La Jornada 21 de julio de 1997

En mar patrimonial mexicano, operaciones antidrogas con EU

David Aponte Ť Los gobiernos de México y Estados Unidos pactaron desde hace tiempo realizar ``operaciones coordinadas'' o ``coincidentes'' entre navíos de la Secretaría de Marina y la Guardia Costera en aguas patrimoniales mexicanas del Pacífico y del Golfo de México, para interceptar embarcaciones que presuntamente transportan grandes cargamentos de estupefacientes, según información de la Oficina de Control de Drogas de la Casa Blanca y la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE).

El despacho del zar antidrogas estadunidense, general retirado Barry McCaffrey, considera que las incursiones de los barcos de la Guardia Costera de Estados Unidos en mar mexicano --las acciones militares conjuntas-- han dado como resultado ``la incautación de importantes cargamentos de drogas''.

La información de Relaciones Exteriores argumenta que la entrada de barcos militares estadunidenses en aguas mexicanas está fundamentada jurídicamente en la Convención Internacional del Mar, instrumento que hace posible el cruce de embarcaciones de otros países a las aguas patrimoniales de terceros.

Desde hace algún tiempo, la parte mexicana aceptó también la posibilidad de que aeronaves pertenecientes a las agencias antidrogas estadunidenses, en particular la DEA y el Servicio de Aduanas, sobrevolaran el territorio aéreo nacional.

Sobrevolarían aeronaves pertenecientes a las agencias antidrogas estadunidenses, fundamentalmente de la DEA y el Servicio de Aduanas.

En un documento, la oficina del general MacCaffrey explicó durante la visita del ex secretario de la Defensa William Perry a la ciudad de México, en 1995, ``allanamos el camino de un diálogo que no ha cesado. Las fuerzas armadas de ambos países también han formado un grupo de trabajo entre sí para realizar consultas. Ambas tenemos el compromiso absoluto de respetar las soberanías de cada país.

``(El entendimiento en el área) ha mejorado la cooperación para interceptar narcóticos. La Fuerza de Respuesta de la Frontera Norte, que utiliza aeronaves de nuestras dos naciones para detectar y monitorear aviones sospechosos de transportar drogas, ha mejorado la capacidad de México para frenar y arrestar a contrabandistas por aire.

``(Las) operaciones coincidentes de la Marina mexicana y el Guardacostas estadunidense (la fuerza armada más pequeña del vecino país) han dado como resultado la incautación de importantes cargas de drogas'', indica el documento de la oficina de Política Nacional para el Control de Drogas de Washington.

Según la versión de la SRE, las ``operaciones coordinadas'' en aguas patrimoniales mexicanas tienen fundamento en la Convención Internacional del Mar, de tal forma que las autoridades del guardacostas estadunidense solicitan permiso para entrar en aguas mexicanas cuando detectan una posible embarcación con carga de estupefacientes.

``Las maniobras se realizan cuando existe la posibilidad o sospecha de que un navío pueda traer droga. Entonces, ese tipo de operaciones sí se realiza y se ha llevado a cabo desde hace algunos años.

``No son operaciones conjuntas, son coordinadas. La parte estadunidense va por un lado, la mexicana por otro, para cerrar el radio de acción (de los narcotraficantes) y este tipo de operaciones ha habido desde hace algún tiempo. Son coordinaciones, en realidad, lo que se hace en el mar, inclusive en mar internacional.

``Obviamente, operamos ambos porque a nosotros no nos conviene que sigan pasando (naves con drogas)'', detalla una fuente de la cancillería mexicana consultada sobre este tipo de operaciones en aguas patrimoniales de México.

Durante los últimos años, el gobierno de México ha rechazado la posibilidad de cualquier tipo de ``maniobras militares conjuntas'', a pesar de que el entonces responsable del Pentágono, William Perry, anunció esa posibilidad en 1995. En su momento, la SRE negó cualquier eventualidad de ese tipo en la guerra contra las drogas.

Sin embargo, las autoridades de ambos países encontraron una modalidad: operaciones coordinadas o coincidentes de embarcaciones de la Secretaría de la Marina mexicana y la Guardia Costera estadunidense en el Pacífico y en el Golfo de México, en aguas mexicanas.

Las acciones coordinadas ocurren en las 188 millas del mar patrimonial mexicano y no en las 12 millas del mar territorial, el cual es de uso exclusivo y conclusivo de las autoridades mexicanas, según reportes del gobierno de México.

``Desde luego, en el mar patrimonial hay paso internacional, de acuerdo con la Convención del Mar, y es un paso que no se puede restringir. Pero si se sospecha de un barco entonces actuamos y no permitimos que actúen otros, a menos que coordinemos las acciones, como lo hemos venido haciendo (con Estados Unidos). Porque viene el barco por aguas internacionales rumbo al mar patrimonial mexicano y en ese lugar es donde se cierra la pinza'', agregó la fuente de la cancillería.

Los reportes de las autoridades de México y Estados Unidos indican que el tráfico de drogas por la vía marítima ha crecido. Sin embargo, aún no supera el aéreo y terrestre.