Responsabilidad de Oscar Espinosa en la derrota del PRI, según documento interno
Ricardo Olayo Ť El documento que evalúa la derrota priísta en el Distrito Federal indica que el gobierno de la ciudad, encabezado por Oscar Espinosa Villarreal, ``no siempre respondió con solidaridad política y compromiso partidario'', y que los delegados antepusieron sus ``intereses personales'' a los compromisos con la institución política que los llevó al poder.
El texto subraya que el Partido Revolucionario Institucional asumió cada día los errores de los gobiernos local y federal: ``la crisis ética de los gobernantes, la corrupción, la práctica arbitraria del ejercicio del poder, todo lo que ha significado la crisis del sistema político mexicano''. Expone que los candidatos que seleccionó ese partido para la contienda, sólo en ``mínima parte'' representaban los intereses de los militantes y de los ciudadanos que simpatizan con el PRI.
El documento fue presentado anoche en una reunión privada del PRI capitalino y se titula Las elecciones y el partido. En su parte inicial señala que la ``derrota es esencialmente el fruto de una crisis política en nuestra relación con la sociedad. No es el mal manejo de la mercadotecnia electoral, ni tampoco las fallas de nuestra organización territorial lo que puede explicarnos el resultado''.
En la ciudad de México se expresa con mayor fuerza el descontento social y las dificultades para tener servicios, además de que convive una población informada. En ese escenario ``es importante señalar que la gobernabilidad de la ciudad en estos tres últimos años ha sido posible por la acción de nuestros partido''. Sin el PRI no hubiera sido posible negociar obras públicas, vivienda, espacios para el comercio ambulante, marchas y ``el gobierno cotidiano de cualquier delegación''.
Sin embargo, el gobierno de la ciudad no siempre respondió a las expectativas. ``En múltiples ocasiones los señores delegados pusieron por enfrente sus intereses personales a sus compromisos con el partido que los llevó al poder. Así, frecuentemente utilizaron al partido para frenar conflictos y demandas, frecuentemente preferían resolver los problemas planteados por la oposición que los nuestros. Que cada quien asuma su responsabilidad de la derrota''.
El documento fue elaborado por Raúl Montalvo, presidente de la Fundación Colosio del DF, luego de varias sesiones de trabajo con priístas. Entre los asistentes a la reunión nocturna estuvieron el presidente interino del PRI en el DF, Fernando de Garay, quien informó en breve entrevista que el documento incorpora el sentir de un grupo de priístas especialmente designados y que junto con otros textos será presentado al Consejo Político del DF en los próximos días.
También acudieron los secretarios Rodolfo Fragoso, Moisés Gómez Reyna, Luis Miguel Ortiz Haro, Martha Rafful, Ildefonso Zapata, además de Mario Sepúlveda, Florentino Castro López, Gustavo Figueroa y María Angélica Luna Parra, esta última secretaria técnica del Consejo Político del DF. Algunos de ellos, dijeron en entrevista que el texto es la parte política del análisis de la derrota.
Agravio a la sociedad
La crisis más profunda y definitiva del proyecto de nación instaurado en los últimos 12 años se produjo el 19 de diciembre de 1994 con la devaluación del peso frente al dólar. El efecto fue un daño severo en la capacidad productiva, el empleo, el salario y los recursos financieros.
De 1982 a 1994, los ciudadanos sufrieron un ``agravio histórico'' con la expropiación de ``los principios, el proyecto de nación y el bienestar de su familia. El efecto de este agravio tiene expresiones distintas en los distintos espacios geo políticos. Hoy se expresan en los resultados electorales''.
Una de las razones de la derrota es que ``representamos a quienes agraviaron a este país y a este pueblo'', y quizá sin la derrota no se podría convencer a los ciudadanos de que hay compromiso con su situación social.
El pueblo de México ``es sabio y ha establecido un nuevo equilibrio de las fuerzas políticas representativas de este país: aceptémoslo. Hoy estamos ante la más profunda transformación de México desde la fundación de nuestro partido, estamos ante una transformación pacífica que inaugura un nuevo orden sin destruir la nación y manteniendo nosotros la conducción política del país''. Pero a pesar de la derrota, agrega, el PRI es un partido fuerte, que se ve demostrado en el millón de votos obtenido y sobre el cual hay que consolidar el trabajo cotidiano.