A la reversión de cuotas, vigilancia constante, sugiere Aguilar Borrego
Angeles Cruz /II y última Ť Para los trabajadores bancarios ha funcionado, ``en términos generales'', el servicio médico privado pactado hace 40 años mediante la reversión de cuotas en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS); aunque el sistema debe ser vigilado en forma constante para evitar las pretensiones de los bancos de reducir sus costos comprando medicamentos más baratos o negando la atención a los empleados, sobre todo a los jubilados.
Asimismo, ``hay que ser muy cuidadoso, porque ahorita es bueno, pero copiarlo para que funcione por medio de aseguradoras sí lleva el riesgo de que desaparezca el IMSS'', porque implicaría la estratificación de los servicios y su calidad conforme a la capacidad de pago del trabajador, reconoce Enrique Aguilar Borrego, presidente de la Federación Nacional de Sindicatos Bancarios (Fenasib).
A su vez, la investigadora de la UAM Xochimilco, Olivia López Arellano, destacó el riesgo de que con los servicios médicos privados prolifere la medicina iaprogénica (realización de intervenciones innecesarias), en un afán de los médicos particulares por aumentar sus ganancias.
Asimismo, subrayó la posibilidad de que haya discriminación hacia las personas de avanzada edad que padezcan enfermedades crónicas y costosas, pues ``la práctica privada no busca el bienestar de las personas, sino la ganancia económica''.
Para evitarlo, el IMSS tendría que incluir en el reglamento de reversión de cuotas una serie de limitantes y acotaciones, explicó la académica.
En tanto, para la también investigadora de la UAM, Asa Cristina Laurell, el actual deterioro de los servicios médicos hace prever que los cotizantes altos del instituto se trasladen al sector privado porque sus cuotas representan más de 50 por ciento del total y, al perderlas, el IMSS ``se vería obligado a restringir sus servicios al paquete de cuota única''.
Más aún, sostiene Laurell, en el servicio privado el acceso y la cobertura de servicios se estratificarían en función directa del pago y se incrementaría la inequidad. En su análisis La política social del pacto posrevolucionario y el viraje neoliberal cita un documento presentado por el gobierno mexicano en una reunión con el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo en mayo de 1995, según el cual ``al madurar la reforma el papel del IMSS sólo se restringirá a recaudar y administrar los fondos de salud''.
Por lo pronto, la política parece ser, según López Arellano, ``la privatización de lo público rentable; es decir, una privatización selectiva y dirigida principalmente a los trabajadores sanos, con altos ingresos y bajos riesgos de trabajo y enfermedad''.
El caso Banrural
Si bien los trabajadores bancarios del país están entre los mejor pagados, la situación de riesgo en el sector se ha evidenciado en Banrural, donde el gasto administrativo del servicio médico privado, el alto monto de su cartera vencida y la cantidad de jubilados (casi similar al de los trabajadores en activo) ha impactado los salarios, de tal suerte que son 40 por ciento más bajos al del resto de las instituciones financieras.
El presidente de Fenasib, Enrique Aguilar Borrego, explicó que en el sector bancario hay 20 mil jubilados, 40 por ciento de los cuales son de Banrural, es decir, 7 mil 600 contra 8 mil trabajadores activos; mientras en Serfín, por ejemplo, los trabajadores en retiro no son más de 600 contra 16 mil activos.
Agregó que el impacto de estas cifras, el monto de la cartera vencida y la cantidad de jubilados se han reflejado en los salarios de Banrural, pues mientras en este banco ganan entre 2 y 2.5 salarios mínimos, en el resto del sector bancario oscilan entre tres y cuatro.
Bertha Luján, del Frente Auténtico del Trabajo destacó las divergencias de opinión sobre la reversión de cuotas entre los bancarios, pero ``es obvio que ningún servicio particular puede estar por encima del servicio público y colectivo'', dijo.
Señaló que reunir las cuotas obrero-patronales posibilitaría incorporar los adelantos tecnológicos a la infraestructura hospitalaria, pero ``estamos viviendo un sistema burocratizado que en lugar de frenar la carencia de fondos promueve el desfinancia- miento del instituto y la consecuente reducción en la calidad de los servicios''.
Rechazó que la reversión de cuotas pueda ``aliviar la carga de trabajo'' en el IMSS, porque solamente se irán los trabajadores de altos ingresos, entre 10 y 15 por ciento del total (otros cálculos señalan que accederían al servicio médico privado 30 por ciento de los afiliados al IMSS), pero se quedarán en el sistema de seguridad social los empleados de la pequeña y mediana empresa que son los que sotienen el empleo en México, apuntó.
Respecto del servicio médico de los trabajadores bancarios, Aguilar Borrego señaló que son de calidad superior a la que hay en el IMSS y que incluso ha propiciado un incremento de tres años en la esperanza de vida con relación al promedio nacional de 70 años.
Efectivamente, señaló, la reversión de cuotas no es una buena opción para los patrones por el gasto que implica mantener el servicio médico privado.