¿Existe entre Batman y Robin una relación homosexual? Antes de responder ubiquemos a los dos héroes de la mitología contemporánea en el tiempo y en el espacio. ¿Quiénes son Batman y Robin?, ¿dónde y cuándo vieron la luz primera?, ¿cuál ha sido su proceso evolutivo? The circular starcase, novela policial escrita a principios de siglo por Mary Roberts Rinchart, cuyo personaje principal es un criminal que acostumbra disfrazarse de murciélago, viene a ser antecedente literario del personaje que nos ocupa. Posteriormente esta sombría historia es transvasada al cine (1915) como The bat. Seis años más tarde, los tejemanejes criminales del hombre murciélago son reincorporados a la cinta de plata por Roland West. En el primer año de la tercera década, West hizo un remake de aquel filme: The bat whispers que, luego de ser restaurado, sirvió a Tim Burton para encuadrar escenas de su Batman.

Continuemos recorriendo los vericuetos del pasado para detenernos en el año 39, cuando el director del National Comics encarga a Bob Kane crear un héroe semejante a Superman que viniera a combatir el crimen. Para cumplir el encargo el diseñador se inspiró en la película de West, pero en vez de recrear en el papel a un vampiro nocturno y murmurador dio vida en el comic a una creatura de doble identidad (multimillonario de día, insaciable vengador de noche) capaz de recorrer a pie unas veces, alado otras, los espacios expresionistas de Gotham City.

Pero, ¿quién es este multimillonario individualista y esquizofrénico que responde durante el día al nombre de Bruce Wayne y durante la noche al de Batman? ¿Quién es Bruce?

Hijo único del doctor Wayne, Bruce fue testigo a temprana edad del asesinato de sus padres, hecho que ocurrió en un oscuro rincón de Gotham City, minutos después de que la familia había abandonado el salón donde proyectaban la versión muda de La marca del Zorro, de Fred Niblo. Posteriormente, el traumatizado Bruce se transformaría durante las noches en el implacable Bat, restaurador de viejos y nuevos agravios. Entre otros, aquel que aconteció en Africa y recreó en los lienzos Reeves Eason con el título de Batman of Africa, en cuyo contexto el héroe de las largas orejas rescata de las negras manos de una tribu a una muchacha blanca; o aquel otro a cargo de Lambert Hiller donde las imágenes nos muestran la lucha que sostienen Batman y Robin contra el doctor Tito, siniestro espía japonés; o aquellos traslados al video que recrean, durante 18 episodios, a nuestros héroes enfrentando a sus tradicionales enemigos: Joker, Riddler, Penguin, Catwoman; o aquellos otros que recoge en 89 Tim Burton con Michael Keaton, Jack Nicholson, Kim Basinger (Batman), y apenas ayer Joel Schumacher con Val Kilmer y Tommy Lee Jones (Batman forever). Mitológicas peripecias que, acorde al psicoanalista neoyorkino Frederich Wertham, articula una relación homosexual del tipo Ganimedes-Zeus. Uno --el primero-- príncipe troyano, posteriormente encargado de servir el néctar en el Olimpo; el otro, dios todopoderoso e incontinente de aquel cielo grecolatino.

Pero retornemos a Wertham, que fatigó nuestro planeta durante la quinta década de este siglo --época fundamentalmente macartista-- tiempo durante el cual escribió su polémico libro contra los comics titulado Seduction of the innocents (1954) donde dice: ``Batman y Robin no cesan de protegerse, el uno y el otro, de los violentos asaltos de innombrables enemigos, como si de solidarios amantes se tratará. Así, tornan dinámico un auténtico sueño homosexual, más allá de cualquier presencia femenina''.

Para atenuar esta pulsión erótica que flagela a los dos héroes de la mitología contemporánea el cineasta estadunidense Joel Schumacher otorga en Batman forever (1995) un ambiguo contacto femenino a este ser mitad vampiro, mitad hombre, encarnado en la doctora neoliberal Chase Meridian (Nicole Kidman).

Ahora (ver cartelera) Schumacher vuelve a recrear en los inmaculados lienzos otra presencia femenil, la batichica, protagonizada por Alicia Silverstone. ¿Será capaz la batichica de liberar a nuestros héroes de sus desviaciones eróticas? ¿Continuarán ejerciendo su ambigua relación?