La Jornada martes 29 de julio de 1997

José Blanco
IVA: despropósitos y confusiones

Sin pensarlo mucho (o nada), PAN y PRD propusieron en sus plataformas legislativas reducir el IVA; hoy es la primera promesa de campaña que quieren cumplir a como dé lugar. En medio de la avalancha de opiniones que ya se dieron en pro y en contra, aún falta preguntar a PAN y PRD: ¿cuál es el objetivo buscado?

Puesto que les ha parecido innecesario explicarlo, PAN y PRD dan por obvia la bondad de la propuesta. No podemos, entonces, sino conjeturar que para estos partidos se trata de una medida que beneficia al ¿pueblo?, a ¿los consumidores?, ¿a los segmentos de población de bajos recursos? ¿Cuál sería la cadena causal que conduciría a convertir en reales tales beneficios? Nada nos han dicho los partidos.

Aumentarlo de 10 a 15 por ciento, explicó en su momento el gobierno, buscaba ser no sólo una fuente de financiamiento, sino un medio de aumentar el ahorro (al comprimir el consumo). Por supuesto, el aumento de impuestos indirectos no puede traducirse per se en un aumento del ahorro social. El del gobierno era un pseudoargumento. Varias medidas e instrumentos habrían sido necesarios para convertir en ahorro social el aumento del IVA. Aún así, en el marco de otro enfoque de la política económica, otros muy distintos podrían haber sido los medios de aumentar el ahorro real. Dicho lo anterior, debe decirse también que si los diputados creen que la forma de corregir es volver al punto de partida (tesis expresada por el PAN), se equivocan de medio a medio.

Ahí donde la razón de ser de la actividad empresarial --maximizar ganancias-- se da en el marco de un sistema monetario ametálico fiduciario --dinero de curso legal y dinero bancario--, los precios nominales son inflexibles a la baja (por supuesto, puede usted señalar esta o aquella excepción): los cambios en la distribución del ingreso ocurren por las variaciones en los precios relativos (la distinta velocidad con la que unos precios aumentan respecto a otros, incluyendo el salario).

Por tanto, la disminución del IVA --más aún si el impuesto se halla oculto en los precios--, se traduciría en un aumento de las ganancias de los empresarios, por unos 20 a 25 mil millones de pesos (cifra que, dicen, sería la reducción del ingreso gubernamental, y que se sumaría a la alta evasión fiscal de ese impuesto), y no en una disminución de precios que beneficiaría quién sabe a quién. La liberación de esos ingresos (ganancias) serían gastados de manera desde luego distinta de como lo hace el gobierno.

En abstracto, la propuesta perredista es mejor: establecer un IVA diferenciado, dado que los impuestos al gasto, cuando son generales, son los más regresivos (afectan más a quienes menos ingreso perciben). El PRD propone que los artículos de lujo paguen hasta un 20/30 por ciento.

No obstante, si se toman en cuenta otros factores las conclusiones cambian. Controlar y administrar impuestos al gasto con tasas diferenciadas exigiría un aparato de administración y un ejército nacional de inspectores de no quiero saber qué costo, listo para entrarle a la corrupción (el mismo que se requeriría para controlar una incontrolable disminución de precios nominales). Se incurriría así en un alto gasto gubernamental, al tiempo que los ingresos públicos habrían sido disminuidos.

La reducción general propuesta por el PAN --compartida a su modo por el PRD--, debe tomar en cuenta que hoy el rubro de alimentos y bebidas tiene tasa cero de IVA; también, que el 10 por ciento de la población de menores ingresos gasta más o mucho más de la mitad de su magro ingreso precisamente en ese rubro, y que conforme el ingreso es más alto, la parte de éste que en ése rubro se gasta disminuye. Por tanto, los beneficiarios serían las capas de más altos ingresos.

Disminuir el IVA en las actuales condiciones no es lo más inteligente. Puede acordarse, en cambio, etiquetar y destinar determinados montos de recaudación del IVA a la conformación de un programa asistencial de cara a la grave desnutrición que padecen amplios sectores de población, cuyos datos acaban de sernos revelados por la última encuesta del Instituto Nacional de la Nutrición Salvador Zubirán (véase Perfil de La Jornada del pasado martes).

Eso es mejor que dar una lección a Roque devolviéndole el envión ``obsceno'' que en su momento se le atribuyó. Y en cuanto a las falsas expectativas que el PRD y el PAN crearon en los electores, bien harían en pensársela mejor para la próxima vez.