La Jornada 23 de agosto de 1997

Brasil y Argentina, en el centro del debate al comenzar la cumbre

Stella Calloni, enviada, Asunción, 22 de agosto Ť ``Con nadie tenemos relaciones carnales'', fue la definición del presidente de Brasil, Fernando Henrique Cardoso, al llegar hoy a esta capital para participar en la reunión de la decimoprimera Cumbre del Grupo de Río. Al ser interrogado sobre las declaraciones del Departamento de Estado estadunidense relativas a comentarios del ex mandatario José Sarney, Cardoso sostuvo con energía que ``no es propio del Departamento de Estado opinar sobre las expresiones de un parlamentario de Brasil. Itamaratí (la cancillería brasileña) jamás opinó sobre las declaraciones de un parlamentario estadunidense.''

Hace unos días, Sarney criticó en duros términos al presidente Carlos Menem, luego que Washington anunciara que incorporará a Argentina como su aliado estratégico extra Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), y dijo que eso efectivamente desequilibra políticamente a la región, lo que le valió al ex presidente brasileño una reprimenda del Departamento de Estado.

Cardoso dejó en claro que no le preocupa ``lo que piensen o digan. Nosotros no tenemos relaciones carnales con nadie'', y asimismo enalteció la figura de Sarney como un líder político respetado por el pueblo de Brasil.

El conflicto se creó ante declaraciones del presidente argentino, Carlos Saúl Menem, a un periódico de Brasil, al estimar que el ingreso de ese país al Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU) como miembro permanente desequilibraría la región.

Por otra parte en conversaciones de algunos periodistas con el vicecanciller argentino, Andrés Cisneros, también se tuvo la idea de que algo más fuerte que lo simplemente diplomático está planteado aquí. Cisneros consideró que Brasil tiene que pensar si quiere ser socio o patrón.

Aunque el presidente Cardoso, que era esperado con ansiedad por los entredichos que Brasil y Argentina han mantenido en los últimos días, rescató su amistad con Menem y dijo que tenía la decisión de mantener en la misma forma una relación tan importante como la que une a los dos países, la molestia no puede disimularse con sonrisas diplomáticas.

Cuando todo el mundo esperaba que se hubiera tejido la tela de las conciliaciones, Cardoso puso las cosas en su lugar.

Durante la mañana el canciller brasileño, Luiz Felipe Lampreia, había intentado limar asperezas y dijo que el episodio estaba cerrado, y que Menem ya había explicado los alcances de sus palabras, por lo tanto ``es una página olvidada''.

Desde su punto de vista, lo más importante es ``que todos nosotros tenemos una visión común, un propósito de que América Latina esté representada en forma permanente de modo que tenga voz y voto como los otros países permanentes''.

Esto hizo que las declaraciones de Cardoso sonaran fuertes, y algunos diplomáticos consultados por el periodismo mencionaban en voz baja que Washington había logrado meter ``una cuña de desencuentros, como siempre lo ha hecho''.

Aunque el ambiente estaba enrarecido al comenzar la XI reunión del Grupo de Río, el esfuerzo diplomático estuvo puesto entre los cancilleres para tratar de paliar los estragos de los enfrentamientos.

Durante la tarde los cancilleres y grupos de trabajo debatieron sobre varios de los temas claves, tratando de marginar la polémica, y el Proyecto de Declaración lograda sobre el proceso de ampliación y reforma del Consejo de Seguridad de la ONU contiene algunos puntos muy particulares en este aspecto.

En la consideración número cinco se manifiesta que ``la región deberá llenar los puestos que se le asignen (en la reforma del Consejo de Seguridad de la ONU) mediante un proceso cuyo resultado goce no sólo de validez jurídica, sino también de legitimidad política al otorgar una real y efectiva igualdad de posibilidad democrática de acceso a dichos puestos'', y que se deben observar los principios de distribución geo-gráfica equitativa y la igualdad soberana de los estados.

Asimismo, se reafirma la idea de avanzar hacia la eliminación total del veto. En otros de los puntos se advierte contra las discriminaciones entre países desarrollados y en vías de desarrollo.

