ETA hace suya la exclusividad de lo vasco, actitud que impide un diálogo
Josetxo Zaldúa/ II y última Ť Es el tema inevitable, la discusión recurrente. Ocupa importantes espacios informativos de Euskadi y, por supuesto, de los medios españoles. Se trata de ETA, de su actividad militar y política. Nacida en 1959 como resultado de la inquietud de un grupo de jóvenes militantes del Partido Nacionalista Vasco (PNV), la organización armada pasó de ser mayoritariamente admirada y apoyada por los vascos, durante la dictadura franquista, a ser cuestionada por amplios sectores de esa misma sociedad con el advenimiento de la democracia y la puesta en marcha del Estatuto de Autonomía, en 1979.
Para José Antonio Ardanza, lehendakari (presidente) del País Vasco y dirigente del PNV, partido que ostenta el poder en esa comunidad autónoma, el problema es que ETA ``pretende exclusivizar lo vasco, como si ellos fueran la representación genuina de lo vasco''.
En entrevista con La Jornada, el lehendakari vasco considera que esa es una de las principales razones que niegan la posibilidad de dialogar para superar la etapa violenta que hoy vive Euskal Herría. Pero reconoce que una derrota militar de ETA podría ``llevarnos también a una derrota política''. En esa tesitura, reflexiona, el perdedor sería el nacionalismo vasco.
--¿En qué nivel se encuentra la posibilidad de dialogar con ETA?
--Hace ya 13 años que nosotros tuvimos un contacto permanente con Txomin Iturbe (dirigente histórico de ETA muerto en Argel a resultas de un accidente), justo cuando la organización y el Estado español parecían encaminarse, por la vía del diálogo, hacia la solución del conflicto en Euskadi. El desapareció, pero también han desaparecido, sin morirse, otros dirigentes políticos de Herri Batasuna (Unidad Popular, próximo a ETA) que entendían la necesidad de la solución negociada, como Iñaki Esnaola, o Txema Montero, o Patxi Zabaleta, todos ellos en el ostracismo. Por tanto hay una dificultad objetiva cuando se habla de dialogar con ETA. Como ellos se arrogan la representatividad de todos los vascos, emplazan siempre diciendo: ``La solución es ésta, es la otra, hay que negociar así, hay que hacer esto; la base es la alternativa democrática'', todo son condiciones que no tienen por qué cumplirse. Al otro lado estamos los vascos nacionalistas y democráticos diciéndoles que estamos en una democracia y que hay que respetar la voluntad popular, que se expresa en las urnas cada vez que hacemos elecciones. Lo que sucede al final es que ese ninguneo de ETA nos hace responderle, y ahí estamos en una especie de bocadillo en donde ni los unos ni los otros respetan lo que debe respetarse, que es la voluntad popular.
``Como consecuencia de los conflictos internos, uno piensa que hay que hacer lo imposible para buscarle solución al asunto, que es cada vez es más absurdo en el corazón de Europa, a las puertas del siglo XXI y en un país (Euskadi) con una renta per cápita de 17 mil 300 dólares anuales, con unas generaciones que nada saben de lo que fue la revolución, y mucho menos lo que fue la dictadura franquista. Todo eso nos hace ver que sí es preciso buscarle una salida digna al problema, porque no vaya a ser que una derrota militar de ETA nos lleve también a una derrota política. El problema es que los políticos del entorno de ETA que eventualmente hacen de interlocutores, y que también hacen declaraciones sobre la necesidad del diálogo, luego son llamados traidores, claudicantes, y son llevados al ostracismo''.
--¿Qué propuesta de diálogo haría usted en este momento a ETA?
--Esa es la pregunta a la que no voy a responder por las circunstancias que acabo de explicar. Yo nunca voy a formular ya propuestas de solución porque automáticamente van a quedar anuladas. Por muy genial que pueda ser una propuesta, el otro, por sus propios intereses políticos, va a anularla, a desacreditarla porque desgraciadamente en el esquema de la pacificación los demócratas también tenemos nuestros defectos, aunque evidentemente el déficit monumental que tenemos en esta democracia es ETA; ella es la responsable principal del gran daño actual. Pero dicho eso, yo nunca he tenido empacho en hacer la autocrítica en lo que respecta a nuestro territorio. Cuando asumimos entre todos y firmamos el pacto de Ajuria Enea (casa sede del gobierno vasco), teníamos muy claras varias cosas, y estaba claro que el punto clave del acuerdo es el respeto absoluto a la voluntad de los vascos en la definición de su futuro territorial, y no pusimos en ese texto el término autodeterminación porque era una palabra que provocaba grandes conflictos. En el punto nueve establecimos el proceso de incorporación a la vida democrática de quienes habían estado integrados en la organización hermana de ETA y en el punto 10 se estableció el llamamiento a la organización como tal, y fue en ese momento cuando ETA manifestó su voluntad inequívoca de no utilizar la lucha armada para fines políticos y en ese momento estuvimos nosotros dispuestos a abrir un proceso que permitiera dar con la clave de la solución que acoja definitivamente lo que los vascos estamos deseando desde hace mucho tiempo: la reconciliación.
