Los países deben aceptar el derecho a la cultura antes de fin de siglo: Mayor
Adriana Malvido y Andrés Ruiz/ II Ť Convencido de que al derecho a la educación hay que agregarle ``para toda la vida'', de que al derecho a la paz habrá que sumarle ``en una vida digna'' y de que al ``derecho a la comunicación'' le falta la frase ``para todos'', Federico Mayor Zaragoza, director general de la UNESCO, lucha porque antes de fin de siglo la Organización de Naciones Unidas y los países ahí representados acepten, por fin, ``el derecho a la cultura''.
Mayor Zaragoza se introduce con pasión y conocimiento al tema de las nuevas tecnologías y la cultura, porque ``dentro de los grandes retos que la humanidad debe asumir en este sentido, no es sólo el de la calidad de los contenidos y la propiedad intelectual, sino la reducción de los abismos que hoy nos separan entre los que tienen acceso a los medios de comunicación y los que no lo tienen''.
--Se dice que la riqueza del futuro no serán los bienes materiales sino la información. De ser así, ¿los dueños de las telecomunicaciones se perfilan como los nuevos dueños del mundo?
--No. Esas son las efervescencias de los principios. Se pensó lo mismo del teléfono y finalmente se quedó en lo que es: un instrumento de comunicación. Por mucho que hoy se hable de Kasparov y su derrota ante Deep Blue, en el fondo la computadora no tiene nada que el hombre no le haya puesto antes, que no se hagan ilusiones, todo proviene de la inteligencia humana.
``Llega uno y dice: `como yo tengo la tecnología, la digitalización...' luego vendrá otro a decir: ``sí, pero yo tengo la superdigitalización'', y algunos hablarán de chips biológicos y de la digitobiologización... en el fondo se trata de intereses comerciales que van produciendo adelantos, pero luego, como pasó con el automóvil, se pondrá cada cosa en su sitio y las telecomunicaciones serán instrumentos fundamentales para la gente, para la educación. Lo que debemos evitar son los privilegios, que todo se quede en unos cuantos. Esto es, precisamente, lo que la UNESCO trata de contrarrestar.
Propiciar la libertad de expresión
``Está bien que haya superhighways de la información, pero hay que pensar en los subways, en los pequeños senderos, en los caminos ásperos y difíciles. Porque hay que decir que la comunicación debe ser para todos. Nos advertirán que hay 600 mil asentamientos humanos que carecen de electricidad. Bueno, pues ya hay aplicaciones concretas y algunos países están financiando la implantación de fuentes alternativas de energía. Recientemente inauguré, en el norte de Namibia, instalaciones solares que no sólo hacen más fácil la vida, sobre todo de las mujeres, sino que pude ver con satisfacción que los CD-Rom, los sistemas interactivos y el video ya pueden funcionar en esos lugares.''
Mayor menciona otras acciones concretas dentro del Programa Internacional para el Desarrollo de las Comunicaciones: En Bosnia Herzegovina, por ejemplo, la UNESCO facilitó, durante el conflicto armado, los medios de impresión al periódico Eslovodenia. ``Pensábamos que la mejor manera de contribuir a que el conflicto terminara era ése; cuando nos dimos cuenta que la difusión del diario empezaba a disminuir, instalamos un sistema de retransmisión de noticias independiente a través de la radio. Finalmente, cuando terminó el conflicto, rápidamente favorecimos la instalación de la cadena televisiva que opera desde Sarajevo. Para que todos puedan tener la información sin conformarse con noticias desvirtuadas o manipuladas.
``Igualmente en Ruanda, tuve el honor de poner en marcha una gran instalación con equipos muy modernos y acceso a Internet, abierta a todos los periodistas, para que puedan ejercer esta función primordial. En Lesoto, en Namibia y también en Burundi, en la Casa de los Periodistas, hicimos lo mismo. Es imprescindible que facilitemos la libertad de expresión y la independencia de criterio. En una palabra, se trata de facilitar todos los medios para que la gente tenga posibilidades no sólo de recibir sino de emitir noticias.''
