La Jornada 11 de agosto de 1997

SORPRESA EN EL CLASICO: AMERICA, 2-1 A CHIVAS

Marlene Santos A., enviada, Guadalajara, 10 de agosto Ť ``¡Pide la pelota, ándale, pídela!'', gritaba retadoramente el americanista Isaac Terrazas a Manuel Martínez, listo para disputarle cualquier balón que los jugadores de Chivas intentaran dirigir al Matador. Aguerrido como nadie, el zaguero capitalino ya había sido amonestado verbalmente por el silbante Gilberto Alcalá por su dureza, pero en su mente sólo estaba la firme idea de ganar el clásico.

La meta se concretó y al son de 2-1 las Aguilas vencieron como visitantes al campeón Guadalajara, en la 151 edición del superclásico del futbol mexicano, en medio de una fiesta que engalanó al Estadio Jalisco, donde el equipo local era claro favorito. La frustración de la mayoría de los seguidores chivas, que colmaron el inmueble, se desahogó con olés de despecho para el América, en momentos en que los rojiblancos eran abrumadoramente sometidos. Y aunque tardío (91'), el gol de la honrilla, de Ignacio Vázquez, conformó a muchos.

Terrazas colaboró para los goles águilas. Al minuto 37 se anticipó a Martínez, y con la cabeza prolongó el esférico; él mismo corrió a recuperarlo y lo entregó a Leo Rodríguez, éste buscó a Zague, quien por el lado izquierdo encaraba al portero Martín Zúñiga; el defensa Noé Zárate barrió al espigado delantero y lo derribó por detrás. Alcalá no dudó en decretar la pena máxima, que al 40' concretó García Aspe.

Minuto 60: Leo Rodríguez llegó por la banda derecha, dio pase lateral a García Aspe. ``¡Aquí, aquí!'', pidió Terrazas. ``Me dio un bombón. Medí, cerré los ojos, apreté los dientes y le pegué...'', recordó el defensa-goleador la anotación que marcó el 2-0 parcial.

Así, tras un titubeante inicio, América primero recurrió a la rudeza. Camilo Romero resultó herido del pómulo derecho, Ramón Ramírez perdió el conocimiento al chocar con Peláez y Manuel Martínez se dolía de un golpe, todo ello ante los berrinches de Ricardo Ferreti, técnico local, por la indulgencia del árbitro.

Luego, a partir del minuto 20, los pupilos de Jorge Solari se plantaron bien en la cancha, aplicaron pressing y borraron a un campeón carente de movilidad, y con sus principales estrellas (Ramón Ramírez, Alberto Coyote y Gustavo Nápoles) apagadas. También el grito de ``¡Chivas-Chivas!'' cada vez fue menos sonoro.

Zague jugó con el corazón, pero falló una clara opción para marcar el 3-0. Ambos técnicos movieron piezas, Solari debutó al Ratón Zárate, e ingresó a Germán Villa y Sánchez Yacuta. Ferreti intentó enderezar con Pirata Castro, Felipe de Jesús Robles y Nacho Vázquez; éste último marcó el único gol de Chivas, después de tantos yerros de Ramón Ramírez y cuando ya muchos aficionados habían abandonado el estadio.

Acostumbrados a ganar y con el 2-0 adverso, los tapatíos cayeron en la desesperación; hubo empujones entre los jugadores cerca de la portería de Osvaldo Sánchez al minuto 77. En la tribuna la bronca sí llegó a los golpes detrás de la meta de Zúñiga, misma que disolvieron los uniformados.

Al 91', cuando las Aguilas bajaban los brazos esperando el silbatazo final, Camilo Romero cobró un tiro directo que se estrelló en el travesaño de la meta de Sánchez, el balón picó y Vázquez llegó oportuno para rematar con la cabeza e imponer el 2-1 definitivo.

Alcalá amonestó a Ricardo Peláez, Osvaldo Sánchez y Rodrigo Lara. Pasaron al antidopaje Silva, Peláez, Vázquez y Coyote.