``A partir de ahí los demócratas vascos teníamos muy claro que el tema de ETA había que tratarlo en su momento como un problema de Estado y que además había que tratarlo con total y absoluta discreción. Esto funcionó bien durante los primeros años; tan funcionó bien que el resultado del compromiso, todo lo que fueron los preparativos de las conversaciones de Argel, se llevaron sin ninguna quiebra entre los partidos democráticos vascos, y eso fue en 1988. Yo era informado directamente por el interlocutor español del desarrollo de las conversaciones con ETA y procedía a informar discretamente a los partidos. La negociación de Argel fracasó finalmente, y creo honestamente que la responsabilidad del fracaso es de ETA''.
--¿Y dónde está ahora ese proceso?
--A partir de 1991, en el momento en que el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) entra en un proceso de debilidad, y por tanto, se empieza a vislumbrar que en un plazo determinado puede perder su posición política, el Partido Popular (PP) ve entonces que se le abre un espacio de enganche electoral a partir del cual comenzó a zarandear conceptos que teníamos muy claros en el pacto de Ajuria Enea, y empieza a proclamar el no a la reinsercción de los militantes de ETA y otra serie de puntos que le podían redituar votos estatales e incluso vascos. En ese punto también el PSOE vio que esa táctica podía atraer votos y a partir de ahí viene el proceso de fracaso de la negociación o de la pérdida de esa posibilidad. Yo digo que debemos asumir nuevamente el proceso de diálogo como un problema de Estado, que hagamos formulaciones en la total y absoluta discreción, hablando entre nosotros para ver las salidas. Por eso ya no hago públicas mis propuestas.
--¿Usted cree en la solución policial?
--Esa salida que hace unos años no era tan considerada en los ámbitos estatales, me temo que ahora es objeto de estudio y que incluso en algunos espacios políticos del centro se piensa que es hora de acotar las historias de los nacionalistas demócratas porque creen que nosotros aprovechamos a ETA para llenar nuestras mochilas. Y a partir de ahí toma cuerpo la tentación de utilizar la vía policial. Hay quienes piensan que el mundo de ETA está cada vez más debilitado, más disuelto internamente y que por consiguiente el problema puede resolverse por la vía militar.
``Nuestra posición es la de una democracia que enfrenta hechos delictivos, aun cuando quien delinque subjetivamente crea que lo hace por un sentimiento patrio, o para repartir la riqueza entre los pobres y, por tanto, roba al rico, eso no deja de ser delictivo. Lo que está tipificado en un estado de derecho como delito es delito. Matar es delito, secuestrar es delito, aunque uno crea que lo hace por otras razones''.
--¿Para el gobierno vasco el tema de los GAL está cerrado?
--Hombre, no. Sería una desgracia que se pretendiera cerrarlo; está en los tribunales, con muchas dificultades por parte de los jueces para avanzar en el esclarecimiento de los hechos. Para nosotros el tema de los GAL se cerrará, y además convendría que se cerrara, cuando hayan quedado esclarecidos los comportamientos y las responsabilidades y las imputaciones penales. Es conveniente que todo se aclare y entonces estaré dispuesto a la generosidad que sea menester y que sirva para dar paso adelante en el reencuentro y en la reconciliación. Y lo mismo aplico en el caso de la gente de ETA, convicta, confesa, probada, demostrada, con sentencia firme; habrá que resolver ese problema, darle una salida digna para todos. Desgraciadamente no tengo excesivas confianzas de que se aclare ese tema de los GAL porque hay demasiados intereses.
En la grabadora y en las notas tomadas al margen de la entrevista quedaron muchos puntos. La complejidad del tema vasco exige, según Ardanza, hilar fino porque sólo así se podrá llegar a buen puerto. Son los vascos y su conflicto, y el conflicto de los vascos con el Estado español. Sirvan, para dar una idea del sentir vasco, unas letras de Bernardo Atxaga, un laureado escritor perteneciente a las nuevas generaciones de Euskadi. Escribe en vasco y uno de sus libros, Obabakoak, ha sido traducido a 15 idiomas:
``Escribo en una lengua extraña. Sus verbos, la estructura de sus oraciones de relativo, las palabras con que designa las cosas antiguas --los ríos, las plantas, los pájaros-- no tienen hermanas en ningún otro lugar de la Tierra. Casa se dice etxe; abeja, erle; muerte, heriotz. El Sol de los largos inviernos, eguzki o eki; el sol de las suaves y lluviosas primaveras, también eguzki o eki, como es natural: es una lengua extraña, pero no tanto. Nacida, dicen, en la época de los megalitos, sobrevivió, lengua terca, retirándose, ocultándose como un erizo en este lugar que ahora, gracias precisamente a ella, muchos llamamos País Vasco o Euskal Herría.
``Sin embargo, su aislamiento no fue absoluto: gato es katu; pipa es pipa; lógica es lógika. Como concluiría el príncipe de los detectives, el erizo, querido Watson, salió de la madriguera y visitó muchos lugares, y sobre todo Roma. Lengua de una nación diminuta, lengua de un país que no se ve en el mapa, nunca pisó los jardines de la Corte, ni el mármol de los edificios de gobierno; no produjo, en cuatro siglos, más de un centenar de libros; el primero en 1545; el más importante en 1643; el Nuevo Testamento, calvinista, en 1571; La Biblia completa, católica, allá por 1860.
``El sueño fue largo, la biblioteca breve.
``Pero en el siglo veinte, el erizo despertó''