Expresa la Compañía de Jesús su ``respaldo solidario'' a Samuel Ruiz y Raúl Vera
Salvador Guerrero Chiprés Ť Como ``una voz de apoyo a la pacificación'' en Chiapas, la Compañía de Jesús decidió ``respaldar solidariamente'' a los obispos Samuel Ruiz García y Raúl Vera, pidió el establecimiento de la Mesa de Coyuntura que originalmente respaldaba el gobierno federal; propuso continuar con las denuncias de quienes apoyan o toleran a grupos paramilitares, y recomendó impulsar un diálogo incluyente y una ``negociación auténtica''.
Solicitó también retomar los temas inconclusos de la democracia y la justicia, así como la reactivación de la Comisión de Seguimiento y Verificación.
En general, los jesuitas plantearon su explícita oposición a cualquier medida que debilite la mesa de negociación entre el EZLN y el gobierno.
En un planteamiento --de ocho puntos-- en el cual se dieron a conocer aspectos de la entrevista efectuada el pasado fin de semana entre los obispos citados y el provincial en México de la Compañía de Jesús, Mario López Barrio, esa congregación expresó que ante la ``tan delicada situación'' en la que se halla el proceso de paz en el estado, los jesuitas decidieron ``aunar esfuerzos'' en favor de las gestiones de los obispos miembros de la Comisión Episcopal para la Reconciliación y la Pacificación en Chiapas.
Esa congregación expresa su coincidencia con apreciaciones de la Comisión Nacional de Intermediación (Conai), en el sentido de que el incumplimiento de los acuerdos de San Andrés ``ha puesto en crisis no sólo el diálogo entre el EZLN y el gobierno federal, sino la misma vía de la negociación política como camino de solución pacífica de todos los conflictos''.
También comparte la consideración de la Conai según la cual ``el constante surgimiento de provocaciones y tensiones en diferentes municipios del estado de Chiapas ha dañado profundamente el tejido sociocultural de las comunidades''.
Específicamente advierte la creciente presencia militar causante de la profundización de ``un escenario de guerra latente''; afirma que existe ``el método de provocar conflictos para ocasionar divisiones y justificar la intervención de cuerpos policiacos y paramilitares'', y critica la adopción de ``medidas unilaterales'' de los tres poderes del estado, a las cuales se presenta ``sin base'', como cumplimiento de compromisos derivados de San Andrés.
Como la Conai, los jesuitas reiteran que sin solución a las causas profundas que ocasionan los conflictos, ``la paz no será posible en nuestro país''.
Para reencauzar el proceso de paz, la Compañía de Jesús apoya las propuestas concretas ya expresadas por la Comisión Nacional de Intermediación.
Entre ellas están: el cumplimiento cabal de los acuerdos de San Andrés sobre derechos y cultura indígena, especialmente lo concerniente a la reforma constitucional; la liberación de quienes han sido injustamente encarcelados ``en el marco de los conflictos sociales y políticos''; el mencionado establecimiento de la Mesa de Coyuntura para desahogar soluciones eficaces a los conflictos regionales; restablecer el procedimiento para la negociación del tema de democracia y justicia, así como la reanimación de la Comisión de Seguimiento y Verificación ``con los acuerdos precisos que le den materia para el desempeño de su alta responsabilidad''.
Además, la congregación propone ``no apoyar acciones que puedan debilitar o sustituir la mesa de negociación entre el gobierno y el EZLN o incrementar la división al interior de las comunidades''.
En relación con los programas sociales del gobierno sugieren ``favorecer que se deriven de la apertura de la Mesa 3 de San Andrés, en lugar de realizarse al margen de ella''.
Asimismo los jesuitas consideran conveniente mantener las denuncias de ``apoyo o tolerancia a los grupos paramilitares, la militarización y las violaciones a los derechos humanos'', y se comprometen a impulsar ``el logro de una paz justa y digna a través del diálogo incluyente, la negociación auténtica, la distensión y la más amplia participación y corresponsabilidad civil''.
Finalmente, buscan ``apoyar procesos de reconciliación y unidad entre las bases de los distintos grupos políticos'' en la zona norte chiapaneca.
El sacerdote Miguel Romero, de la curia provincial, señaló que el posicionamiento de los jesuitas, difundido en un comunicado, busca ``ser una voz para reencauzar el diálogo'' ante su estancamiento.