La Jornada 6 de julio de 1997

No promoví la reforma política pensando en el resultado: Zedillo

Elena Gallegos Ť A unas horas del inicio de la jornada electoral, el presidente Ernesto Zedillo aclaró que él no promovió la reforma política pensando de antemano cuál debiera ser el resultado de los comicios, y sostuvo que al hacerlo tampoco consideró ni su interés personal ni el interés político de su partido, porque por encima de todo eso está el país y ``ahí sí no hay ninguna transacción''.

Insistió en que él no llamó a hacer la reforma en espera de tal o cual resultado. ``¿Qué va a resultar mañana (hoy)?'', inquirió él mismo para responderse: ``pues va a depender del voto que cada ciudadano haga con toda libertad y lo único que no voy a hacer ahora es ni pretender espantar a nadie ni alentar a otros''.

Para el Presidente, México, donde a diferencia de otros países de la región no se vivieron ni militarismos ni dictaduras, está llegando a la normalidad democrática sin mayores traumas y rupturas, y gracias a que con gran inteligencia se ha sabido evolucionar políticamente.

Zedillo habló así en una charla con reporteros en la que hizo una larga reflexión sobre cómo llegó México a este momento político. Destacó que la madurez de la sociedad lo permitió. Entonces se le preguntó sobre el escepticismo existente en torno a si había madurez política para la convivencia entre un Congreso de mayoría opositora y un gobierno de la ciudad emanado de un partido distinto al del Ejecutivo. El Presidente apenas pudo contener su enojo ante la pregunta:

``No --dijo a su interlocutora--, no cometa usted delito electoral, lo que está haciendo es que está cometiendo un delito. No puede inducir al voto. Yo no voy a comentar sobre probables resultados de las elecciones. Sería ilegal y también es ilegal que un periodista haga eso. Tengan cuidado de aquí a mañana en la noche de hacer eso, porque se tipifica como un delito electoral.''

Se trató de aclarar que sólo se pedía una valoración sobre la madurez política y que no se buscaban pronósticos. Ya nadie oyó. Molesto, el Presidente siguió: ``Lo que quisiera decirles es que no promoví esta reforma pensando de antemano cuál debiera ser el resultado de las elecciones que se van a realizar bajo esta reforma. Yo la promoví con una gran paciencia''.

Recordó que durante la negociación, ``por el menor motivo'' algunos partidos se retiraron de la mesa. ``Sin embargo, tuvimos toda la paciencia, toda la tolerancia, aun en las circunstancias más difíciles de la crisis, aun cuando analistas muy sesudos en cuestiones políticas decían que era el peor momento para promover la reforma porque el país atravesaba por una crisis económica. Decían que esto hacía al Ejecutivo una parte muy débil en la negociación y que, por lo mismo, estaba sujeto al chantaje y a la presión. Eso era vox populi, no lo estoy inventando ahora.''

Zedillo aclaró que él nunca coincidió con esa visión y que siempre estuvo convencido de que aun dando la pelea en el frente económico, se podía darla también en el frente político.

Lo que consigne la historia

Señaló que cualquier analista externo se preguntaba cómo es posible que este Presidente promoviera una apertura política cuando la condición de la economía iba a ser muy grave, y eso naturalmente entrañaría un costo político, sobre todo para el partido que lo apoyaba (el PRI) para sacar las reformas políticas y económicas...

Ese partido, dijo Zedillo que comentaban, va a ser señalado por los otros como el culpable de esa situación. Aquí fue cuando precisó que en la decisión de la reforma no pensó ni en su interés ni en el de su partido. En este punto, quiso puntualizar su reconocimiento al PRI por todo el apoyo que le brindó para la reforma política y adelantó: ``Eso también, algún día, quedará bien consignado en la historia''.

Los reporteros se reunieron con el Presidente en el pórtico de la residencia Miguel Alemán de Los Pinos, poco después de las 13 horas con 30 minutos. Apoyado en muletas -el viernes fue sometido a una microcirugía del menisco de la rodilla derecha-, ya que apenas a las 10 de la mañana había sido dado de alta en el Hospital Central Militar. Estuvieron con él su esposa Nilda Patricia y sus hijos Emiliano y Nilda, así como los doctores Santiago Echeverría y Nicolás Zarur.

Vestía pants azul y blanco, con vivos anaranjados, lo que motivó bromas: ``¿Alguna premonición con los colores? Son los del PAN. El atajó: ``Siempre visto de azul y usted es el primer periodista que hace esa connotación''.

En la plática el primer tema fue su rodilla. ¿Un mal paso? ``No, de los malos pasos no se cuida uno, los disfruta''. Le preguntaron qué le había provocado la lesión, que si le había dolido y el tiempo de convalecencia. ``Ya acabó -se rió-, me dijeron que ustedes estaban muy contentos porque creían que con esto no reanudaríamos giras pronto. Están equivocados. La semana que entra habrá tres.''

Después se refirió a que los médicos que lo intervinieron son los mismos que atienden a los jugadores del América, Morelia y Cruz Azul. ``Yo pedí a los del Necaxa (su equipo)''. Risas y consejos: ``Hubiera pedido mejor a los del Guadalajara''.

Para seguir el tono, confesó: ``El propósito de esta operación es que he recibido ofertas de dos equipos para la próxima temporada. El Necaxa necesita refuerzos. Ya me habló Enrique Borja, pero también recibí una llamada del Guadalajara.''

-¿Y a cuál se va a ir?

-No sé, porque no nos hemos puesto de acuerdo en el precio. Y en ese trabajo sí pienso cobrar mucho, ahí me repongo.

-¿Qué posición juega?

-Soy muy versátil.

En la conversación le preguntaron lo mismo si votaría, lo que haría las siguientes horas y si creía que los partidos aceptarán los resultados.

-Ese es el mandato -confió.

Comentó que había estado en contacto con los gobernadores y que el reporte que tenía era de calma en el país.

Convino además en que las autoridades electorales tienen una delicada responsabilidad. ``Empero, mi percepción es que están perfectamente preparadas para eso y confío en que así sea'', agregó.

También dijo que vive ahora una sensación parecida a la que vivió cuando comenzaron a vislumbrarse los primeros signos de la recuperación económica y externó su certeza de que todo saldrá bien.

De la justicia electoral, afirmó que no hay elementos ni de sesgo ni de influencias indebidas. ``Tenemos una instancia del Estado cuyas honorabilidad, integridad e imparcialidad están más allá de cualquier duda, podemos ver la jornada de manera positiva'', expresó.

Después hizo una reflexión sobre la evolución política del país y dijo que la reforma política se inició, realmente, en el 68, que fue el parteaguas de la vida del país. ``En aquellas épocas -dijo- de alguna manera yo inicié mi vida política.'' Ya en el interior de la residencia, donde invitó bocadillos a los reporteros, recordó que ese año formaba parte de un grupo de estudiantes progresistas. El Emiliano Zapata.

Habló del México de las anteriores décadas como el de la gran estabilidad política. ``En México no hubo dictaduras como sí las hubo en otras naciones. No hubo persecuciones políticas absurdas como las que vimos en lugares no muy lejanos al nuestro'', comentó.

En otra parte de la larga conversación, alguien quiso saber:

-¿Se reunió usted con Cuauhtémoc Cárdenas?

-No, no. ¿Quién dijo eso?