Crece la violencia en Tlaxiaco a un año de la incursión del EPR
Martha García, enviada /I, Tlaxiaco, Oax. Ť Los hechos de violencia en la Mixteca Alta crecieron como nunca después de que las autoridades redoblaran los cuerpos de seguridad tras la aparición del Ejército Popular Revolucinario (EPR) en la zona, aseguró el Centro Regional de Derechos Humanos de la Mixteca (CRDHM), organismo que sigue los casos de dos homicidios y la violación a una menor, además de torturas y detenciones arbitrarias contra pobladores ocurridas en los últimos meses.
Otras personas entrevistadas dijeron desconocer la razón de estos hechos, pero todos están de acuerdo en que luego del ataque del EPR a la alcaldía de este distrito y de que el número de policías se cuadruplicó y 80 efectivos militares se establecieran en este lugar, la violencia se incrementó en forma alarmante, la cual según versiones, es ``fabricada''.
El regidor de Gobernación y Reglamentos, Agustín Chávez, mostró su preocupación ante la falta de resultados de las investigaciones emprendidas para esclarecer estos sucesos que cambiaron la realidad de esta jurisdicción desde el 28 de agosto de 1996, cuando los eperristas irrumpieran en la región, a un mes de aparecer en Aguas Blancas.
Tlaxiaco no es la misma ciudad desde entonces. El encargado de la parroquia del lugar, José Antonio Ramírez Díaz y defensores de los derechos humanos coinciden en que en este poblado y sus alrededores prevalece un ``ambiente raro''.
Para ellos no son casuales los actos de delincuencia acontecidos enmedio de la persecusión gubernamental a presuntos integrantes del grupo armado que, al parecer, no tiene mucho arraigo en este lugar.
ONG, atrás de las denuncias
El CRDHM, integrado por ciudadanos, algunos de extracción religiosa, lleva nota puntal de por lo menos nueve denuncias sobre delitos ocurridos después del 28 de agosto del año pasado.
Octubre: Manuel Ramírez Santiago y Fermín Oseguera Santiago, militantes de la organización Comité para la Defensa de los Derechos del Pueblo (Codep), fueron secuestrados, torturados e interrogados acerca del EPR. En ese mes, Josefa Guzmán, de 83 años, fue asaltada y asesinada.
Diciembre: Una menor del barrio de San Miguel El Grande, sufrió violación tumultuaria, fue apuñalada y ahorcada. Enero: José Martínez Espinosa fue secuestrado, torturado psicológicamente y sujeto a un interrogatorio acerca del grupo armado; en San Martín Itunyoso, en una operación policial y militar fueron aprehendidos 10 triquis, cinco de ellos de la Codep.
Febrero: cuarenta elementos del Ejército Mexicano ejecutan una operación en San Antonio Nduaxico, ahí establecen un retén militar y con arma en mano interrogaron a los pobladores.
También en ese mes, un matrimonio fue asaltado en su domicilio por sujetos identificados como de la ``judicial'', quienes registraron su casa y los acusaron de pertencer al EPR. Jesús Ramírez Portales, comerciante amenazado con anterioridad, resultó muerto.
Mayo: Miembros de las policías Judicial y Preventiva del estado arribaron a la comunidad Reforma, Chalcatongo de Hidalgo; detienen a siete personas. Según las declaraciones de los familiares, ``estos hechos se dan como represión a la víspera de la contienda electoral'', ya que en este poblado dejaron de ser simpatizantes del Partido Revolucionario Institucional.
Como todo suceso extraordinario de pueblo, el paso del EPR por la región ya pertenece a la historia oral de los tlaxiaqueños, así como la mutilación de una joven que fue agredida sexualmente, entre una lista de víctimas en los crímenes perpetrados dentro de la creciente delincuencia desatada en los últimos 12 meses en esta ciudad.
Tlaxiaco, clasificada de mediana marginación, es la cabecera distrital de 35 municipios.
e ubica al suroeste de la capital de Oaxaca y su población asciende a más de 22 mil habitantes; se encuentra en las primeras seis ciudades importantes de la entidad por su desarrollo comercial y su localización estratégica en el centro de una región considerada de alta migración rural hacia Estados Unidos.
Bandas y grafittis
En esta ciudad el robo de automóviles se ha vinculado a la existencia de bandas de adolescentes. Para el presidente municipal, Salvador Ramos Salazar, la delincuencia juvenil es uno de los problemas de las ciudades en desarrollo. En un recorrido por Tlaxiaco, se observaron algunas huellas de pintura de aerosol firmadas por los ``Budokan'' y los ``Legal Band'' entre cientos de grafittis.
El pandillerismo, comentó en entrevista, se expresa en ``la aparición a altas horas de la noche de muchachos, que al salir de la disco, andan alegres, y es cuando las emociones comienzan a abundar. Esto ha dado pie a que algunos ciudadanos pidan aterrizar algunos acuerdos en cuanto a la seguridad pública''.
En los últimos cuatro años, las dos principales propuestas para resguardar el orden en las calles van desde crear guardias blancas hasta solicitar la intervención del Ejército Mexicano. La primera opción se planteó poco después del surgimiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) en 1994, y la segunda luego de la aparición pública del ERP.
Al cuestionarle sobre la actuación de los militares del 95 Batallón de Infantería destacamentados en Tlaxiaco, el presidente municipal -de extracción priísta- aseguró que su presencia corresponde a ``funciones constitucionales otorgadas a la institución'' en tareas coordinadas con los diferentes cuerpos policiacos.
Aunque esta autoridad reconoció que la tradicional tranquilidad que había caracterizado a Tlaxiaco está alterada, aseguró que la policía, la judicial o el Ejército ejecutan acciones leales sin violentar los derechos humanos.
En ese contexto, dijo desconcer si la Secretaría de la Defensa Nacional tiene planes de establecerse aquí permanentemente.
Sin embargo, el más reciente intento de incorporar militares en las tareas de seguridad pública e instalar retenes en esta jurisdicción, provino de la delegación del gobierno estatal, pero ante la falta de consenso y el rechazo de algunos regidores municipales, la propuesta se mantiene en suspenso.