En EU, la muerte del jerarca preocupa a inversionistas: expertos
Jim Cason y David Brooks, corresponsales, Washington, 23 junio Ť Para los círculos políticos de esta capital, la muerte de Fidel Velázquez se registró como un hecho que no tendrá impacto alguno inmediato en la relación bilateral, pero entre inversionistas y observadores circularon preguntas sobre qué implicaciones tendrá para las políticas económicas actuales en México.
``No creo que se espere que la muerte de Velázquez tenga cualquier impacto sobre nuestro diálogo con México'', consideró un alto funcionario del gobierno del presidente Bill Clinton. ``Creo que se ha registrado el hecho y que la gente aquí está consciente de su importancia en el proceso político mexicano''. Esta misma fuente señaló que en general los funcionarios estadunidenses no se reunían con Fidel Velázquez, quien no figuraba en la lista de contactos obligados para funcionarios del gobierno de Clinton.
Arturo Valenzuela, profesor del la Universidad de Georgetown y ex subsecretario asistente de Estado para Asuntos Interamericanos durante el primer cuatrienio de Clinton, consideró que ``un hecho como la muerte de Velázquez no es un tema vital para Washington o la relación bilateral''. Sin embargo, agregó, sí es un punto de interés al ``conceptualizar lo que implica para el futuro como factor para la estabilidad del sistema'' en México. Pero la muerte del dirigente laboral ``repercute en Nueva York, en la comunidad inversionista'', indicó Delal Baer, directora del programa sobre México del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales.
Para el sector financiero ``hay preocupaciones sobre las implicaciones de este evento para la inflación, sobre el aflojamiento de la disciplina'' dentro del sector laboral. Señaló que México, en comparación con otros países de la región, es considerado como un país con ``un clima libre de huelgas''.
Baer afirmó que los inversionistas directos están atentos sobre las implicaciones que podría tener la muerte de Velázquez en las demandas salariales, y sobre si se producirá una ola de más esfuerzos de sindicalización, especialmente por parte de sindicatos independientes.Todo esto ``está en la lista de interrogantes'' del sector privado.
Para el asesor privado Jack Otero, anteriormente subsecretario del Trabajo y antes funcionario de la central obrera AFL-CIO, la muerte de Velázquez ``representa un cambio mayor'' en México y deja la interrogante aquí de ``qué ocurrirá en el futuro'', tanto dentro del sector laboral mexicano como en el sistema político mexicano. Entre las preguntas están si las políticas de la CTM serán mantenidas y qué nivel de incertidumbre política se generará en México. Por otro lado, el ahora presidente de la empresa consultora especializada sobre asuntos laborales, FPS International, dijo que la ``AFL-CIO tiene que estar interesada en estos acontecimientos pues necesita amigos en México''.
Sin embargo, la AFL-CIO, aliada histórica de la CTM, aún no ha emitido un comunicado sobre la muerte del contemporáneo de su propio líder histórico, George Meany. A pesar de una serie de llamadas efectuadas hoy a la central obrera por La Jornada, ningún representante ofreció comentarios y la oficina de prensa, así como la de relaciones públicas, informaron que aún no tienen un comunicado sobre el hecho.
Para una analista que trabaja en el sector financiero estadunidense, no se espera que algo muy diferente ocurra en este periodo, pues los cambios se han dado desde hace dos años o más, o por lo menos hasta que un nuevo dirigente sea presentado.
Comentó que en círculos oficiales estadunidenses se entendía el peso político de Velázquez y que las contrapartes políticas con quienes negociaban gozaban del apoyo del dirigente. Sin embargo, también se percibía que su presencia política había disminuido en los últimos años y, por lo tanto, su ausencia no es considerada como algo que vaya a cambiar lo que ha estado ocurriendo durante este último periodo.
Curiosamente, de la prensa nacional sólo el New York Times, y apenas hoy, destacó la muerte de Velázquez en un reportaje en su pagina 3, además de un obituario detallado. El Wall Street Journal ofreció tres líneas en su primera plana y una nota muy breve en páginas interiores. El Washington Post aún no ha registrado el hecho.