La Jornada 4 de agosto de 1997

Acusan de tráfico ilegal de delfines a tres empresarios de Quintana Roo

Gustavo Castillo García, enviado, Solidaridad, QR Ť La iniciativa privada controlará tres de los centros de ecoturismo más importantes de Quintana Roo y del corredor Cancún-Xcaret-Tulum. La sociedad formada por los hermanos Constandse-Quintana manejará dos de ellos bajo el régimen de concesión por un lapso de 15 años con opción a 30.

Sobre los empresarios pesan denuncias de trabajadores acerca de que para el delfinario de Xcaret --parque de propiedad privada--, realizan compras ilegales de animales provenientes de Cuba y capturas irregulares en Playa Paraíso, Tabasco.


Cancún, delfinario Xcaret. Foto: Gustavo Castillo

Actualmente, la sociedad formada por los hermanos Carlos, Marcos y Oscar Constandse y el empresario Miguel Quintana Pali, controla dos parques, Xcaret y Xel-ha, este último bajo el régimen de concesión y al cual se sumará el Parque Nacional El Garrafón, situado al sur de Isla Mujeres.

Con ello, lo que, según Quintana Pali, inició como ``la ilusión de construir una casita en 5 hectáreas'', se convierte en la mayor empresa de ecoturismo en Quintana Roo.

Xcaret recibe 600 mil visitantes en promedio al año, quienes dejan una derrama económica por concepto de entradas del orden de un millón 800 mil dólares, ya que el costo se cotiza en esa moneda y por persona se cobran 240 pesos mexicanos o 30 dólares.

Sin embargo, Quintana Pali dijo que en realidad las percepciones por entrada ascienden a un millón 260 mil dólares anuales debido a que a las agencias de viaje y grupos de turistas reciben descuentos de 30 por ciento en esa rama.

Pero el cobro por boleto de acceso al parque no es lo más importante como ingreso, la mayor parte de las ganancias están en los cobros por renta de visores marinos, esnórqueles, de caballos, el delfinario, renta de lanchas, el consumo de alimentos, venta de recuerdos, fotos y servicios adicionales.

Xcaret resulta para el turismo nacional casi inaccesible, los precios de entrada y cobros por servicios hacen que cada día de visita oscile por persona entre los mil y mil 500 pesos, y este turismo apenas representa 10 por ciento del total anual.

En cambio, el turismo internacional ocupa 90 por ciento de los espacios en cada una de las diferentes áreas, sobre todo en los paseos por los ríos subterráneos, los espectáculos de noche y la visita y convivencia con los delfines.

Situación que se repite en Xel-ha donde, pese a haber sido un parque nacional manejado por el gobierno y los cobros eran mínimos, ahora los costos de entrada ascienden a 15 dólares o 120 pesos por persona, pero hay instalaciones de las cuales no se proporcionó mayores datos económicos.

Por lo que hace a el Parque Nacional El Garrafón, éste todavía se mantiene bajo custodia gubernamental, pero se espera que en los próximos meses inicie su ``privatización'', según dijeron fuentes de la Secretaría del Medio Ambiente Recursos Naturales y Pesca (Semarnap).

Por su parte, Miguel Quintana dijo al respecto que la sociedad con los hermanos Constandse concursa por la concesión, sin admitir que ya está en su poder, pero confió en que podrán lograrla, lo que los convertiría en los más importantes empresarios de ecoturismo en la zona.

Aunque oficialmente no se ha dado a conocer la concesión del Parque Nacional El Garrafón en favor de esa sociedad, las fuentes de la Semarnap indicaron que ya fue autorizada y lo único que falta por definir es el logotipo que habrán de adjudicarle sus nuevos poseedores.

Por su parte, Xcaret se ha convertido para la sociedad Constandse-Quintana en su mejor ejemplo de administración de un parque ecoturístico. La belleza del lugar impresiona. Alberga especies animales terrestres y marinas de todo Quintana Roo, cuenta con uno de los mayores acuarios tropicales del mundo, dentro de su territorio posee zonas arqueológicas que se consideran trascendentales de la cultura maya, sobre todo del periodo de mil 400 después de Cristo.

