La Jornada 5 de julio de 1997

Critican investigadores la restricción a importaciones

Claudia Herrera Beltrán Ť Investigadores de la UNAM informaron que la máxima casa de estudios dejó de asignar dinero para gastos de importación de insumos, situación que ha detenido proyectos científicos. Además, señalaron que la supuesta ``reasignación'' de estos recursos carece de claridad y consideraron que las autoridades muestran ``poca sensibilidad'' sobre la actividad científica cuando proponen que se suspendan algunas compras de equipo y material en el extranjero.

En entrevistas por separado, científicos de los institutos de Astronomía, Matemáticas y Fisiología Celular rechazaron haber hecho un ``uso irracional'' de los recursos y se extrañaron de que las autoridades universitarias pretendan poner orden en las cuentas generadas por la importación de insumos, cuando ``el dispendio muchas veces es causado por fallas administrativas'' de la propia casa de estudios.

El 27 de mayo la UNAM canceló la ayuda que por años había brindado para los gastos de importación de insumos adquiridos en el extranjero. El secretario administrativo de la UNAM, Leopoldo Paasch, aseguró el jueves pasado que seguiría el suministro de apoyos durante el resto del año, aunque a partir de un análisis ``caso por caso'' y tratando de apegarse al presupuesto destinado a ese fin.

A su vez, el rector Francisco Barnés de Castro advirtió que los investigadores necesitan aprender a hacer un uso más racional de los recursos y a comprar sus insumos en México cuando es posible, pues los derechos de importación, transporte y almacenamiento son elevados.

Sobre esto, la astrónoma Dévora Dultzin dijo: ``Dependemos en un porcentaje altísimo de los insumos del extranjero. No compramos lo que venden en la tlapalería. Estamos comprando cosas indispensables que no son para consumo individual''.

El doctor en fisiología René Drucker Colín señaló que hay disciplinas científicas que dependen en 90 o ciento por ciento de los insumos del extranjero, y que la restricción puede provocar ``la paralización'' de la investigación en México.

Para el también doctor en fisiología Arturo Hernández Cruz, las declaraciones de las autoridades universitarias revelan desconocimiento sobre cómo se realiza la investigación. ``No somos improvisados y no entendemos por qué la Universidad tenga que evaluar lo que el Conacyt y otros organismos ya decidieron''.

El doctor en matemáticas Adalberto García Maynez indicó que la cancelación repentina de los fondos para gastos de importación es una medida ``drástica''.

Miembro del Sistema Nacional de Investigadores y estudioso de los mecanismos de desarrollo neuronal, Hernández Cruz señaló que es excepcional que los científicos pidan material de emergencia, y cuando llegan a hacerlo sus fuentes de financiamiento son las primeras en pedirles que justifiquen esa adquisición.

Según el científico que estuvo siete años en la Universidad Rockefeller (de Nueva York) y fue repatriado por el Conacyt, para que las investigaciones sean válidas y cumplan los estándares internacionales se debe utilizar equipo y material con alto control de calidad, que generalmente sólo tiene el adquirido en Estados Unidos y Europa.

Asimismo, el bioquímico Jaime Mas dijo que los investigadores no pelean por su sueldo, sino porque los dejen trabajar. Sostuvo que la comunidad científica ha sido aliada natural de las autoridades universitarias en su tarea de ``dar lustre'' a la UNAM.

Señaló que en los próximos 12 meses tenía planeado utilizar 400 mil pesos para comprar reactivos, material y equipo, pero ahora tendrá que destinar 180 mil pesos para cubrir los derechos de importación. El problema es qué le va a responder al Conacyt (institución que financió su proyecto de investigación) cuando le informe que no cumplió con los objetivos.

Indicó que esa medida también afecta la labor académica de la UNAM, pues quienes participan en los equipos de investigación tendrán que retirarse o buscar una salida ``elegante'' para justificar que no alcanzaron las metas propuestas.

Dultzin propuso que la UNAM sancione a quienes han hecho gastos innecesarios y no a toda la comunidad científica. En su opinión, los investigadores mexicanos aprovechan al máximo el dinero porque saben que cuentan con pocos recursos y que corren el riesgo de no poder concluir sus proyectos.