La Jornada 21 de julio de 1997

Obtuvo el priísmo en julio notorias derrotas, victorias pírricas y triunfos cuestionados: Martínez Veloz Se le identifica con el escándalo y la imposición, señala

Rosa Icela Rodríguez Ť Para Jaime Martínez Veloz, entre las razones que contribuyeron al fracaso del PRI en las elecciones del 6 de julio se encuentra que es ``el partido al que se indentifica con el escándalo, la corrupción, la violencia, la impunidad y la crisis. Un partido sin proyecto de cambio, el partido de las imposiciones y que ha perdido la capacidad de representar a las mayorías, pues sólo recurre a ellas en tiempo de elecciones''.

El diputado y también secretario de Organización del Movimiento Territorial del CEN del PRI, manifestó asimismo que ha llegado el momento de analizar que ``después de 15 años de austeridad, crisis y desaliento, estamos no sólo ante el agotamiento de un sistema político sino inclusive de una forma de convivencia''.

Por lo anterior, propone una urgente restructuración de ese organismo, que conlleve básicamente a la elección de cuadros y a la transformación no sólo de sus documentos básicos, sino también en sus métodos cotidianos y su relación con los poderes y la sociedad.

Sin embargo, aclaró que ``los priístas que quieren un cambio no estamos librando una batalla ni contra la dirigencia ni contra el presidente de la República, pues la batalla es por la supervivencia del partido''.

Martínez Veloz ha sido -desde siempre- un crítico de los métodos de elección de su partido y un impulsor de los cambios radicales internos.

Miembro del Consejo Político Nacional priísta, indicó que ``julio de 1997 ha sonado la última llamada'' al PRI, porque ``la democracia electoral promete cambiar de raíz los rituales del mayoriteo, la obediencia ciega al poder central y la antidemocracia como fórmula cotidiana de la relación entre gobernantes y ciudadanos''.

Geografía de la derrota priísta

Después presenta un estudio, paso a paso, de los procesos electorales: ``1.- Las derrotas notables. En los comicios federales y locales de Nuevo León, Distrito Federal, Querétaro, Baja California, Guanajuato, Jalisco, Michoacán, Morelos y el estado de México, se sufrieron claras derrotas. En la Cámara de Diputados se perdió la mayoría simple y en la de Senadores la mayoría constitucional.

``2.- Los triunfos pírricos. En Sonora, San Luis Potosí y Colima se ganaron la gubernatura pero se perdieron espacios, inclusive la mayoría en el Congreso local y municipios importantes de cada una de estas entidades. En estados como Chiapas, Coahuila, Quintana Roo, Guerrero y Oaxaca se ganaron las elecciones, pero el grado de participación fue el más bajo de toda la República.

``3.- Los triunfos cuestionados. En Campeche, San Luis Potosí y Colima se ganaron las gubernaturas, pero hay denuncias de irregularidades y movimientos de protesta que piden revisión de los resultados. Hubo lugares donde ganó el PRI con votaciones importantes y por diferencias notables, pero la geografía de la derrota nos dice que en general se perdió en los lugares que mayor participación tuvieron y que triunfó en los sitios más aislados y con menor participación''.

Las causas del fracaso

Manifestó que ``hay cuatro razones internas que contribuyeron al fracaso del PRI en las elecciones'', la primera ``es que somos un partido que se identifica con el escándalo, la corrupción, la violencia, la impunidad y la crisis, perfil que no inventaron los medios, sino que tiene bases en la realidad''.

``Somos un partido sin proyecto de cambio. Nuestra sujeción a los poderes gubernamentales, la transformación del país y los experimentos ideológicos desgastaron nuestro proyecto original, de principios fundamentales y con base en el compromiso social.

``Somos el partido de las imposiciones. Nuestra falta de democracia interna ha devenido en vicios y en la incapacidad de elegir a dirigentes y cuadros comprometidos para contender en elecciones. Somos proclives al arreglo cupular y poco aptos para el debate público.

``Somos el partido que ha perdido la capacidad de representar a las grandes mayorías nacionales, a las que sólo recurrimos en tiempos de elecciones''.

Ante lo anterior, Martínez critica: la ``crisis del PRI es un secreto a voces que parece preocupar a vastas porciones de su militancia, pero no a una parte de la dirigencia que todavía es capaz de celebrar unos cuantos triunfos en medio del desastre''.

Una de las propuestas del priísta es ``el fortalecimiento de la vida interna'' en donde es primordial ``la selección de candidatos a puestos de representación popular y la elección de las dirigencias'', pues ``el acuerdo entre grupos y la imposición externa ya no tienen cabida porque dan resultados adversos''.

También habló de la necesidad de autonomía del Poder Ejecutivo Federal, los ejecutivos estatales y los grupos de interés extrapartidos. ``No más el cordón umbilical que nos ahorca'', precisó.

Añadió que ``la imagen del PRI se ha deteriorado durante décadas en un proceso que parece inexorable; en los últimos años los escándalos han tomado proporciones que superan la anécdota y nos colocan en las páginas rojas''.

Al final, comentó:

``Un partido que se gana la credibilidad de la sociedad no es el que se deslinda a destiempo, sino el que señala oportunamente errores, desviaciones e ilícitos''.