La Jornada 29 de julio de 1997

Cambio de política educativa, demandan académicos ante el examen en la UNAM

Claudia Herrera Beltrán Ť Una calificación de 6.6 como la que necesitaron obtener en su examen de admisión los jóvenes aceptados por la UNAM es levemente mejor a la de años anteriores, pero es un indicativo de que la educación en México sigue enfrentando problemas estructurales que en décadas no han podido ser resueltos, coincidieron especialistas.

El director de la División de Ciencias Sociales de la UAM Xochimilco, Guillermo Villaseñor, señaló que estos resultados demuestran que es necesario modificar la política gubernamental en materia educativa para convertir la enseñanza en un instrumento de desarrollo social y no en un ``insumo de un modelo económico como el neoliberalismo''.

Por su parte, el investigador de la misma institución, Romualdo López Zárate, se refirió en particular a la educación que imparten las escuelas públicas de las que provienen los jóvenes examinados. Explicó que tienen una multiplicidad de programas y planes educativos, carecen de infraestructura y sus profesores son de menor calidad comparados con los de otras instituciones.

Para Villaseñor, el problema es que México dejó de ser ``el país de los reprobados'' para convertirse en un país que logra calificaciones mínimas de aprobación.

El también autor del libro La universidad pública alternativa señaló que el promedio de 6.6 --estimado de acuerdo con los resultados publicados en la Gaceta de la UNAM-- es bajo y refleja no sólo las deficiencias de la educación media superior del país, sino de los niveles de primaria y secundaria.

López Zarate dijo que en los resultados obtenidos por los más de 6 mil 500 futuros estudiantes del nivel de licenciatura de la UNAM, se advierte una ``leve mejoría'' comparada con la calificación de 4 que hace diez años necesitaba la mayoría de los jóvenes para ingresar a la Universidad Nacional, y que en su momento fue el argumento que utilizó el ex rector Jorge Carpizo McGregor para proponer reformas en la institución.

Sobre el alto número de jóvenes rechazados por la UNAM (36 mil 134) señaló que refleja el otro conflicto que enfrenta la educación pública en México: la falta de espacios para atender a la creciente demanda. ``De nada serviría que más aspirantes obtuvieran calificaciones altas si no hay lugares para ellos'', añadió el ex secretario de Análisis y Estudios de la ANUIES.

Dijo que el propósito del examen de admisión es seleccionar a los estudiantes en función del cupo y no dar espacios de acuerdo al nivel de conocimientos, porque ello implicaría que muchos se quedaran fuera por obtener bajos puntajes.

Y en el caso de que mejorara la calidad de los resultados --añadió--, poco podría hacer la máxima casa de estudios para integrarlos a su matrícula.

Por su parte, Guillermo Villaseñor consideró que el bajo nivel alcanzado por los jóvenes aspirantes recientemente examinados en la UNAM, no puede desligarse del contexto social en que se encuentran los alumnos de las escuelas públicas del nivel de bachillerato.

``Los estudiantes pertenecen a familias con bajos ingresos económicos y eso hace más difícil un buen desempeño académico'', concluyó.