La Jornada jueves 14 de agosto de 1997

Fernando Benítez
El verdadero Cuicuilco

Recientemente, Carlos Slim ha sido atacado, injustamente, por su proyecto de construir una torre en los terrenos de Peña Pobre, próximos a Cuicuilco. Y digo injustamente, porque Carlos nunca ha intentado hacer obras sin contemplar sus efectos sociales.

En el proyecto, en primer lugar, se ha tenido gran cuidado de respetar la arqueología y la ecología, y en segundo lugar, se pretende restaurar las construcciones industriales, realizando la reconversión urbana que tanta falta hace a la ciudad. Con este propósito se dejan atrás las instalaciones que consumen agua y contaminan, cambiándolas por centros de comercio, entretenimiento y cultura. Pero no sólo eso: este tipo de proyecto proporciona tres veces más empleo permanente que las fábricas y constituye un lugar de paseo, convivencia y encuentro de los habitantes de la ciudad.

En el aspecto arqueológico se ha tenido mucho cuidado, y la presencia de especialistas del INAH, atentos a cualquier vestigio o interés arqueológico que pudiera existir.

Las áreas verdes y abiertas son muy grandes, y forman una serie de círculos y andadores que sin duda aumentará el conocimiento y las visitas a la zona arqueológica de Cuicuilco.

Muchas de las personas que opinan en contra del proyecto no saben con precisión lo que se está haciendo. La ``torre'' de Teodoro González de León tiene un desplante de 2 mil 300 metros cuadrados, que es una proporción del uno por ciento del área total de los terrenos, lo cual hace que su presencia sea complementaria y no le reste belleza a la pirámide.

Como vemos en este breve resumen, no se trata de imponer un modelo norteamericano que desvirtúe nuestro genio nacional sino, por el contrario, reforzarlo, hacerlo más nuestro.