La Jornada domingo 17 de agosto de 1997

José Agustín Ortiz Pinchetti
Yucatán: ``No podrá durar en su cargo''

A Guillermo Vela y a sus incansables compañeros y compañeras de lucha

Mérida. La oposición y el movimiento ciudadano emplazan baterías para lograr la destitución del gobernador Víctor Cervera Pacheco. El argumento mayor contra él está en la prohibición de la Constitución federal (artículo 116, 1). Dice que los gobernadores no podrán durar más de 6 años. Cervera ha sido electo cuatro veces y si cumple su periodo llegará a 10 años. A pesar de la Constitución, removerlo no será fácil. El gobernador tiene habilidad y recursos políticos, y no será vencido sólo por opinión de juristas. Incluso un frente opositor, peligroso para él, podría ser ``manejable''. La suerte de Cervera está en manos del presidente Zedillo. El debe evaluar hasta qué punto la transición política desencadenada en todo el país puede soportar a Cervera.

Este está a punto de ser el primer gobernador de la historia contemporánea que dura más de 6 años. El único punto donde coinciden la ley formal y la realidad política es en el principio de No Reelección. Ha sido la pieza maestra que tempera el carácter monárquico de la Presidencia y el carácter virreinal de las gubernaturas. No es nueva la audacia de Cervera en desafiar esta norma. Contra del texto de la Constitución local se hizo reelegir como gobernador interino tres veces. Para poder ser gobernador constitucional logró que un Congreso abyecto modificara la Constitución local. Por la compra y coacción de voto venció por escaso margen al panista Luis Correa Mena en 1995. Su elección ha sido la única impugnada durante el mandato de Zedillo.

Es un zorro. Ha logrado sobrevivir desde tiempos de Echeverría (del que es hechura). Los neoliberales no pudieron con este ultrapopulista. Si tiene resistencia política llegará al funeral de la tecnocracia y podrá imponer a Dulce María Sauri, que ya fue gobernadora, o a quien quiera.

En Yucatán la Revolución tardó en llegar y devastó al estado. ¿Cuándo llegará la transición y con qué costos? Hoy se vive bajo un patriarcado político duro, corrupto, clientelar, impune. Un anacronismo en el otoño del PRI. La base social de Cervera no sólo son los empobrecidos campesinos mayas (pronto repartirá diariamente 150 mil desayunos, ha regalado 10 mil máquinas de coser, miles de pisos de cemento, tanques de gas, despensas, etcétera). También el sector empresarial es su cliente. Han hecho muy buenos negocios con él y le perdonan sus abusos porque mantiene ``en paz'' al estado.

El Movimiento Cívico Yucateco es uno de los mejores del país, el PAN un enemigo formidable, y la oposición está unida. Pero no será fácil ganarle la batalla. La nueva estructura de defensa de los derechos políticos tiene contradicciones y no ha sido probada. Los procesos contra Cervera serían complicados. Sin embargo, sus impugnadores deben seguir este duro camino para deslegitimarlo. Adolfo Aguilar Zínser declaró que la próxima legislatura federal podrá ``restablecer el vigor del orden jurídico''. Piensa que un Congreso influido decisivamente por la oposición podría impedir abusos de gobernadores como él. Yo tengo mis dudas. Sería muy difícil hacer prosperar un juicio político en su contra por la resistencia del PRI. El Senado, con hegemonía priísta, jamás declararía ``desaparecidos los poderes''.

Sin embargo, Cervera no está cómodo. Un frente opositor similar al que construyeron el 12 de agosto los líderes de las fracciones del PAN, PRD, PT, PVEM podría golpearlo duramente. La ``nueva prensa'' escrita y electrónica que ha surgido en México hará patentes sus actos de corrupción, abusos e infamias. Pero el enemigo mayor de Cervera es la transición. El proceso está permeando al país y cada día se vuelve más creíble. Gobernadores reaccionarios que se han atrincherado contra el cambio político, se sienten ufanos porque en sus estados el PRI tuvo menos pérdidas electorales que en el resto del país. Sueñan restaurar el sistema. Pero es una vana nostalgia. Los votos manipulados el 6 de julio representan una porción pequeña de electores. Los emitió la población más pobre y tradicional, la que no tiene influencia. Una mayoría abrumadora, el 66 por ciento, ha dicho que a la democracia y no al sistema autoritario. Nadie le puede regatear a Zedillo el cumplimiento de la promesa de elecciones libres. Pero tiene muchas asignaturas pendientes. Todavía está por crearse en México la normalidad democrática. Si quiere cumplir su proyecto y dejar un legado, tendrá que completar la reforma del Estado y disciplinar a los ``grupos opresores''. Si no logra su proyecto y su legado (la reforma política), incluso la reorganización económica, quedarían frustrados y/o se desplomaría en el año 2000 o poco antes.

¿Deveras un puñado de políticos arcaicos ``Los tigres del sureste'' pueden parar a Zedillo? No lo creo, todavía no hemos desmantelado la Presidencia imperial. Si ha sido la pieza fundamental para frenar el cambio, también podría ser para impulsarlo. El Presidente ejerce un poder de hecho y de derecho sobre los caciques, y los operadores del gobierno central saben cómo disciplinarlos. Zedillo tiene que remover los obstáculos a un proceso de modernización que ha surgido de la sociedad mexicana, pero al que el Presidente está intentando dar cauce. La disyuntiva es dejar en el poder a gente como Cervera y pagar el altísimo precio que eso conlleva.