Se reafirma, asimismo, la adhesión a los principios del multilateralismo, ``en particular a la igualdad soberana de los estados y el respeto al orden jurídico como elementos centrales de Naciones Unidas''.

En este sentido se subraya la necesidad de reforzar la capacidad de la ONU para la adaptación de las instituciones internacionales a los nuevos desafíos de la comunidad internacional.

También reiteran los términos de la declaración presidencial de Río de Janeiro en 1994, donde se expresó la gran importancia atribuida a estos cambios para corregir los desequilibrios de su composición actual, y mejorar los mecanismos de toma de decisiones y conferir más transparencia a la conducción de sus trabajos.

Igualmente, hay un reclamo expreso a la necesidad de una presencia de América Latina y el Caribe.

``Consideramos --dice el documento de la reunión cumbre-- que la ampliación, la reforma de los métodos de trabajo y la cuestión del veto forman parte integral de la reforma del Consejo de Seguridad y deben ser partes del mismo acuerdo''.

La sensación general aquí es que la pelea de Brasil y Argentina por el Consejo de Seguridad de la ONU está dividiendo a la región.

Algunos aseguran que en la cumbre hay dos bloques definidos, pero en realidad muchos piensan que ``la mano de Washington'' hizo mucho daño a la conferencia, aunque los diplomáticos se esfuerzan por no dar una imagen dividida.

Los editoriales de los periódicos regionales reflejan de alguna manera ciertas críticas a Argentina.

El periódico argentino La Nación habló de ``inconducente reacción del presidente Menem'', lo que logró ``respuestas agrias en Brasil y Chile.

``La ruptura del equilibrio regional ha sido alegada simultáneamente, pues, a un lado y otro de los Andes, en un caso y en otro,como una amenaza de estas complejidades de la alta política internacional planeadas y realizadas bajo la mirada --no desinteresada-- de la única superpotencia y, seguramente, con su visto bueno'', señala La Nación en una síntesis que parece recoger buena parte de las inquietudes y también de las miradas recelosas detrás de las sonrisas.

A su vez, el vespertino paraguayo Ultima Hora demanda en su editorial que América Latina debe ser un seguro protagonista de ``la configuración de un orden mundial basado en el pluralismo y en la solidaridad para el desarrollo''.

Y además de otras consideraciones, estima que se debe conceder absoluta prioridad a la reducción armamentista y a un nuevo orden mundial basado en la paz, en el pluralismo y en el desarrollo, ``un orden horizontalizado y participativo, no excluyente y monopólico''.

La gran expectativa para este sábado está centrada en el encuentro de los presidentes de Brasil y Argentina, y también del presidente de Chile, Eduardo Frei, con Menem.

Frei fue suficientemente claro en su protesta por lo que consideró una cierta villanía de su vecino, después de una vista fraternal a ese país, al enterarse de la casi segura decisión estadunidense de considerar a Argentina como socio extra OTAN.

En general se piensa que recelos y rivalidades no deberían entorpecer el proceso integrador y que los países tiene mucho más que perder que ganar en estos entrenamientos diplomáticos.

Pero la sensación más fuerte es que no están ajenos a estos movimientos ciertos afanes externos, ya sea por quebrar la unidad o por adelantar una entrada masiva a una gran zona de libre comercio antes que puedan consolidarse los bloques emergentes.

Por otra parte, existe fuerte expectativa también por la propuesta que haría el presidente de Panamá, Ernesto Pérez Balladares, para ingresar como asociado al Mercado Común del Sur.

Sebastián Alegret, secretario de la Comunidad Andina de Naciones, dijo a La Jornada que la reunión entre cancilleres de la Comunidad Andina y del Mercosur, fue una de las más importantes en el transcurso de las negociaciones que se han sucedido hasta ahora y que lo logrado hasta ahora abre las puertas para una integración que tiene en este momento un fuerte apoyo político regional.

Durante todo septiembre se avanzará a nivel técnico para perfilar las bases del acuerdo. Se revirtió una situación difícil que se había planteado durante los últimos años.