La Jornada 22 de agosto de 1997

En el misterio, el caso de recién nacida ``cremada por error''

Karina Avilés Ť Por ``error'' la niña Celis Torres, de 11 días de nacida, ``fue cremada'', anunciaron a sus padres los médicos del Hospital General de México. Sólo que el 10 de julio --fecha del supuesto fallecimiento-- la sexta agencia investigadora del Ministerio Público no tiene registro de muerte de infante ni cremación en dicho nosocomio. Con o sin vida, los restos no han sido hallados.

El pasado 29 de junio, Jacqueline Torres ingresó al Hospital General de México. A las 16.03 horas dio a luz a su primer hija de siete meses de gestación en un parto normal. Estaba contenta, pues después de siete años de someterse a un tratamiento ahora se convertía en madre; el 10 de julio a las cinco de la tarde, acudió a la incubadora número 16 de la unidad 505 de Pediatría del Hospital General de México para alimentar a su bebé.

``¿Sabe qué?, su hija murió a las 9.30 de la mañana, vaya a Patología a identificar el cuerpo'', le dijo en un tono crudo la doctora en turno, de quien aún desconoce su nombre.

Desde ese momento y hasta la fecha Jacqueline y su esposo José de Jesús Celis han pedido ayuda a la Comisión Nacional de Arbitraje Médico, a la Contraloría Interna del Hospital General de México, a las comisiones Nacional de Derechos Humanos y del Distrito Federal, a la Procuraduría General de Justicia y de la Procuraduría General de la República sin obtener respuesta.

De aquí para allá

``Es que le dio un paro cardiaco'', aseguró esa doctora. Minutos después, Jacqueline era llevada al área de Trabajo Social, donde la responsable --de quien tampoco se conoce el nombre, ``pues en ese hospital nadie porta indentificación''-- le informó que a su hija ``le habían hecho la necropsia y se encontraba en Patología''.

En las puertas de esa área fue detenida por un hombre de estatura baja, moreno, de cara redonda y bigotes.

--Aquí no hay bebé, no podemos permitir la entrada porque no hay nada. A ver, ¿cómo se llama su hija?

--Celis Torres.

--Para poder entregar el cuerpo se deben contratar primero los servicios funerarios.

--Yo nada más quiero identificarla.

--Como no tiene funeraria nosotros le brindamos el servicio de transporte, velatorio y panteón. Si no tiene dónde enterrarla, paga 50 pesos más para llevarla a un panteón de Iztapalapa.

Después de insistir en la venta y dar los precios de los servicios, finalmente el hombre señaló: ``no le puedo permitir la entrada porque ya es muy tarde, pero vengo venga mañana y se la muestro''.

La señora Torres regresó a Trabajo Social para solicitar el acta de defunción; su esposo había pedido días antes el acta de alumbramiento al mismo departamento y luego a la doctora Maribel Salmerón --quien al parecer es residente del tercer año de medicina y atendió a la recién nacida desde que llegó a la incubadora--, pero a ambos les negaron los documentos. Trabajo Social argumentó que Patología debía dar el acta de defunción y a su vez ésta área señaló como responsable a Trabajo Social.

Jacqueline regresó a su hogar para comunicarle a su cónyuge lo sucedido. Fue una noche en vela.

Al día siguiente --viernes 11 de julio-- los señores Celis llegaron a las 8.40 de la mañana al servicio de Patología y encontraron al mismo hombre del día anterior, pero esta vez personal de seguridad les impidió el paso.

La pareja --de escasos recursos económicos-- acudió a la delegación Cuauhtémoc, en donde fue atendida por la jefa de Servicios Médicos, Sadot de la Cruz. Luego de explicarle los hechos y asegurar que el hospital ni siquiera les otorgó el acta de defunción, la funcionaria se comunicó al área de Pediatría donde la trabajadora social del segundo turno le negó cualquier tipo de información.

El ``error''

Posteriormente y en presencia de la familia Celis, De la Cruz logró comunicarse con Oscar Valdez, del Departamento de Patología, quien afirmó a la funcionaria: ``la niña fue cremada porque tenía 11 días abandonada y no se presentaron sus familiares a reclamarla''.

Jaqueline y su esposo entraron en shock. La cremación fue confirmada a los padres por Norma Angélica Vargas, de Patología: ``Por un lamentable error en los libros, la niña fue cremada''; aunque Vargas después aseguró que en el Hospital General de México ``no se realiza la cremación'' y aún más, afirmó que ``en el área nunca hubo un cuerpo de bebé, sino de adulto'', según José de Jesús.

En la averiguación previa 7866/DGM/97, asignada a la Mesa X-DGM de la PGR, consta que José preguntó a una mujer del área de limpieza si en ese lugar creman los cadáveres ``porque no me quieren regresar el cuerpo de mi niña''. La señora respondió: ``eso es lo de siempre, ya ha sucedido antes y no le van a dar información, pero aquí no se creman los cadáveres porque se los entregan a los pasantes de medicina''.

José constató el error. En los libros del hospital existen dos fechas de cremación: 29 de junio de 1997, con el número 179001 bajo el nombre de su esposa, y la otra el 10 de julio de 1997, con el número 284216 bajo los apellidos de su hija.

Culpan a la pareja

La secretaria del director general --de nombre Marcela-- confirmó a los padres ``que este no es un hospital de cremación, sino de estudio'' y les concertó una cita para el 14 de julio con José Luis Ramírez Arias, director del nosocomio.

Los esposos acudieron a las oficinas del director en compañía del representante de la CNDH, José Javier Hernández Torres. Ramírez les entregó un documento sin firma con fecha del 15 de julio en el que apunta: ``en el servicio de Patología los cuerpos de los pacientes fallecidos se mantienen en refrigeración por 72 horas y son cremados cuando no son reclamados por los familiares, durante ese periodo de tiempo, en este caso por error, el cuerpo de la recién nacida Celis Torres fue cremado sin habérselos comunicado a los padres, la cremación se realizó en día 11 de julio a las 12.50 horas''.

Un día antes de encontrarse con Ramírez, Jaqueline y su esposo acudieron al MP en donde levantaron la denuncia 6a./02009/97-07. El encargado de la agencia, Guillermo Luna, se comunicó a la central del MP donde le dijeron que no existe notificación alguna de la muerte de una bebé en el Hospital General de México.

Los señores Celis temen por su vida, pues una camioneta Blazer blanca los vigila.