La sociedad Constandse-Quintana nació en 1987, luego de que Quintana Pali informó a los Constandse su intención de comprarles 60 hectáreas de terreno que colindaban con su propiedad para adjudicarlas a las 5 que ya tenía, y construir ahí un parque recreativo ``en el cual se mostrara toda la belleza de El Caribe, Quintana Roo y de México, en ese orden'', según dijo el empresario.

En entrevista con Quintana Pali, éste aseguró: ``Primero quise construirme una casita, luego vi que mejor podía hacer 20 villitas, pero después, al ver la belleza del lugar, decidí adquirir más terreno y fue cuando me asocié con los hermanos Constandse''.

Así nació Xcaret, el primero de tres sitios de carácter ecoturístico en poder de esa sociedad. El segundo fue Xel-ha, el cual se localiza a 70 minutos de Cancún y que sirvió de refugio y escala para los antiguos mercaderes mayas. Fue considerado un parque nacional. Ahora está en concesión por 15 años y con opción a 30 años a esa sociedad de empresarios.

Según Quintana Pali, el lugar les fue entregado por las autoridades ``a un precio de renta muy elevado para las condiciones. Todo estaba en mal estado. El pago que se realiza es de cuando el parque en su primera época y que era muy barato acceder; sin embargo, como el gobierno es muy mal administrador, pues la iniciativa privada tiene que obtener algo a cambio por conservar los lugares, y ahora es muy hermoso''.

Considerado el único parque ecológico en América. Xcaret fue rehabilitado por los empresarios en sociedad con un monto que para 1997 está calculado en 25 millones de dólares. A esto se debe agregar, según dijo, que cada año los ingresos por entradas se reinvierten para mejorarlo y un monto similar se ocupa para publicitarlo.

Denuncias de trabajadores

``Sin embargo, no todo es belleza. Xcaret también tiene su lado negativo, y es ahí donde entra la situación de los delfines'', dijeron trabajadores entrevistados, quienes pidieron el anonimato por temer represalias.

Durante dos años consecutivos, 1996 y 1997, los propietarios de Xcaret han ordenado dos capturas de delfines, seis en cada ocasión, y la adquisición de otros seis ejemplares provenientes de costas cercanas a Cuba.

Sobre esto, Miguel Quintana dijo que durante los seis años que lleva funcionando el delfinario sólo ha ocurrido la muerte de tres ejemplares, y afirmó que la empresa está dispuesta a una revisión por parte de las autoridades, así como a demostrar que cada captura se ha realizado con los permisos correspondientes. Negó que hayan adquirido alguna vez delfines de las costas cubanas.

Sin embargo, los trabajadores informaron que Yatsil, una delfín, fue capturada en Paraíso, Tabasco, en mayo de 1996, y que en junio de ese mismo año murió ``ahogada''. ``Llegó al parque con un alto nivel de contaminación, tenía mucho plomo en la sangre; perdió 25 kilos durante su estancia, por lo que los entrenadores solicitaron que fuera liberada, cosa a la accedieron los propietarios y administradores del parque, pero la pusieron en un sitio cercano a la cueva de los murciélagos y a causa de un mal tiempo la delfín luchó durante 13 horas contra la corriente, nunca pudo salir, quedó atrapada entre las rocas de la cueva''.

Otra delfín, Pixan, también capturado en Paraíso, Tabasco, llegó en malas condiciones y preñada -situación prohibida por las autoridades-. Fue colocada en una laguna con cinco delfines más en noviembre de 1996. ``El veterinario que la atendió, que no es especialista en mamíferos, le recetó muchos medicamentos pensando que tenía una infección, lo que provocó que su producto muriera dentro de ella y también le causara la muerte el primero de enero de 1997 a las 5:30 horas. Ahí fue cuando descubrimos un gran congelador donde hay varios delfines más'', aseguraron.

Respecto a los delfines provenientes de costas cercanas a Cuba, afirmaron que de los seis, uno murió mientras los otros fueron regresados al mar luego de descubrirles graves quemaduras provocadas por la mala transportación.

Finalmente, aseguraron que los propietarios de Xcaret planean construir dos delfinarios más. Uno en Belice y otro en Xel-ha, con un promedio de 20 ejemplares cada uno y que ya se prepara otra captura, de la cual aún no saben dónde será.