¿Cómo ejercer el apoyo crítico al que se refería Carlos Monsiváis en su lúcido artículo del 26 de junio? Tal vez una forma es decir las cosas de frente, cuando suceden, antes de que crezcan más. La designación del equipo de enlace para la transición en la regencia tiene, además del ya resuelto conflicto en torno a la participación del hijo de Cárdenas, otra nubecilla negra. Me refiero a la ausencia total de mujeres. Sé que se me dirá que es un equipo provisorio, que las mujeres entrarán después, como funcionarias. Sin embargo, el impacto simbólico de la fotografía de Cárdenas y Espinosa, con sus respectivos equipos exclusivamente masculinos (primera plana del miércoles 23) recordaba tristemente al perenne club de Toby que han sido las instancias del poder en México.
A mí me pareció un exceso que, durante su campaña, Cárdenas ofreciera la mitad de los puestos en su gobierno a las mujeres. Yo fui de las que señaló que lo que importan no son los cuerpos de las personas, sino lo que llevan en la cabeza, y que de nada sirve poner a mujeres si éstas no tienen una mirada que comprenda la problemática de género; que lo que había que garantizar era una perspectiva desde la cual eliminar el sexismo en las prácticas de la administración pública y garantizar el diseño de políticas equitativas y pro-equidad.
Con mi propia argumentación bien se me podría rebatir que en el actual equipo de enlace hay por lo menos una persona --Adolfo Gilly-- que tiene cierta sensibilización al tema. Sin embargo, lo que me irritó, y admito que puede ser una contradicción mía, fue la ausencia total de mujeres. Ni siquiera el equipo de Cárdenas cuenta con esa malicia del ``political correctness'' que obliga a colocar --a veces en calidad de símbolo-- a una mujer.
Una imagen vale más que mil palabras. Cuando apareció publicada una foto del Comité de Prevención sobre el Cáncer Cérvico Uterino, de la Secretaría de Salud, en la que sólo aparecían hombres, Jesusa Rodríguez tuvo la genial idea de fotografiarse con un grupo de amigas y publicar la foto con la leyenda Comité de Prevención del Cáncer de Próstata. La Secretaría de Salud entendió claramente el mensaje.
Es evidente, y el incidente sobre el supuesto nepotismo lo demuestra, que todavía el equipo perredista no se interroga sobre la manera en que los de ``afuera'' pueden interpretar cuestiones que se originan en un descuido. Sin embargo, el peso de lo simbólico es definitivo. Cuidar las imágenes es mucho más que cuidar las apariencias; es realizar un trabajo de análisis y ver si las representaciones que se ofrecen coinciden con el contenido de lo propuesto. Ante la foto del club de Toby ¿quién del equipo de enlace cardenista se habrá preguntado qué sentirían las cientos de miles de pequeñas Lulús que votaron por ellos?
Por eso quiero decirlo ahora, desde el arranque: de nada sirve tener buenas intenciones, acompañadas de un discurso moderno que se dirige a ``ciudadanos y ciudadanas'', si a la hora de la hora no se hace un esfuerzo por incluir, por lo menos simbólicamente, a una representante de esa mitad de la población.