La Jornada 9 de julio de 1997

Se amplía la OTAN al Este; se integran República Checa, Polonia y Hungría

Braulio Peralta, corresponsal, Madrid, 8 de julio Ť Hungría, Polonia y la República Checa son ya los nuevos socios de la Organización de Tratado Atlántico del Norte (OTAN), según decisión de sus 16 países miembros reunidos aquí para definir el nuevo rumbo de la organización militar.

Aceptados en principio por la alianza atlántica, será hasta 1999 cuando podrán incorporarse formalmente.

Fue una decisión política impuesta desde meses atrás por Estados Unidos, principal aportador del presupuesto de la organización (70 por ciento). Pese a las peticiones de Francia e Italia para que se incluyera a Rumania y Eslovenia entre los nuevos miembros, no hubo acuerdo.

Los tres nuevos socios de la OTAN pagarán cara su entrada: tendrán que renovar su equipo militar y reducir sus ejércitos. El armamento ya está a la venta: de los Mig 21, 23 y 29 soviéticos, viejos y obsoletos, pasarán a las nuevas y modernas marcas estadunidenses, inglesas, francesas...

Sólo en aviones militares, las tres naciones adquirirán, por lo menos, 200. Ya los grandes consorcios de la aviación militar están ofreciendo a estas tres naciones sus Boeing-McDonnell, Mirage 200, Lockheed Martin y Grippen. Renovarse o morir.

En cuanto al número de ejércitos, se les ha exigido la reducción de los mismos. Polonia prevé una disminución de sus fuerzas que actualmente llega a 230 mil, para quedar en 180. Hungría tenía apenas hace ocho años, 130 mil hombres; debe quedar en 60 mil. Y la República Checa se ha reducido de 85 mil a 65 mil soldados.

Ayer, el abrazo de los tres presidentes de Europa del este --el checo Vaclav Havel, el húngaro Arpad Gonez y el polaco Alexander Kwasniewski-- era muy elocuente: los antiguos enemigos de la OTAN, los ex miembros del Pacto de Varsovia, consideraban un éxito la decisión occidental de aceptarlos en la nueva era militar. Mataban así sus temores a la expansión de Rusia.

No era la misma imagen que daba Emil Constantinescu, presidente de Rumania, que había encargado al rey Miguel de Rumania mover todas las influencias posibles antes las cortes europeas para lograr ingresar a la OTAN. Jacques Chirac, presidente francés, fue claro en la conferencia de prensa: ``No pudo ser, pero lo intentamos y logramos que su caso, como el de Eslovenia, se vea en 1999''.

Bill Clinton y Jacques Chirac protagonizaron en la Cumbre de Madrid una de las discusiones más sonadas en la historia de la OTAN. Clinton manoteaba, mientras Chirac asentía con la cabeza, sin dejar de mostrar su disgusto. Clinton ya había advertido que las naciones en crecimiento y comienzo democratizador deberían esperar turno.

``Este es un gran día: hemos empezado un viaje hacia una nueva Europa y un nuevo siglo'', dijo Clinton, quien destacó que el acuerdo de Madrid ``no es un logro de Estados Unidos, sino un éxito de la OTAN''.

Un Clinton que no se salió de su papel porque --dicen-- ya todo lo había pactado con Boris Yeltsin, presidente ruso, que nunca ha estado de acuerdo con la ampliación de la OTAN al este de Europa. Si fue así, no se salió del todo con la suya.

Hoy ya no son 16 sino 19 las naciones miembros de la OTAN. Hoy no existe el Pacto de Varsovia. El enemigo ha muerto, al parecer. Hoy se había escrito un capítulo más de la OTAN y su ampliación en el mundo. ¿Dónde está el enemigo?