Segunda autopsia a José Salegui; su cuerpo no tenía corazón ni cerebro
David Aponte y Jesús Aranda Ť Con la presencia de especialistas de la Procuraduría General de la República (PGR) y de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), un médico de la ciudad de México realizó una segunda autopsia al cuerpo de José Luis Salegui Elorza. La auscultación arrojó que las autoridades del estado de Guanajuato no entregaron el corazón ni el cerebro del vasco.
En tanto, familiares de Salegui confirmaron que se realizará una tercera necropsia al cuerpo de Txipi, en Bilbao, España, aunque la fecha de su realización dependerá de la fecha en que se resuelvan los trámites burocráticos pendientes del traslado del cuerpo a la península ibérica. También dijeron que, extraoficialmente, les informaron en Irapuato que los órganos faltantes habrían sido ya incinerados.
Es de destacarse que la presencia y el examen del corazón y el cerebro es fundamental para determinar si el extranjero, vinculado por Madrid a la organización armada Euskadi Ta Askatasuna (ETA), murió de un infarto al miocardio, como determinó la Procuraduría General de Justicia guanajuatense, explicaron los especialistas que observaron la necropsia.
El hecho de que las autoridades estatales no hayan entregado completo el cuerpo evidencia la ilegalidad con la que han actuado los funcionarios de Guanajuato y las irregularidades en las presuntas investigaciones realizadas en Irapuato, dijo Iñaki Salegui Elorza.
Al dar a conocer el resultado preliminar de la autopsia, el director del hospital de Xoco, René Castillero, informó escuetamente que el deceso se debía un ``padecimiento médico no traumático''.
Un grupo de estudiantes descubrió el cuerpo de José Luis Salegui Elorza, Txipi, en las inmediaciones del cerro de Arandas, en la ciudad de Irapuato, el miércoles 6 de agosto. De acuerdo a los testimonios de la viuda, Edurne Egilegor, su compañero desapareció el lunes 4 de agosto después de las 11:00 horas.
En la autopsia realizada por la Subprocuraduría de Guanajuato los médicos legistas anotaron que el extranjero, refugiado en México desde 1989 y con papeles migratorios en regla, murió de un infarto al miocardio.
Los especialistas de la Procuraduría estatal realizaron el examen en el panteón municipal, al aire libre y con el cuerpo tendido en el piso, y asentaron en la necropsia que el extranjero murió el sábado 2 de agosto, dos días antes de su desaparición.
Después de las gestiones para el traslado del cuerpo a la ciudad de México, los familiares y las organizaciones no gubernamentales de defensa de los derechos humanos mexicanas lograron la autorización para la celebración de una nueva autopsia en el hospital de Xoco.
El médico, cuyo nombre se omite por cuestiones de seguridad, descubrió que el cuerpo no fue entregado completo. Las autoridades de Guanajuato no remitieron el corazón y cerebro, órganos que permitirían determinar si Txipi murió o no de un infarto al miocardio, explicó Iñaki.
Vía telefónica desde Euskadi, allegados a la familia Salegui Elorza consideraron que ``es increíble el hecho de que las autoridades mexicanas no hayan entregado el corazón y el cerebro para verificar las causas de la muerte de Txipi.
``Estamos extrañadísimos. Sin embargo, vamos a llevar adelante todas las gestiones para recuperar los órganos y realizar una nueva autopsia judicial en Euskadi. Los trámites han sido llevados a la Audiencia Nacional, el martes'', agregaron.
La auscultación de los restos del vasco realizada en la ciudad de México llevó cinco horas y media. Los resultados estarán listos el próximo sábado. En principio el análisis no arrojó que el cuerpo presentara rastros de violencia.
En el nosocomio, funcionarios de la Procuraduría General de la República y de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, así como Iñaki Salegui Elorza, participaron como observadores. El trabajo del legista fue filmado y fotografiado.
El cuerpo de José Luis, acusado por el gobierno español de ser fundador de los Comandos Autónomos Anticapitalistas de ETA y de ordenar la muerte del senador socialista Enrique Casas, permanece ahora en una funeraria de Félix Cuevas, mientras los familiares realizan las gestiones para su traslado a Bilbao.