Iván Restrepo
Tragedias de la fumigación

Aunque los campesinos y las autoridades locales denunciaron en febrero pasado los daños, no han recibido respuesta. Se trata de 300 familias que llevan medio siglo dedicadas al cultivo de durazno. Pero las plantaciones fueron destruidas por la fumigación efectuada por helicópteros del Ejército para acabar con los sembradíos de mariguana y amapola. Según el presidente municipal de Chichihualco, Guerrero, Mario Ramírez, advirtieron a los responsables de combatir con químicos las siembras de enervantes, sobre el peligro de aplicarlos desde el aire sin tomar las precauciones necesarias. No los escucharon. La discrimininada fumigación desaparecerá por completo la producción de durazno en la zona, sin que se sepa qué otros efectos causan los compuestos aplicados en el medio.

Tampoco se sabe si las autoridades de comercio, agricultura y medio ambiente atendieron la denuncia que en mayo pasado hiciera Azael Arévalo, presidente del Consejo del Arroz de Tabasco, en el sentido de que 40 mil toneladas de dicho grano llegaron por barco a Veracruz procedentes de Uruguay. El problema es que estaban contaminadas con bromuro de metilo, un plaguicida que, sostiene Arévalo, es cancerígeno. Por ese motivo no pudieron desembarcarlas para venderlas en diversos estados del país. El dirigente arrocero aprovechó la oportunidad para informar de compras masivas del citado grano en el exterior, cuando los productores nacionales tienen dificultades para colocar sus cosechas en el mercado.

Por comer un postre (arroz con leche) preparado con veneno para moscas en lugar de azúcar, casi mueren en Guadalajara cinco niños y su mamá. Esta confundió las bolsas de plástico donde guardaba el azúcar con la del veneno, pues no tenía ninguna leyenda que advirtiera de su peligrosidad.

Inicialmente se pensó que las señoras María Luisa Hernández y Julia Rodríguez habían fallecido por cólera, mal que cada vez afecta a más personas en las áreas pobres del país; sin embargo, murieron por consumir verduras contaminadas con plaguicidas. Otra escapó de la misma suerte de puro milagro.

Los hechos tuvieron lugar en el municipio de Metzitlán, Hidalgo, sin que hasta ahora las autoridades informen sobre el nombre del mortal compuesto químico ni el sitio donde se cosecharon las verduras.

Pese a que varios plaguicidas están prohibidos desde hace años para utilizarse en la agricultura pues causan serios daños a la salud de la población y a los recursos naturales, en La Laguna se venden derivados del DDT, entre otros. Según Teodomiro Guzmán, gerente de la Cámara Agrícola y Ganadera, se trata de sustancias prohibidas en sus países de origen, pero se importan y aplican en La Laguna por lo que urge la intervención decidida de las autoridades federales. No está por demás señalar que esa región del país registra altos grados de hidroarsenismo, el cual provoca cáncer.

Aunque el ``matarratas'' es un producto altamente tóxico y no cuenta con registro sanitario, se vende y utiliza en diversas comunidades del norte del país. Por ejemplo, en Santa Rosalía, Chihuahua, se aplica para matar ratones. Sin embargo, lo consumieron animales domésticos y murieron intoxicados tres perros, 18 gatos y 11 cerdos. Las autoridades de salud ya intervinieron para evitar mayores daños.

Hace medio año, las autoridades estatales del medio ambiente de Chiapas informaron que las ocho cuencas hidrológicas más importantes de la región del Soconusco se encontraban severamente contaminadas. Por diversos estudios fue posible determinar la causa: la aplicación indiscriminada, sin control adecuado, de numerosas sustancias químicas en los cultivos. Para proteger y restaurar las cuencas más afectadas (Lagartero, Huixtla y Zanatenco) se puso en marcha una campaña especial a fin de controlar la aplicación de agroquímicos. Sin embargo, el uso de éstos sigue como antes.

Como lo demuestran los ejemplos anteriores, las normas legales vigentes sobre fabricación, comercio y uso de agroquímicos y otras sustancias tóxicas y peligrosas, son letra muerta en diversas áreas del país y demuestran la necesidad de hacerlas cumplir a fin de evitar daños a la salud de la población y la naturaleza.