Fernando Benítez
El triunfo de Cárdenas
Ayer fue la primera vez que se dan unas elecciones libres en México, después de 68 años de triunfos del PRI, contando con el aval del Presidente en turno.
El 6 de julio fue la fiesta de la democracia. El presidente Zedillo felicitó a Cuauhtémoc Cárdenas por su éxito y le aseguró que le dará toda la ayuda necesaria a su gobierno en el DF. Alfredo del Mazo, con nobleza, se declaró vencido en buena lid.
El pueblo no sabía votar, pero esta vez votó con tal denuedo que arrasó y dio la mayoría aplastante a Cárdenas, y dio ventajas a la oposición en la Cámara de Diputados. El PRI se convierte en la primera minoría, y ya no mayoría en la Cámara baja.
Por desgracia, Cárdenas tendrá sólo tres años de gobierno, un corto plazo para resolver los graves problemas que pesan sobre la ciudad y sus delegaciones.
El buen regente Oscar Espinosa Villarreal se lamentaba de no tener dinero suficiente para aumentar el irrisorio sueldo de los policías. El gobierno tampoco tiene dinero para aumentar el mísero salario de los maestros y obreros que han salido a las calles en masa, dislocando el tránsito.
Sin duda Cárdenas iniciará su gestión combatiendo la ola criminal que nos amenaza.
Bandas bien organizadas roban 200 automóviles diarios, saquean los bancos, roban en las calles, secuestran y los ciudadanos vivimos en la más completa inseguridad. Volvemos al pasado, al siglo XIX, cuando los vecinos no salían de sus casas después de las siete y media de la noche por temor a ser asaltados o asesinados.
Por otra parte, lo que fue la región más transparente del aire hoy es quizá la más contaminada del mundo. La ciudad está llena de mendigos, de mujeres que llevan cargando en la espalda a sus hijos pequeños, mientras que multitud de niños viven en las calles. También crece el comercio ambulante.
Así pues, Cárdenas enfrenta una serie de problemas muy graves. No obstante, el candidato triunfador ha adelantado que reunirá entre sus colaboradores a científicos y peritos que se esforzarán en resolver tantos problemas que nos abruman.