Arrecia en el PAN la contienda entre pragmáticos y doctrinarios
Roberto Garduño E., enviado, San Juan del Río, Qro., 2 de agosto Ť El Partido Acción Nacional (PAN) se prepara desde ahora para ganar la Presidencia de la República y el Congreso Federal en una vuelta a sus orígenes. El blanquiazul ya no desea ser elitista, quiere estar comprometido con los mexicanos más agraviados, los indígenas y los campesinos, razón por la que se afinarán los estatutos doctrinarios del partido.
Tampoco será instrumento de ``apetitos personales'', y aquellos liderazgos regionales que se expresen deberán respetar al partido y a los demás militantes, deslizó con dureza Felipe Calderón Hinojosa.
A la vista, la primera jornada del Consejo Nacional del PAN fue ordenada, donde se revisó todo lo que falló desde la perspectiva de los candidatos y de los coordinadores de campaña; fue una reunión de autocrítica a decir del coordinador futuro en la Cámara de Diputados, Carlos Medina Plascencia.
Pero muchos de sus integrantes ``se atrincheraron'' y ya entrada la noche esperaban señales de los líderes históricos del partido para retirarse del encuentro o permanecer en él, y afrentar en grupo los debates de este domingo.
Antes del mediodía de ayer, al término del almuerzo, los panistas afinaban posturas, unos, los pragmáticos, para pedir cuentas a Felipe Calderón por la debacle electoral del 6 de julio. Otros más tersos, los doctrinarios, insistían en que su partido no se puede seguir reinventando en la búsqueda del poder a cualquier costo.
Diego Fernández de Cevallos, Vicente Fox, Antonio Lozano Gracia, Luis H. Alvarez, Héctor Terán Terán, Gonzalo Altamirano, Juan Miguel Alcántara, Carlos Medina Plascencia, Ernesto Ruffo, Juan Antonio García Villa, dejaron sentir su liderazgo, su peso panista entre panistas.
En el salón Gobernadores de la ex Hacienda Galindo, convertido en bunker, los 230 integrantes --de un total de 300-- del Consejo Nacional del partido blanco y azul escucharon a su dirigente que advirtió que el encuentro no arrojará recriminaciones ni falsas complacencias.
Es decir o el PAN se recompone en una opción de gobierno humanista, democrático y participativo o será una alternancia de paso, un mero corrector transitorio y parcial de administraciones públicas que nada dicen a los mexicanos.
La bienvenida de Felipe Calderón a sus compañeros fue dura, un freno y una advertencia por un cambio de giro: ``En el fondo, el partido necesita también una revisión detallada de sus principios de doctrina, no para cancelarlos o modificarlos, sino para aplicarlos verdaderamente a una realidad cambiante''.
También abordó un tema relegado en los últimos días, el de los liderazgos.
Pidió un retorno a los orígenes para hacer del PAN una agrupación de ciudadanos, ``no sólo de algunos ciudadanos'', un instrumento de participación política para cumplir deberes cívicos de los ciudadanos y no un instrumento de satisfacción de apetitos personales, de distribución de cargos, así sean por razones de mérito partidista. Un medio y un fin en sí mismo''.
Otra vez trajo a colación la unidad, la cohesión con la intención de que todos los militantes, dirigentes y funcionarios contribuyan a lograr el servicio y el bien común a la sociedad.
``Nunca me he opuesto a que se expresen y desarrollen liderazgos y personalidades en el partido. Desde mi perspectiva personal insisto en señalarlo: el contar con estos liderazgos fuertes constituye una fortaleza y no una debilidad del partido''.
``No obstante debe quedar perfectamente claro que la única posibilidad de ejercer a plenitud esos liderazgos, sean en el ámbito regional o nacional, en los medios de comunicación o en la vida del partido, debe ser siempre y cuando se respete sin matices a la institución, a los demás militantes. Más que cualquier proyecto personal lo importante por ahora es fortalecer al PAN''.
Reconoció que las tareas de comunicación constituyen la mayor debilidad del PAN porque ha sido objeto del desprestigio, del ataque, de aquellos ``adversarios políticos que tuvieron no sólo la neutralidad sino incluso el elogio de columnas y voces de la opinión pública''.
Con tono áspero recriminó los compromisos de doble moral de muchos de sus correligionarios: ``De poco sirve generar una idea insistente de compromiso social del partido, si el discurso propositivo se coloca en extremos de polémica inoportuna, afirmar el rechazo categórico al neoliberalismo y al mismo tiempo centrar la argumentación programática en privatización acrítica, en ocasiones hasta de Petróleos Mexicanos''.
Fue amplio el mensaje del presidente nacional del PAN. En otra parte de el mismo, señaló que desea un partido capaz de combatir políticamente y al mismo tiempo capaz de dialogar, negociar y llegar a acuerdos y consensos.
``Un partido de centro en términos sociales, que refrenda la defensa de los valores fundamentales de la nación y sentido con la vida, la verdad, el respeto a las personas, el fortalecimiento de la familia, pero al mismo tiempo refrenda entre estos valores los de la pluralidad, la libertad, la tolerancia y el respeto a los demás.
``Pero sobre todo un partido que sea capaz de ser la esperanza mayoritaria del pueblo de México. Para ellos requerimos un partido que esté cercano a la gente. Que el pueblo lo sienta como suyo. Un partido que esté comprometido con el México agraviado, con el México marginado, con el México campesino e indígena, con el México del sur, no sólo en términos geográficos sino sociales y económicos.