Fernando Benítez
El verdadero Cuicuilco
Recientemente, Carlos Slim ha sido atacado, injustamente, por su proyecto de construir una torre en los terrenos de Peña Pobre, próximos a Cuicuilco. Y digo injustamente, porque Carlos nunca ha intentado hacer obras sin contemplar sus efectos sociales.
En el proyecto, en primer lugar, se ha tenido gran cuidado de respetar la arqueología y la ecología, y en segundo lugar, se pretende restaurar las construcciones industriales, realizando la reconversión urbana que tanta falta hace a la ciudad. Con este propósito se dejan atrás las instalaciones que consumen agua y contaminan, cambiándolas por centros de comercio, entretenimiento y cultura. Pero no sólo eso: este tipo de proyecto proporciona tres veces más empleo permanente que las fábricas y constituye un lugar de paseo, convivencia y encuentro de los habitantes de la ciudad.
En el aspecto arqueológico se ha tenido mucho cuidado, y la presencia de especialistas del INAH, atentos a cualquier vestigio o interés arqueológico que pudiera existir.
Las áreas verdes y abiertas son muy grandes, y forman una serie de círculos y andadores que sin duda aumentará el conocimiento y las visitas a la zona arqueológica de Cuicuilco.
Muchas de las personas que opinan en contra del proyecto no saben con precisión lo que se está haciendo. La ``torre'' de Teodoro González de León tiene un desplante de 2 mil 300 metros cuadrados, que es una proporción del uno por ciento del área total de los terrenos, lo cual hace que su presencia sea complementaria y no le reste belleza a la pirámide.
Como vemos en este breve resumen, no se trata de imponer un modelo norteamericano que desvirtúe nuestro genio nacional sino, por el contrario, reforzarlo, hacerlo más nuestro.