Analistas financieros del sector público confesaron a quien esto escribe, que lo más severo de la crisis económica del país aún no ha pasado; está por venir. Y lo que sucede es que, de llegar a disminuir el Impuesto al Valor Agregado (IVA), las finanzas gubernamentales se vendrían abajo en un abrir y cerrar de ojos. ``Lo poco o mucho que se haya avanzado regresaría a menos cero'', advirtieron.
Las importaciones del país podrían llegar a experimentar un peligroso repunte y ``abrir un severo hueco'' en las finanzas públicas, sostienen los economistas oficiales, que aseguran que en un país que comienza a emerger de una de sus peores recesiones desde los años 30, este retroceso podría contribuir a un riesgoso auge de la demanda, similar a la que ayudó a causar la crisis del peso mexicano de 1994.
Pero, más allá de ser una simple premonición, los mismos estudiosos señalan que el problema es más grave aún, en razón de que la decisión de aplicar una política impositiva ``más agresiva'' no es precisamente del gobierno zedillista.
Forma parte de una de las ``recomendaciones'' hechas por el FMI al gobierno mexicano en un Memorándum de Entendimiento, cuando este último solicitó al gobierno estadunidense y al FMI un nuevo préstamo por 17 mil 500 millones de dólares, para poder paliar los estragos de la crisis que se inició un año antes.
Fue también en esa fecha cuando el gobierno comprometió la factura petrolera, lo que significaba que si se llegaba a incumplir alguna de las cláusulas pactadas -como la suspensión de pagos-, el gobierno estadunidense se cobraría directamente con el petróleo mexicano. Lo anterior no significa que durante el sexenio pasado la política fiscal haya sido menos severa; Carlos Salinas de Gortari -a través de su secretario de Hacienda, Pedro Aspe-, aumentó el IVA de 6 a 15 por ciento.
Pero este virtual arrebato de la riqueza social en beneficio del estado será ampliamente discutido durante el próximo periodo legislativo, en el que PAN y PRD enfrentaran a su opositor, el PRI, que de antemano sabe que detrás de todo esto se encuentra el Fondo Monetario Internacional, que, de paso, seguramente mostrará una vez más sus fauces para recordar quién es el que manda.
De aquí, de allá y de todas partes
El presidente de la Asociación de Banqueros de México, Antonio del Valle Ruiz, tuvo una reunión privada con Andrés Manuel López Obrador el lunes 14 de julio. El encuentro, que se llevó a cabo tan sólo ocho días después de las elecciones del 6 de julio -en las que el PRD obtuvo la segunda posición en la Cámara de Diputados y conquistó el gobierno del Distrito Federal-, tuvo como fin ``limar asperezas'', luego de que el banquero había criticado los alcances del programa económico propuesto por ese partido, presagiando una crisis peor a la de finales de 1994 y salida de capitales. Según una versión ofrecida por un directivo bancario, durante el encuentro el banquero y el dirigente perredista se comprometieron a mantener una comunicación permanente para evitar futuras polémicas como la registrada en los días previos a la elección. Según la versión, Del Valle ofreció la colaboración de los banqueros con el nuevo gobierno del Distrito Federal, con lo cual desmintió lo que en la prensa se había publicado respecto de que los banqueros no darían créditos al nuevo gobierno de Cárdenas. López Obrador, a su vez, indicó que el gobierno perredista no desconocería las deudas contratadas por el Departamento del Distrito Federal con los bancos privados... Ex trabajadores jubilados y liquidados de Ferrocarriles Nacionales de México se acercaron a este espacio para acusar al dirigente de ese gremio, Víctor Flores Morales. Dijeron que mientras ha permitido todo tipo de violaciones en las liquidaciones de los trabajadores por parte de la empresa, ``enfrenta un proceso penal por daño al patrimonio sindical del STFRM, cuando fue tesorero de la organización en tiempos de Praxedis Fausto, quien cayó abatido a balazos, en una supuesta disputa intergremial que nunca fue aclarada''. Se calcula que la defraudación suma 50 mil millones de pesos (de los viejos), que integraban un fondo para jubilados. Dondequiera que va, saca a relucir su poderío económico, dijeron. En Veracruz, con motivo de la asamblea seccional realizada el año pasado, organizó a los trabajadores para aplaudir la privatización de Ferronales ante su director, Luis de Pablo, quien recibió la ``estafeta de la modernización'', simbolizada en un reloj de bolsillo de oro macizo.