Letra S, 7 de agosto de 1997
Agustín, 30 años, taxista.
``Hace cinco años fui diagnosticado como positivo al VIH y hace aproximadamente año y medio comencé a tomar el coctel antiviral de tres medicamentos. Antes de tomarlo las defensas de mi organismo estaban muy bajas. Ahora, después del tratamiento, me siento recuperado. Como complemento a mi terapia voy dos horas diarias al gimnasio.
``Dentro de mis actividades, formo parte del comité organizador del Frente Nacional de Personas Afectadas por el VIH/sida (FrenpaVIH) y represento al grupo del protocolo humanitario Ssa/Conasida.
``Lo que me motiva para mantener mi calidad de vida es principalmente mi esposa, mi hija de seis años y mi familia. Considero que mientras haya vida hay esperanza, lo que me fortalece para seguir combatiendo al virus, la estigmatización y los prejuicios sociales.
``Mucha gente piensa que nosotros los seropositivos somos una carga para la sociedad, sin embargo, yo pienso que nuestra condición no está de ninguna manera reñida ni con el esfuerzo ni con la superación ni con la productividad de la que somos capaces como seres humanos. Además de mi trabajo como taxista, en dos semanas más inicio mis estudios de preparatoria.
``No pienso dejar que el virus limite el potencial productivo que a final de cuentas determinará mi calidad humana.''
Agustín trabaja de diez a doce horas diarias y transporta un promedio de quince pasajeros por día. El sabe que no existe riesgo alguno de transmisión por contacto casual. Sabe protegerse y proteger a los demás.
Agrega Agustín: ``También en mis relaciones conyugales soy muy cuidadoso y no dejo jamás de utilizar el condón, que en mi opinión es el método más seguro para prevenir la transmisión del virus.''
El Comité Nacional Coordinador del Frente Nacional de Personas Afectadas por el VIH/sida (FrenpaVIH), felicita al suplemento Letra S en su primer aniversario de publicación en el periódico La Jornada. Agradecemos todo el apoyo y solidaridad que han demostrado en la lucha por el derecho a la salud y el acceso a medicamentos y atención con calidad para cada una de las personas afectadas por el VIH/sida.
¡Felicidades!
El pasado 18 de julio, en cumplimiento de las instrucciones del licenciado Genaro Borrego Estrada, director del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), se firmó el acta constitutiva para formalizar el Comité Mixto Dirección Regional Siglo XXI/FrenpaVIH. Esta dirección regional integra las delegaciones del Distrito Federal 3 Suroeste y Sureste, los estados de Chiapas, Guerrero, Morelos y Querétaro. Por el IMSS firma el acta el licenciado Roberto Ríos Ferrer, director de la región, y por el FrenpaVIH, integrantes del Comité Nacional Coordinador. Los puntos que integran el documento son los siguientes:
--Atender con oportunidad los planteamientos, solicitudes y sugerencias, debidamente fundamentados, relativos a la mejora en la calidad de la atención a personas afectadas por VIH en dicha región.
--Promover y difundir métodos educativos y preventivos relacionados con el VIH/sida.
--Verificar el cumplimiento estricto de las medidas sanitarias y epidemiológicas en los casos de VIH/sida.
--Vigilar el abasto oportuno y suficiente de medicamentos y otros recursos específicos incluidos en el cuadro básico institucional para la atención de personas afectadas por VIH en la región.
--Apoyar la difusión y aplicación de los criterios de atención a pacientes con VIH/sida establecidos en la normatividad institucional (los que están en proceso de revisión dentro de la Subcomisión Mixta de Atención Médica IMSS/FrenpaVIH).
Acciones como la anterior comienzan a formalizarse en cada una de las Direcciones Regionales y Estatales del IMSS. Agradeceremos la notificación de cualquier anomalía en el servicio, desabasto en los medicamentos o información oportuna a: Calle 19 No.75, colonia San Pedro de los Pinos, 03800, México, D.F., a la atención del Comité FrenpaVIH o comunicarse al (5)515-7913. Biper (5)211-1111 clave 410-7623.
El 30 de julio del presente año, el FrenpaVIH cumplió su primer aniversario. El mejor obsequio que recibimos es la constitución de la nueva organización llamada Justicia y Salud, integrada por un grupo de especialistas en leyes, derechos humanos, defensa social, médicos, psicólogos y analistas políticos, cuyo objetivo primordial es la defensa al derecho a la salud, la óptima relación médico-paciente y la atención con calidad. Ratificamos a nuestros compañeros de Justicia y Salud nuestro apoyo solidario a su labor
(Comisión de prensa y difusión del FrenpaVIH).
Estoy en el desierto de Espinazo. Son las doce y un cataclismo se despliega en todas direcciones bajo la dura corteza del cielo venturoso. Con todo y la daga en los músculos de mis piernas he venido a Espinazo a celebrarme al lado de mi hijo y mis amados amigos. Bajo el sol padre me engarruño. Frente a la vastedad del cascabel y del viento, lloro. El Niño Fidencio aúlla colgado desde un mezquite. --Howl!, campanea en las cañadas el cristal de su voz de soprano.
He venido a Espinazo a sanar viejas llagas en la memoria. Bajo este mismo sol un hombre joven y bello me dijo hace siete años que resolvería ``su sida'' con un tiro en la sien. Me mostraba sonriendo un juego de llaves con las cuales se abría una puerta, que franqueaba seguramente a un luminoso patio donde se descomponía el sueño plateado de su amante moribundo. La toxoplasmosis no le permitió a Alfredo darse tan desmesurado lujo. La loba siempre ha de ganarnos la partida.
Una lagartija se da cuenta de que lleva horas allí nomás, estática, calculando con precisión de tiempo atómico el momento en que habrá de convertirse en constelación. Mi hijo corre entre las albardas y los cardos. Mi madre espera el milagro del niño Constantino a escondidas de mi desaprobación. Después de un destello imperceptible para el ojo solar, la lagartija se desprende de la litósfera y se encarama en la bóveda chamuscada del cielo.
¿Y dónde queda la noche del llanto y la madrugada de la pesadilla ahorita que es de día? Descanse en paz Alfredo y los miles que le acompañan. Va mi mujer hacia el caserío miserable de Espinazo con las manos llenas de aguijones. Mi niño corre enloquecido con la inminencia del ferrocarril fantasmagórico que trae cada día al presidente Calles. Los remolinos obscurecen las sombras en la mirada de los pobladores. Un señor vende hierba que, tomada como agua del diario, ayuda a vivir eternamente. Le compro tres porciones y guardo la bolsita pensando en la princesa Rufina, que recién conocí en un grupo de autoapoyo.
Los restos de las orgías sagradas se reordenan cada milisegundo y muestran sus signos apocalípticos en los rostros de los chavalillos corroídos por los piojos y las amibas. La basura es su sustento. Y los huesos del niñito Fidencio en traje de China Poblana --Marilyn Guadalupana. Aquí caminó el Santo Putito, me dicen, y beso la tierra y bebo del agua verde del charco porcino. Quien quita y bendiga hasta el bicho que chupa mi sangre desde el corazón de mi sangre, que se embriaga en el lomerío carbonizado que es mi sangre. Subimos al Tsuru y sin darle las tres vueltas al Santo Pirul como exige la manda, nos vamos despacito de Espinazo por el camino que nos trajo.