Estas labores, informa, han sido apoyadas financieramente por grandes países, Alemania principalmente, que piensan que ésta es la clave del futuro: ``procurar la libertad irrestricta y el acceso no sólo para unos cuantos poderosos sino para todos''.
Se dice que no podemos competir con la producción de bienes culturales que vienen de Estados Unidos y Japón. Mayor responde a quienes formulan esos cuestionamientos: ``La unión hace la fuerza. Muchos Davides hacen un mucho, bastante más fino y dinámico que un Goliat. No podemos competir si actuamos aisladamente, pero ¿unidos?''
El director general de UNESCO habla de la Unión Europea: ``No es realmente una unión, porque el único hilo conductor ha sido la economía y ni el dinero ni la economía han unido nunca. Lo que une es la cultura, las ideas, los ideales.
``Qué triste que el único factor cultural que nos una sea el miedo al vasallaje cultural de Estados Unidos y Japón. ¿Recuerdan el gran cine francés de los años cincuenta y sesenta? ¿Qué nos ha pasado? ¿Por qué estamos tan amilanados? Nos podemos juntar y no hay que hacer consorcios culturales permanentes sino unirnos para hacer una película formidable, es sólo la calidad lo que cuenta. Lo mismo en América Latina, nadie puede ya solo, hay que hacer las cosas juntos. Creo que ni a los estadunidenses ni a los japoneses les interesa ser los únicos, porque sin competencia, sin concurrencia, la calidad irá decayendo. A todos nos interesa que se expresen todas las culturas, que en Internet figuren todas las lenguas, todas las maneras de ser, que no vayamos progresivamente hasta este único cauce de la uniformidad''.
Tiempos de acción
--El papel del Estado en lo referente a las nuevas tecnologías ha sido, principalmente, el de privatizar medios e infraestructura. ¿A eso debe limitarse?
--No, yo creo que hay otro marco de compensación y de corrección que (es) la democracia y la libertad irrestricta. Porque hay sectores, empresas privadas que no son para nada independientes. Y a la inversa, servicios públicos muy independientes, como la BBC. Por tanto, lo que tenemos que crear es un marco, un contexto plenamente democrático en donde lo privado tenga que ser independiente y lo público lo sea en sí mismo. Y que no haya fuerzas coercitivas que conviertan a la información en desinformación.
Apoyados por la UNESCO, un grupo de brillantes intelectuales, artistas y científicos dieron a conocer recientemente su informe mundial Nuestra diversidad creativa (La Jornada, 13, 14, 15 y 16 de mayo). Proponen una Cumbre Mundial de Cultura para 1998.
--¿Se llevará a cabo?
--Pues miren, yo lo estoy pensando, porque me corresponde convocarla. A mí me gusta que las cumbres ya no discutan sino aprueben lo que ha sido motivo de enorme elaboración, de enorme fermentación. Porque si no, el resultado de una cumbre es otra cumbre y el resultado de un informe es otro informe. Creo que estamos en tiempos de acción, ya tenemos los diagnósticos, ya tenemos los tratamientos, ahora toca actuar, y para que haya acción en el terreno cultural lo primero que tiene que hacer Naciones Unidas y los países que están representados en ella, es aprobar el papel de la cultura en el desarrollo de los pueblos y en la libertad.
``¡Es muy fuerte! Logramos, y esto hace pocos años, que mencionen a la educación, luego a la ciencia y hasta hace dos años a la comunicación. Sin embargo, la cultura ¡todavía provoca recelos! ¿Saben por qué?: porque refleja la conducta de las personas y a eso le tienen miedo. Ya hice lo que creo que habría que hacer, he provocado un gran debate (con el informe), ahora son los países los que deben reconocer el papel fundamental de la cultura en la vida de cada persona y en la vida de los pueblos, que sea reconocida su importancia en el desarrollo. Y esto puede suceder en tres o cuatro años. Entonces sí, será el momento de tener una Cumbre Mundial sobre Cultura.'