La Jornada 13 de julio de 1997

¿ADEMAS DEL BLOQUEO, TERRORISMO?

Aparentemente, para que Cuba caiga de rodillas no basta con las arbitrariedades ``legales'', como la ley Helms-Burton que extiende a todo el mundo, violando cualquier principio jurídico, las leyes internas de Estados Unidos contra quienes comercien con el país caribeño. El gobierno cubano, por ejemplo, ha denunciado que un misterioso avión de Estados Unidos fumigó la parte central de la isla, donde en los días siguientes apareció una enfermedad de los vegetales que golpeó duramente la producción de alimentos. Ahora estallaron simultáneamente dos bombas en sendos hoteles del barrio turístico de El Vedado, en La Habana, aparentemente para afectar la actividad más lucrativa de la isla, ya que crece a un 20 por ciento anual y deja al país más de mil millones de dólares. Incluso, no se sabe bien aún cuál ha sido la causa de la caída, siempre en el centro cubano, de un avión de línea casi simultáneamente con las bombas en los hoteles habaneros.

Todo hace pensar, por lo tanto, en un nuevo brote de actividades ilegales, sea de algún servicio especializado extranjero, sea de las poderosas bandas político-mafiosas de origen cubano que tienen sede en Miami. Tal hipótesis, de confirmarse, sería un grave golpe a la convivencia internacional, ya que el terrorismo (siempre condenable, en todos los casos y en todos los países, sea el mismo terrorismo de Estado o antiestatal) es contagioso y engendra respuestas en el mismo plano.

Se recuerda al respecto que, a principios de los años 60 la Agencia Central de Inteligencia (CIA) pagó a la mafia para que organizase el asesinato de Fidel Castro y se realizaron diversos intentos con ese objetivo (como ha revelado hace una semana el Departamento de Estado al suprimir el secreto oficial que cubría esos hechos, por otra parte ampliamente denunciados). En el mismo periodo, la voladura del barco belga Le Couvre en el puerto de la capital cubana causó decenas de víctimas y aviones misteriosos sobrevolaban los cañaverales a los que lanzaban fuego. La invasión de Bahía de los Cochinos, realizada por los extremistas del exilio cubano pero organizada por Estados Unidos desde tres países y mediante un fuerte apoyo logístico, también formó parte de unos métodos de raro cinismo y brutalidad que por años parecieron haber sido remplazados por medidas sobre todo económicas y políticas.

¿Acaso ahora el fracaso de la ley Helms-Burton en su intento de someter a la comunidad internacional para que ésta se una al ilegal bloqueo a Cuba ha llevado a Estados Unidos a cambiar de táctica, sea directamente, sea dando luz verde a los mafiosos y terroristas de Miami? La justificación oficial, hace pocos días, de los intentos de asesinato del presidente de un país (Cuba) con el cual Estados Unidos ni siquiera estaba en guerra, con el argumento de que hubiera sido mejor aplicar esos métodos también con el líder iraquí Saddam Hussein u otros hace temer lo peor. No basta pues con una declaración oficial de Estados Unidos en la que diga que es ajeno a estos hechos, ya que las actividades contra Cuba y contra el gobierno sandinista en Nicaragua prueban la reiterada cobertura oficial estadunidense a los terroristas y delincuentes comunes, que no podrían actuar sin ese respaldo. Por consiguiente, si Estados Unidos se opone a colaborar con el gobierno cubano en el esclarecimiento de estos sucesos, tiene la obligación moral y política, dados los antecedentes, de favorecer una investigación por una comisión internacional independiente, facilitando la tarea de la misma.