zedillo: el 6 de julio, paso final hacia la normalidad democrática
Elena Gallegos, enviada, Oaxaca, Oax., 18 de junio Ť Independientemente de los resultados que se obtengan el 6 de julio, ese día será ``histórico'' para México porque ``habremos dado el paso final para arribar a la normalidad democrática que todos queremos'', dijo aquí el presidente Ernesto Zedillo.
Precisó que sólo del pueblo dependerán los resultados y se mostró satisfecho por el trabajo que realizaron tanto él, como Presidente de la República, como los partidos políticos y la sociedad, ``para darnos leyes e instituciones que nos garanticen procesos electorales absolutamente transparentes y legales, que tengan la confianza y la confiabilidad del pueblo''.
Insistió en que está satisfecho por la reforma política, con la que se llegará a esa democracia ``firme, definitiva'', que permitirá avanzar no sólo en lo político, sino que también ``nos va a permitir avanzar más rápido en lo económico y en lo social''.
En una entrevista para la televisión local, Jorge Fernández le preguntó:
--A 20 días de las elecciones federales del 6 de julio, ¿cómo se observa desde la Presidencia de la República esta campaña electoral, que ha sido en muchos sentidos inédita?
--Yo lo que observo --respondió-- es un país con una gran vitalidad, con una gran decisión para afianzar, perfeccionar, consolidar una democracia que es importante prácticamente para todos los mexicanos.
Repitió que el 6 de julio pasará a la historia como el día en que ``habremos llegado a la normalidad democrática''.
Acompañado por su esposa Nilda Patricia Velasco y por el secretario de Comunicaciones y Transportes, Carlos Ruiz Sacristán, Zedillo realizó su undécima gira por Oaxaca. En la comunidad de San Bartolomé Ayautla, bajo un aguacero que se anunció segundos antes con un sonoro trueno que parecía venir de entre las montañas y que, sin respetar jerarquías, dejó empapada a toda la comitiva, inauguró el tramo de la carretera que une la región de las cañadas con la cuenca del Papaloapan: 60 kilómetros de vía que beneficiarán a más de 800 localidades.
Cuarenta años después
La obra comenzó a planearse hace 40 años. Los lugareños contaron que iba a realizarse en el sexenio de Luis Echeverría, pero tuvieron que pasar 20 años más. Por eso el agua no espantó a los hombres ni a las mujeres de las localidades. Felices, permanecieron bajo el chaparrón. Celebraron además la entrada de la temporada de lluvias, ``que ya se nos estaba retrasando y que su visita nos trajo'', según dijo el gobernador Diódoro Carrasco al Presidente.
Zedillo no permitió que lo cubrieran con una sombrilla. Luego de escuchar al dirigente mazateco Joaquín García Santiago, quien le dijo: ``Cómo nos hubiera gustado que estuvieran aquí nuestros viejos, quienes lucharon tanto por esto'', el mandatario festejó con los oaxaqueños: ``Es la primera vez que inauguro una obra y el pueblo me da un remojón''.
El agua dejó fuera de circulación numerosos teléfonos celulares, grabadoras y algunas cámaras. Hechos una sopa, funcionarios y reporteros se reían los unos de los otros.
Más tarde, frente a las cámaras de televisión, cuando Jorge Fernández le preguntó que si literalmente se había dado un baño de pueblo, el Presidente enmendó: ``No, de agua. De pueblo me lo doy todos los días. pero así, de agua en la calle... no''.
``Vamos a construir más obras de éstas, que no son muy espectaculares pero que tienen una importancia fundamental para la gente'', aseguró Ruiz Sacristán, quien el sábado entregará un puente y otro tramo carretero en la costa.
Los 20 años del DIF
Después, en la capital de Oaxaca, Zedillo encabezó la conmemoración del 20 aniversario del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF). El director general de la dependencia, Mario Luis Fuentes, habló de los esfuerzos que se realizan para que el DIF cumpla su propósito de proteger a discapacitados, ancianos y niños y niñas abandonados.
Dijo que el DIF elabora una moderna política de asistencia social en la que participará la asistencia privada. Por su parte, el Presidente llamó a proteger a instituciones como ésta que, por su servicio y eficacia, ``se ganaron el afecto del pueblo''.
Anunció que el próximo ciclo escolar se logrará la meta prevista para el año 2000: ofrecer cuatro millones de desayunos escolares, y aprovechó para defender las políticas de su administración que, aseguró, tienen un claro compromiso social. ``Una política económica que nada más se fijara en los números y no en las personas no lograría esto'', sostuvo.
Agregó que su administración no esperó a que vinieran tiempos mejores para reforzar los programas sociales y reiteró que se logrará el crecimiento ``si sabemos perseverar en la unidad, la paz, el respeto a la ley y el perfeccionamiento a nuestras instituciones. El camino no es fácil. Vamos por el rumbo correcto. Con unidad y armonía lo lograremos''.
Antes de partir a México --ya no pudo caminar por las calles porque la lluvia parecía perseguirlo a todos lados--, el Presidente comió con un selecto grupo de la sociedad oaxaqueña. Algunos de los asistentes contaron que la buscada y esperada presencia del artista Francisco Toledo puso nervioso al equipo de seguridad.
La apariencia de Toledo despertó recelos entre algunos miembros del Estado Mayor Presidencial que vigilaban la entrada en la Casa Oaxaca. Por poquito le dan un descolón, pero funcionarios locales lo impidieron. ```¡Uuuf! --respiraron los organizadores--. Con lo difícil que es convencerlo''.